32: Contra un Castigo

22 1 0
                                    

¿Han visto esas películas de terror donde él o la protagonista ven un espectro en un rincón susurrando cosas?...

Era una escena similar, solo que con la luz encendida y no habían rayos ni lluvia que pudiera hacer tan aterrador el momento.

Eiden había pasado lo que restaba de día comiendo todo tipo de cosas que su mano alcanzara, la noche fue aun peor, puso amplificadores en la habitación para no atreverse a cerrar los ojos, Myke apunto de perder la cabeza, le quitó los amplificadores y para que se durmiera, pero... Nada.

La chica había pasado toda la noche en el balcón repito ¡¡toda la noche!! Cuando el sol salió, como todas las mañanas Myke se dirigió a tomar su respectivo café en su taza de infierno y escuchó un estruendo arriba; conociendo ya el causante se dirigió hasta allá a paso tranquilo.

—Eiden— Myke abrió la puerta —¿acaso no se te acaba la batería?—

Eiden estaba sobre la cama, con un desastre de cosas a su alrededor, su cabeza colgaba de la cama dejando caer su cabello la suelo.

—¿Erick aun no llega?— preguntó

—no— Myke le dio un sorbo a su café —no te preocupes por él, seguro está con Sam—

—no me preocupó por él— Eiden rodó los ojos dejando caer sus brazos a cada lado de su cabeza

—¿si?, no es lo que parece— Myke tornó los ojos y cerro la puerta yéndose

Eiden apretó la mandíbula esperando que su sangre llegue a su cerebro.

—y si está con Sam esta con Staicy— se sentó sobre la cama rendida, lanzando todas las cosas fuera de la cama

(...)

La tarde se resumió con Eiden de aquí a allá en el jardín, Naomi, Mallory y Sofia, visitando a sus respectivos novios haciendo que Eiden tenga que alejarse de la miel del ambiente.

—¿alguien sabe porque el sol si es tan grande no se ve de noche?— Eiden preguntó en voz alta desde la mesa pero, todos la ignoraron

>>—¿nadie?... bueno, mi maestra dice que es porque el mundo da vueltas, pero el sol es mas grande que el mundo así que no tiene mucho sentido, ¿ustedes que creen?—

Llenó su boca de helado y cuando vio que nadie le prestaba atención, rodó los ojos y salió del comedor.

Embriagándose de helado, miró desde la cocina como cada uno de los chicos se sumía en su propio mundo.

¿Acaso el amor vuelve sordo a la gente?.

Con el inminente frío que al parecer nadie se daba cuenta que hacia Eiden se dirigió de nuevo al jardín, con el boll de helado como compañero.
Paseó en todas las bicicletas y creyéndose mecánico las desarmó y volvió a armarla, rompiendo algunas piezas; hizo una casa para aves y cuando se le acabo la madera arrancó la puerta del taller a último minuto se dio cuenta de su error y uso la ahora simple tabla, para "surfear" en la piscina.

El agua estaba fría, las hojas carmesí estaban en el agua opacando su azul color, cuando su cuerpo comenzó a temblar de frio y ya estaba mas pálida de lo normal, entró a la casa empapada.

—¿vamos a cenar algo?— preguntó en medio del salón, pero nuevamente nadie le presto atención

Molesta por el pésimo día, subió a la habitación y se lanzó a la cama sin siquiera quitarse la ropa empapada que llevaba puesta.

No le importó el frío del demonio que su cuerpo estaba sufriendo, para cuando el sueño la venció quedó rendida en aquel lugar.

(...)

Un Contratiempo InfantilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora