Capítulo 21: Half-truths and Consequences

533 92 40
                                    

La profesora McGonagall tomó su escoba y lo condujo directamente al despacho de Dumbledore. Harry se concentró en caminar sin tropezar. Cuando entraron, Dumbledore estaba hablando con el profesor Snape. Harry esperaba que Draco hubiera llegado a tiempo.

-Lo tengo, Albus-, dijo la profesora McGonagall.

Dumbledore y Snape miraron a Harry. Harry levantó la cabeza y les devolvió la mirada.

-¿Dónde estabas, Harry?- preguntó Dumbledore.

-En Hogsmeade-, respondió Harry desafiante.

El profesor Dumbledore negó con la cabeza. -No. No necesitas una escoba para llegar a Hogsmeade-.

-Quería volar-.

Los ojos de Dumbledore, normalmente alegres, brillaron con enfado. Se acercó a Harry y le arrancó un terrón de barro del jersey. -¡Designatio!-, espetó, y lo lanzó contra su escritorio.

Harry se quedó mirando. La parte superior del escritorio era actualmente un mapa, y el terrón se desvió para aterrizar cerca del borde occidental del mismo. Dumbledore cogió otro trozo de barro de Harry y volvió a realizar el hechizo. Lo hizo cinco veces, marcando tres lugares.

-¿Le importaría revisar esa afirmación, señor Potter?-.

Harry cruzó los brazos sobre el pecho. Podía hablar con claridad si se esforzaba lo suficiente. -Parece que no necesita que lo haga-.

Snape observaba a Harry con los ojos entrecerrados. Se había inclinado hacia delante de forma que el pelo le caía a ambos lados de la cara, haciéndolo parecer más largo y depredador. Lentamente, sacó su varita y comenzó a moverla muy ligeramente, susurrando para sí mismo.

-¿Puedo sugerirle, señor Potter?-, espetó Dumbledore, -que esto será más fácil si coopera-.

Harry miró fijamente al director con toda la insolencia que pudo reunir. No respondió.

-¿Puedo sugerir, director- dijo Snape con sequedad, -que Potter podría cooperar más si estuviera sobrio?-.

Dumbledore se estremeció y luego miró con más atención a Harry. Harry intentó dar un paso atrás, pero la profesora McGonagall estaba detrás de él. Se tambaleó torpemente al intentar avanzar de nuevo.

-El señor Potter es un aviador capaz -de hecho, ejemplar...-, observó Snape. -O se ha aficionado a los baños de barro natural semicongelado, o algo le ha hecho estrellarse, no una, sino tres veces- Snape, con sorna, señaló el mapa -en un recorrido de siete millas. Además, aunque es arrogante, no suele ser estúpido, ni inseguro en sus pies-.

Dumbledore sacó su varita. Harry, súbitamente asustado, se tambaleó hacia un lado, pero el hechizo le alcanzó igualmente. -¡Fi Sobrium!-.

La cabeza de Harry se despejó dolorosamente. Todo parecía tan afilado que sintió que podría cortarse si se movía. Involuntariamente, dejó escapar una exclamación obscena, aunque imprecisa.

-Puede ser un poco chocante-, dijo Dumbledore con sequedad. -Uno no suele ir de allí a aquí de un salto-.

Harry soltó la estantería a la que se había agarrado cuando perdió el equilibrio. Lentamente, se giró. -Lo siento, señor-.

-Si te disculpas por tu lenguaje, acepto la disculpa. Ahora bien, ¿dónde has estado?-.

Harry tragó saliva. -En un pueblo muggle a unos quince minutos de vuelo -(por lo general)- al oeste de aquí. No sé cómo se llama. Tardé una hora en volver, creo. Aunque podría haber sido más. O menos. Me desmayé una de las veces que me estrellé-.

SNAKES AND LIONS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora