Un Contratiempo Infantil

26: Contra Halloween

31 de Octubre, día en que el terror se apodera de cada ciudad del mundo, tiempo en el que las sorpresas escalofriantes son una cultura.

La casa de los Miller estaba decorada profesionalmente aterradora, Gael estaba concentrado en trabajos escolares pero el rign tong de su teléfono interrumpió sus pensamientos.

—¿y ahora que?— preguntó para si mismo tomando el celular

Al ver el nombre en la pantalla, el celular se le cayó de las manos y acto seguido se apresuro a tomarlo para contestar.

—si, soy... soy yo— habló rápido y nervioso

—¿estas en casa?— preguntó la voz del otro lado

—si, ¿por...—

—abre la puerta—

—¿estas afuera?— Gael arrugó las cejas

—¡ven!— exigió

Gael llegó a la puerta, y en cuanto la abrió Naomi entró como una bala.

—¿y a ti que te pasó?— preguntó cuando la vio

Toda su ropa estaba envuelta en lodo incluso sus brazos, su cara y cabello eran lo único limpio.

—un maldito en bicicleta, logré salvar mi cabello y celular pero juro que si lo vuelvo a ver le arranco los testículos—

—supongo que estabas cerca— Gael cerró la puerta tras él

—¿esta Eiden?— Naomi miró a su alrededor

—no, esta en el hospital— respondió el rubio

—ella no va al hospital, ¿que le paso?— se altero la castaña

—nada, solo hizo explotar el microondas y una pieza se metió a su piernas— explicó el chico

—pero ¿esta bien?— preguntó preocupada

—si, ahora ven a darte un baño y deja de ensuciar mi piso— este la guió escaleras arriba, hasta llegar a su habitación

—¿esta... es tu habitación?— Naomi miro el espacio a su alrededor

—no te sorprendas, solo la limpio cuando hay alguna fiesta— le restó importancia cerrando la puerta tras suyo

—¿por que?— preguntó la castaña esquivando cosas para no ensuciarlas

—porque, todos quieren usar los baños para vomitar, llorar, besarse, tener sexo oral y esas cosas— 

—¡aah!— Naomi gritó al ver su reflejo

—ve por esa ducha— Gael señaló el baño y ella camino hacia el

Unos minutos más tarde Naomi tomó la toalla que encontró y se envolvió en ella, para salir del baño.

—me interesa saber ¿por que tienes una toalla de perry el ornitorrinco?, pero creo que ya sé— habló la chica

El rubio volteó a verla, viendo que estaba envuelta en la misma toalla; la recorrió con la morada y trago grueso.

—fue un regalo de Eiden— contó dejando a un lado su teléfono

—¿y te quedaste con ella?, eres un sol— lo molestó la castaña

—gracias— el rubio lo tomó como un cumplido 

Naomi rodó los ojos por no logra molestarlo y camino hacia el armario, unos cortos minutos después, la castaña salió del mismo ya vestida con ropa de Gael.

—te cambiaste de ropa— Naomi notó su una ropa deportiva

—voy... A ejercitarme— Gael señalo hacia atrás cob su pulgar