9: Contra usar el armario

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Ya eran las 8:04 de la mañana, y como todas las mañanas de clases los Miller acaparaban el salón para sus estudios que seguro su abuela limpiaría después; se preguntarán ustedes ¿Dónde está el servicio?, Pues debido a la última vez que Eiden estuvo allí nadie más a querido trabajar en ese lugar contado a las chicas jóvenes.

—¿Dónde está mi mochila?— gritó Zack inspeccionando todo el lugar

—la tienes puesta cariño— le habló la abuela calmando su desesperacion al caminar

—¡Mi desayuno!— gritó Gael metiendo sus cosas a su mochila con apresuracion

La abuela puso sus ojos sobre el pelinegro que se había quedado dormido sobre el sillón, con su oscuro cabellos negros y largo tapando sus ojos.

—¡Erick!— gritó la señora haciendo que este de un bringo en su lugar y abra los ojos de golpe

—¡Fué un segundo!— gritó mirando desesperado a todas partes

—si lo hubieras hecho no estuvieras colgando del sillón como un perezoso— la abuela lo señaló de arriba a bajo levantando una ceja

—si crees que no me veo bien, puedes ir tu a dormir con ella— habló él pelinegro notablemente molesto

—¡Uuuh!— comenzó a corear Gael en gesto de miedo mostrando sus dedos como si fueran tentáculos

—si vuelves a hacer eso, te corto los dedos— habló Erick sin quitarle los ojos de encima a la abuela

—por lo menos yo no duermo con el diablo— se burló el rubio

—aun— la mirada de Erick era tan precisa que Gael mejor cerro la boca

—Erick, sube por la chica y deja de intimidar a tu hermano— el pelinegro soltó un bufido y se levantó para subir las escaleras hacia su habitación.

—¿Dónde te escondo?— Erick se detuvo en la puerta cuando escuchó hablar a Eiden desde dentro y eso le pareció sospechoso así que abrió la puerta de golpe —¡Pero que diablos te pasa!— gritó la rubia al verlo entrar así mientras ella estaba en ropa interior.

—muchos se hacen la misma pregunta— Erick se cruzo de brazos apoyando su hombro del lumbral de la puerta exainando la habitacion 

—¿eres idiota?, ¡Sal de aqui!—

—no— Erick negó con la cabeza, y dejo de ver a su alrededor para verla a ella

Incomoda Eiden tomó una prenda de ropa para cubrirse, Erick se hirguió para caminar dentro de la habitacion.

—si querías cambiarte tenías que entra al armario, para eso estaba— la rodeó acercándose a la puerta del armario que párese habitación

—¿Estaba?— 

—si— el chico giró la llave en la ranura y luego la saco 

Se acercó a ella a una distancia prudente. Eiden tragó grueso al no poder sostenerle la mirada como queria.

—tienes dos días para irte, y así todo estará bien—

Eiden entrecerró los ojos sin creer su amenaza

—ay campanita, no creo que con esto convenzas a nadie— Eiden le sonrió con malicia —no hay nada que puedas hacer que haga que yo me valla de aqui—

—¿no?— Erick levantó las cejas como si aceptara el reto

Le arranco de las manos el vestido con el que Eiden se cubria y la empujo hasta hacerla caer sobre la cama.

—¡¿que carajo sucede contigo?!—

Erick se inclino hacia ella, acortando la distancia, Eiden sin saber que hacer solo abrió los ojos y aguantó la respiracion.

Un Contratiempo InfantilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora