[5]

532 35 0
                                    

     \\Akiko\\

"Te iré a buscar, puede ser peligroso" ¡perfecto! Esto se estaba poniendo cada vez peor. Primero me pregunta si me faltaba mucho para regresar, pero luego me quiere venir a buscar. No. No y no. No iba a dejar que me vea con ellos, que me vea con Natsuki es normal, pero sé que si me ve con ellos va a querer invitarlos y luego viene lo peor, los invitaría a comer como lo bueno que es con la gente.

– ¿Estás bien? – ¿No tienen otra pregunta para hacerme hoy? Lo miré y supongo que se respondió solo al verme. – Ven conmigo – estaba dudando en ir o no aunque me gustaría ver cómo Natsuki vuelve loco a Tsukishima, no era tímida en este caso, ya que conoce los tres hablaban constantemente, o por lo que tengo entendido era más Natsuki y Yamaguchi.

– Bien, solo no seas un asesino serial –

– Me gustaría ver eso – ahh~ como siempre, nunca falta ese tono tan amargo.

– Justo al lado tienes algo parecido, suerteee~ – salí de ahí con una risa mientras seguía al pecoso.

Recorrimos todo el café para encontrar el baño, al parecer notó como estaba y tuvo la idea de acompañarme, que atento.

– Te espero aquí afuera – asentí en respuesta, sentí como todo mi cuerpo se deshacía de un peso que anduve cargando inconcientemente.

Mojé mi cara apoyándome en el lavabo, suspiré intentando liberarme del cansancio.

Kageyama aún no me hablaba y lo único que quería era tener a mi amigo de nuevo. Aunque aparecía en los momentos en que más lo necesitaba, mis ataques habían sido más frecuente de lo normal arrastrándome a tomar los medicamentos, aunque ya no haga casi nada de efecto. Los ataques que tenía en un día eran los de una semana, Kageyama al parecer sabía el cómo actuaba antes de eso haciendo que me siga y me ayude, pero por más que me tranquilice antes de que pase a mayores, seguía sin mucha energía.

Esto me afectaba de diferentes maneras, por un lado no podía concentrarme en clases pero aun así mis notas no bajaban aunque mi profesor me haya estado llamando la atención más de lo normal, estaba descuidando bastante mi salud, eso lo sabía, pero no me importaba en nada. Tenía fuertes dolores de cabeza y el que haya salido sin que se presente algo de eso era un gran alivio, pero estoy tratando de evitar cualquier cosa que sé que podría empeorar mi situación, aunque esto no esté bajo mi control.

Escuché un fuerte portazo haciendo que suba la mirada, y como si lo hubiera llamado con la mente, unos ojos azules me miraban con asombro. ¿Que hace acá? ¿Cómo me encontró? Y lo más importante, ¿Por qué entra así al baño de mujeres?

– ¿Que se supone que haces? – pregunté con una ceja alzada.

– A-a- tenía que haber tocado, me disculpo. – termina de entrar acercándose a mi, al ver sus ojos pude notar que tenía algo que decir. Aún tenía el uniforme, no ah ido a su casa.

– Antes que digas algo, dime cómo me encontraste. – pedí. La respuesta era obvia, aún así quería saber el que hace acá.

Esquivó mi mirada nervioso, quería reírme pero si lo hacía sabía que mandaría todo al diablo por su orgullo, y no lo haría. 

– Quería hablar contigo antes que termine la semana ... – estaba inquieto jugueteando de un lado a otro, me miró a los ojos y siguió. – Cuando fuí no estabas así que tu hermano me dijo dónde te podía encontrar. – ese imbécil ... Solo por esta vez no le diré nada.

– Por cierto, ¿No estabas enojado o algo parecido conmigo? – pregunté con desinterés, aunque su respuesta me tenía recalculando todo en mi mente.

"Te escucho ... Idiota" [Tsukishima Kei] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora