Y ahí estaba Eiden recién bañada en ropa interior limpia y intentando volver a componer la silla rodante que no tenía idea de como se había descompuesto.
Dejó la silla como si nunca la toco y se sentó sobre la cama.
El aire frio que entró por los ventanales del balcón la hizo frotarse sus brazos desnudos. El hecho de estar en la habitacion de un hombre con el que no se lleva bien en ropa interior la traia algo incomoda, todo en la habitacion le transmitia una extraña sensacion a la que no sabia que nombre ponerle.
La casa estaba muy silenciosa y a diferencia de la que alumbraba afuera toda la casa en su interior estaba a oscuras, sin contar las lámparas de luces tenue, claro.
Erick recién había llegado, y con extremo cuidado y silencio entró a la casa.
Eiden desde la habitacion escuchó la puerta principal cerrarse y dos simples teorías pasaron por su cabeza, la primera: entraron ladrones que quieren hacer una experimento con ella por tener el cerebro del tamaño de un ratón, la segunda: Erick.
Preocupada por su salud mental optó por la segunda teoría, pero su expresión paresia preferir que fueran secuestradores.
Se miró asi misma recordando que solo estaba el 25% vestida, y corrió a la puerta a cerrarla pegando su oído a ella para escuchar los "silenciosos pasos" de Erick .
Lo escucho forzar con la manija y maldecir al no lograrlo escucho pasos alejarse un poco y después una puerta; la rubia supuso que volvió a bajar las escaleras así que mas calmada se iba alejando de la puerta sin quitar los ojos de ella.Pero sin esperarlo, sintió a alguien detras de ella se dió la vuelta de golpe presenciando la silueta de alguien; iba a soltar un grito pero rápidamente el sujeto le cubrió la boca.
Reconoció la figura de Erick, asi que respiró hondo preguntándose como logro entrar, pero recordó la puerta de los balcones.
Al sentir el golpe del alcohol contra su cara la chica se alejo de él.
—¿estas borracho?—Eiden le grito en un susurrado
—no, estoy anestesiado— respondió con su autentica voz vacía, Erick iba a encender la luz para ver mejor pero Eiden se interpuso entre él y el interruptor —¿Y ahora qué?—
—no enciendas la luz— Eiden lo alejó de la pared, empujando su pecho
—¿No te daba miedo la oscuridad?—
—hay luz entrando por el balcón—
—tu no brillas en oscuridad Teletubbie—
Eiden apretó la mandíbula enojada y le lanzo una almohada que fue a impactar a su cara haciendo que vuelva a tambalearse
—no me digas así—
—¿Cómo?, Teletubbie— retó Erick
Eiden lo empujó con fuerza, obligandolo a retroceder salieron al balcón; Erick perdio el equilibrio y cayó al suelo con Eiden sobre él dandole inútiles golpes que el esquivaba y detenía.
—ya deja... Maldita sea—
—maldito imbécil, no re sopor...— Erick la haló hacia él haciéndola impactar que ella caiga sobre su pecho, cubriendo su boca
En ese mismo instante la luz del balcón de al lado se encendió y Myke salió de aquella habitacion hablando por teléfono; Erick se mantenía sosteniéndo a Eiden para que no fuera a levantarse, mientras que ella intentaba mantener esa pocision hasta que Myke entro nuevamente a su habitacion y apagó la luz.
Ambos chicos soltaron un bufido de alivio, Eiden se recompuso en su lugar quedando sentada sobre Erick, en cambió él se sentó apoyándo sus manos detras de su espalda para mantenerse firme.
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Un Contratiempo Infantil
AdventureEiden Grenwhèder vive en su propio mundo, no ha madurado a pesar de tener dieciocho años, es experta en poner el mundo de cabeza, al punto de rozar los absurdo. Eiden necesita que la cuiden, y para ello recurrieron a los Miller. Myke, distinguido y...