La última cosa que escuché salir de sus labios fueron, "estoy siendo un idiota", cosa que creyó que no había escuchado.
En lo que era una lucha por la almohada, había terminado en cuanto quedó a solo centímetros míos, por alguna razón no dejaba de recordar ese momento una y otra vez en mi cabeza, quería tan solo arrancar ese maldito recuerdo de una vez pero era imposible.
Tragó en seco, y antes de ponerse de pie y dejarme libre, había pronunciado esas palabras.
No sabía con exactitud el por qué dijo aquello, sin que me lo explicara, sabía que lo era.
– Akiko. – levanté la vista.
Pude ver al profesor delante mío, parecía molesto, aunque no era propio de Nao.
¿Que carajo tenía que hacer?.
– Préstame atención, por favor. – pide en un tono calmado.
Asiento con la cabeza y él sigue con su clase.
Maldita sea, ese idiota no dejaba concentrarme. Escuché la misma risa aunque era muy suave y bajo.
\\ Narrador omnisciente \\
– ¡Akiko! ¡¿Irás con Kageyama al festival?!. – la mandarina saltaba de un lado a otro mientras gritaba aquello con emoción.
Akiko no le tomaba importancia, este tiempo como mánager aprendió a llevarse bien con Hinata, al menos por un rato sin querer copiar lo que hacía su amigo.
– No. – murmura indiferente.
Deja a un lado aquel plumón que dejó su mano temblando del dolor, solo por estar minutos interminables escribiendo sin pausa, lo que ahora son hojas y hojas con anotaciones.
– Solo será esta vez, podemos ir los tres. – sonriente, de pie delante de la chica, alza su pulgar en afirmación a la salida que Akiko no había confirmado aún.
– No iré. – fórmula mientras se pone de pie. – Ukai. – llama. El pelinaranja se queda a un lado pensando en si esa era la señal que había terminado su conversación con la chica.
El nombrado que caminaba a un lado de ella, frena de repente asombrado por haber escuchado esas palabras salir de la castaña.
– ¿Si? Akiko. – con el ceño fruncido rascaba su nuca confuso.
– ¿Puedo hablarle de algo?. – con un asentimiento, camina con la chica a un lado.
– ... Ya veo. Bien, te veo en la próxima, suerte con el trabajo. – anima Ukai con una sonrisa de lado.
Akiko asiente dudosa.
– Si, g-gracias. – responde.
Tomó sus cosas, se alejó de allí dando un vistazo a la cancha viendo como los chicos eran los mismos de siempre, supuso que estarán bien, sobre todo Yamaguchi.
– ¡Akiko! Aún no termina la hora, ¿Por qué sales?. – pregunta el pecoso.
– Tengo un trabajo pendiente. –
Dice observando como el equipo completo había parado su entrenamiento solo para ver mejor la escena. Con el ceño fruncido, escuchaban cada palabra y veían cada movimiento.
– Oh es verdad, suerte. – la castaña asiente, pero se detuvo al escuchar a los chicos uno de tras de otro repetir lo mismo.
– G-gracias. – responde mirando a la nada, buscaba un punto fijo en el que no haya nadie para poder pronunciar esas palabras.