29: Contra la Lluvia part. 2

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Eiden había pasado cinco días destruyendo todo a su paso sin cuidado alguno, Erick harto la encerró un par de veces en el baño para poder estudiar sin escándalo pero terminó rompiendo el lavabo de huéspedes ¿como?, ni puta idea.

Erick llevaba el estrés en las venas y mucha paciencia no poseía así que de vez en cuando le pedía a Zack que lo ayudara y aunque este no tardaba mucho ni hacia gran cosa algo es algo.

En ningún momento de crisis pudieron llamar a Myke pues estaban tres factores en contra, la señal satélital, la batería de los celulares y Eiden en concreto. Para sobrevivir ante la oscuridad llevaban linternas y unas ocho se fueron muy rápido gracias a Eiden. Incontables veces en tan solo cinco días, Eiden y Erick discutieron

Por ejemplo en este momento 9:18pm, Eiden quería abrir una lata de maíz pero no sabia utilizar el abre latas manual, así que pidió ayuda.

—¿me ayudas con esto?— se sentó junto a él —Erick— canturreó su nombre alumbrando su cara con la linterna, él cerró los ojos por el impacto de luz.

—y ahora ¿que demonios quieres?—

—ayudame con esto— pidió mostrándole la lata

—hazlo tu—

—estuve tres minutos intentando, no sé hacerlo— Eiden se quejó

—aprende— contestó él indiferente

—¿como voy a aprender si no me enseñas?—

—¡mierda Eiden, largate de mi vista!— sin mirarla le señaló el otro extremo de la casa

Eiden dejó la lata sobre la mesa y murmurando cosas, subió las escaleras iluminando con su linterna.

Erick respiró pesado y con el peso de la rabia dio un puñetazo a la mesa frente a él.

—esta casa es sesenta y cinco por ciento cristal, ¿intentas destruirla?— Zack salió de la cocina desde donde espectaba todo

—estoy cansado— se quejó echando su cabello hacia atrás

—eso es por que no duermes—

—¡de ella!— Erick señaló las escaleras por donde había subido Eiden

—¿seguro?— Zack levantó las cejas

Erick intentó buscar calma.

—¿y ahora de qué estas hablado?—

—es obvio pero, prefiero que tú te quites lo confundido y de paso ya cálmense que me tienen harto sus peleas— Zack rodó los ojo y se largó de la sala con su linterna y radio

Eiden iluminaba la habitación con la luz de la linterna; con molestia golpeó el escritorio ahogando gritos entre sus dientes; después de veinte minutos se intento calmar apagando y encendiendo la linterna

—¿que acaso cree que soy estúpida?, me tienes cansado, ya largate, callate, ¡ese tipo es un imbécil!—

La rubia imitó a Erick, tensando la mandíbula.

La linterna comenzó a encender y apagarse por su propia cuenta hasta quedarse apagada.

—maldicion— con rabia Eiden lanzó la linterna hasta la pared

La linterna encendió cayendo detrás del estante.

Con miedo a la oscuridad tras suyo, Eiden caminó apresurada hasta donde veia la luz de la linterna, con dificultad introdujo la mano por detrás del estante sin poder alcanzar el artefacto.

Maldijo en sus adentros, y volvió a intentarlo, esta vez empujó un poco el estante con dificultad, vio la linterna con claridad y la luz que emitía; se inclinó entre el poco espacio de la pared y el estante, aun con dificultad alcanzó la linterna.

Un Contratiempo InfantilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora