36: Contra El Celular

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Erick puso la guitarra sobre el estate, entró y salió del baño trayendo con el una venda.

Se paró frente a Eiden ya seca, y sin esconder su desilusión la rubia lo miró a los ojos.

—si es un no, puedo salir por caramelos hay una tienda abierta en Aderfort— Eiden encogió sus hombros

Erick la detuvo y tomó su mano para vendarla, sin decir nada aun.

—nunca se que decir cuando se trata de ti, me sacas las palabras siempre, con acciones nadie te gana ¿No es así?— Erick dejó de vendar y la miró a los ojos —estuviste diecisiete horas buscando un regalo, pero pensé que si algo vendría de ti sería un pastel, una camiseta, o acercándose más a algo que harías tú, un libro de colorear, pero tú...— se detuvo a respirar y remojó sus labios —trajiste la guitarra de mi abuelo— guardó silencio.

La habitación quedó en silencio estaban uno frente al otro en una distancia separada y solo se quedaron mirándose atentamente, ella pensaba en que había hecho mal y el pues quería hacer tantas cosas mezcladas, que no se hacía un espacio en la cabeza.

—lo siento, creí que te...— Eiden bajo su cabeza

—me encantó el regalo, gracias— Erick se levantó de la cama

Eiden levantó la cabeza encontrándose con la expresión de Erick, como si le hubiera costado decir eso, sonrió.

Haciendo que a Eiden se le levantará cada bello de su cuerpo y que corrientes inexplicables colmara al mismo.

Eiden sin poder evitarlo, se levantó lentamente y comenzó a dar saltos en su lugar mientras ahogaba gritos de felicidad, Erick arrugó las cejas divertido mientras ella se acercaba a él saltando como si su crush le hubiera enviado un mensaje.

Ya frente a él, la tomó por los hombros.

—tal vez conozcas a Shawn Mendez y a Harry Styles o incluso a ¡Madonna!— esto último lo gritó

—¡Sssh!, ¿Quieres dejar de hacer escándalo?, Es solo una guitarra— Erick se sentó sobre la cama

Eiden lo miró indignada.

—no, estás sonriendo, estás feliz, no es una simple le guitarra— la rubia señaló el objeto

—ya duérmete ¿Si?—

—no Miller, me niego aceptar que ignores esto— Eiden lo hizo sentarse sobre la cama con brusquedad

—no estoy ignorando nada— Erick la miró sin ganas

Eiden lo tomó del cuello del pijama, acerándolo a su cara.

—si lo haces, igual que siempre, pero ahora no es el momento, levántate y toca—

Erick levantó una ceja, Eiden reaccionó a su cercanía y dejo de respirar.

—¿Que quieres que toque?—

—la...— las palabras no salieron de su boca y su rostro comenzó a tomar color

—cuida las palabras teletubie, alguien puede confundirse— Eiden solo ladeó la mirada entre sus ojos y sus labios

Aquellos que probó una vez por accidente, tan suaves y dulces.

—¿Te... te sabes el abc?— Eiden habló con nerviosismo y a Erick se le salió una carcajada

—Dios, ilumíname o elimíname— pidió Erick mirando al techo

—¿podemos hablas de lo hermosa que es tu sonrisa?— Eiden detalló como se iluminaba el rostro de Erick

Un Contratiempo InfantilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora