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Esa falta al entrenamiento, había sido reemplazado por unos días agregando las faltas al colegio, aunque esto no haya sido aceptado por la chica, no tenía otra opción más que pasar esos días en cama, siendo las consecuencias de salir a altas horas de la noche casi sin abrigo además de sus pocas horas de descanso por día.

Tras esta acción repentina de la chica, había dejado a cierto pecoso con la duda al no verla en el colegio, y aunque esto lo había comentado con su amigo rubio, éste no mostraba interés en ese caso aunque por dentro había cierta curiosidad.

Por su cuenta, había ido a visitar a Akiko y al verla en tal estado, su horario de visita se alargó bastante.

"¿Quieres ir conmigo al festival?" Había dudado, pero no le quedó opción al ver lo que hizo por ella, además de que odiaba las veces en que ponía su empeño en mostrar su rostro como un niño al pedir un dulce.

Pero su alivio de olvidarse de el rubio por unos días, se había arruinado en cuanto le contó sobre la salida, ya que además del chico, irían Yachi, Kageyama y Hinata.

"El grupo perfecto", había pensado con sarcasmo.

Hoy, como casi toda su vida, esperaba porque el día se detenga antes de soportar a su amiga.

Arrastraba sus pies con dificultad, y es que ver el colegio en frente suyo hacía que su batería se agote en segundos.

Además, rezaba con su vida el que Natsuki no sea como siempre lo es al saber que saldría, aunque solo hayan sido dos veces desde que la conoce.

Miró a un costado, no sabía con exactitud el horario habitual de Natsuki, y su rostro lo demostraba ya que llegó a cerrar los ojos para concentrarse.

Con un suspiro, se dió por vencida. Solo esperaría su fin.

- Todo porque no sabes cerrar la puta boca, estúpido Yamaguchi. - murmuró.

Si, alguien no pudo sostener su lengua delante de Natsuki cuándo esa pregunta salió de la boca de la chica, "¿Tienes a alguien a quien llevarás al festival?".

No era su culpa, en parte, él nisiquiera sabía las consecuencias que le había dicho Akiko con tal vez un poco de exageración en el relato.

- ¡Akiko! ¡Llegaste!. - dió media vuelta buscando algún lugar donde ser miserable, pero sus ideas se arruinaron cuando sintió como tomaban su muñeca.

- Yams maldito tonto, ¿Sabes lo que tengo que soportar ahora por tu culpa?. - el chico, cabizbajo, negó con movimientos de cabeza.

Parecía un cachorro siendo regañado, cosa que causó el suspiro pesado de Akiko dejando a un lado el tema.

- Ven, Tsuki aún no llega pero podemos sentarnos un rato juntos. -

- Ni lo sueñes. - su paso se detuvo. Su mundo se vino abajo. Si, era bastante exagerada, pero es que se había estado acostumbrando a estar sin la chica. - Si, lo que tú digas, vamos. - cambia de rol tomando la muñeca de Yamaguchi y lo arrastra al salón.

- Oh Akiko~ -

Una película de terror. Esas baratas donde siempre muere la rubia que le quieren dar todos, Akiko no era aquella, solo se sentía como huyendo de una psicópata de la ropa.

Llegó a aquella aula vacía, miró en todas las direcciones posibles así confirmando que la había perdido.

- Lo siento. -

- Si, cállate. -




(...)





- Akiko, es bueno verte temprano. -

"Te escucho ... Idiota" [Tsukishima Kei] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora