Capítulo 15: Black Ice

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En Pociones, al día siguiente, Snape parecía decidido a ejercer un control total.

-Weasley, siéntate con Zabini. Tal vez él pueda obligarte a comportarte. Malfoy, me temo que te pondré con Longbottom. Buena suerte. Granger...- Snape sonrió peligrosamente a Hermione -...puedes sentarte con el señor Goyle, hoy-.

Los ojos de Snape se posaron en Harry. -Señor Potter-, siseó. Harry le devolvió la mirada con firmeza. -Presume de que deseo hacerle desgraciado, Potter-, se burló Snape. -¿Con quién debo emparejarte?-.

-Dean Thomas, profesor-, respondió Harry.

-¿Dean Thomas? Bastante transparente, Potter, ¿no crees?-.

-Normalmente, diría que con Crabbe, señor-, respondió Harry. -Pero los Slytherins son enemigos tradicionales; me he sentido bastante cómodo con que me odien. Dean, por otro lado, está furioso conmigo por Draco (más que los otros, porque es de origen muggle) y no estoy acostumbrado a eso de él-.

Snape evaluó a Harry durante un largo rato antes de decir: -Siéntate con Crabbe, Potter. No voy a arriesgarme a que avergüences a tu compañero de casa para que se comporte-.

La clase de Pociones fue horrible.

Después de la cena, Harry se encontró con Draco en la Cámara de los Secretos.

-¿Te apuntas a una expedición?- preguntó Harry.

Draco pareció sorprendido. -¿Ya? ¿Para qué?-.

Harry miró al fondo del pasillo, no a nada, sólo a lo lejos. -¿Recuerdas, cuando estábamos volando por ese lago, el cartel que decía: "Precaución... Hielo negro"?-. Volvió a mirar a Draco, que asintió. Harry sonrió ligeramente. -Quiero cogerlo y colgarlo en la puerta del laboratorio de pociones de Snape. Esta noche-. Sonrió a Draco, que parecía alentadoramente aturdido. -¿Te apuntas?-.

El miércoles, Gryffindor y Slytherin tenían Pociones a primera hora de la mañana. Harry y Draco llegaron temprano, lo suficiente para sentarse juntos y lo suficiente para estar seguros de que verían llegar a Snape. El cartel que habían puesto en la puerta unas horas antes seguía allí.

Los pasos de Snape se ralentizaron considerablemente, pero nunca se detuvieron del todo, mientras se acercaba a la puerta. Se dirigió al frente del aula, hizo uno de sus habituales giros inteligentes y observó la clase. Harry pensó que estaba sonriendo.

-Si alguno de ustedes es responsable- dijo Snape, -gracias por la decoración. Y si descubro quién es el responsable, lo denunciaré al director por sospecha de robo, interferencia con muggles y abandono de Hogwarts sin permiso-. Se giró de nuevo y comenzó a escribir en la pizarra, luego, abruptamente, giró hacia atrás.

-¿Sr. Malfoy? Por favor, diga por qué está con Potter, otra vez-.

Harry miró a Draco. Draco levantó las cejas. Harry asintió ligeramente.

-Porque somos amigos, señor-, dijo Draco claramente. -Lo somos desde diciembre-.

Snape pareció sobresaltado. Sus ojos se dirigieron rápidamente a los de Harry, y luego volvieron a los de Malfoy.

-Ya veo. ¿Quizás esto explique la repentina mejora en el trabajo del señor Potter?-.

-Le he estado explicando cosas, señor. No he hecho ningún trabajo para él-.

-Si logra que el muchacho entienda conceptos simples, señor Malfoy, no dude en hacerlo. Sin embargo, debe tener en cuenta que hará los exámenes solo-.

Con eso, Snape volvió a la pizarra, y comenzó la lista de ingredientes para la poción de ese día. Aunque de vez en cuando lanzaba miradas escrutadoras a Harry y Draco, que colaboraban con cautelosa alegría, parecía estar de un humor inusualmente bueno. Al final de la clase, Gryffindor sólo había perdido cinco puntos.

Mientras recogían los libros, Draco cogió el brazo de Harry.

-Este fin de semana...-

-¿Qué?-.

-Ya que estamos en ello de todos modos: ¿quieres quedar conmigo para la visita a Hogsmeade?-.

Harry sonrió. -¡Por supuesto!-.

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