De regreso a Hogwarts, Harry decidió invitar a Draco a subir a Gryffindor. Su Casa era mucho más bonita que la de Slytherin y no pudo resistir la oportunidad de presumir de ella.
-No puedo disponer convenientemente de todos-, dijo, -pero sólo son dos. Si salimos temprano de la cena, deberíamos poder subir a mi habitación-.
De hecho, resultó ser así de fácil. Harry susurró la contraseña, para que Draco no la oyera, preguntándose mientras lo hacía si este tipo de visita no autorizada era la razón por la que las contraseñas siempre se cambiaban el primer día después de las vacaciones.
Draco contempló la alegre Sala Común. Con retraso, se tapó los ojos. -¡Querido Merlín, Potter! ¿Qué pasa con los Gryffindors y la alegría? He visto mercadillos tailandeses más tranquilos-. A pesar de todo, cruzó hacia las sillas que estaban frente a la chimenea y se hundió en una. -Pero es cómodo-. Sonrió. -Son todos unos blandos, de verdad-.
-Será mejor que subamos a mi habitación-, instó Harry. -Davey nunca come mucho-.
Draco asintió y le siguió hasta las escaleras.
-Devuelve eso-, ordenó Harry, divisando el Juego de Ajedrez Encogido de Linda en la mano de Draco.
-Pero si estaba por ahí-, protestó Draco, con los ojos muy abiertos.
-No sé si en Slytherin-, replicó Harry, -pero en Gryffindor respetamos la propiedad de los demás. Tú no robas a mis compañeros de casa, Malfoy. Devuélvelo-.
En la sala de la torre, Draco parecía atraído por las ventanas. La noche seguía sin luna, pero la oscuridad se rompía con las salpicaduras de luz en la cabaña de Hagrid, y un inquietante resplandor en algún lugar del bosque.
-Me gustaría ver esto a la luz del día, alguna vez-, comentó Draco. -¿Qué puedes ver, cuando puedes ver?-.
Harry se acercó a su lado y señaló. -Esa hoguera está junto a la de Hagrid -(ni idea de lo que está haciendo)- y el resplandor se adentra un poco en el Bosque Prohibido. Es una vista bastante buena de día, o cuando la luna está casi llena-.
-¿Puedo pasar la noche? ¿O volver por la mañana?-.
-Como quieras-. Harry sonrió. -Pero no tengo coñac-.
-¿Lo traemos?-.
-Dios, no-. Harry se estremeció, y Draco rió maliciosamente.
-Supongo que deberíamos estar bien descansados cuando vuelvan los demás-, dijo ociosamente. Bajó la mirada hacia el desgastado alféizar y pasó el lado del pulgar por él. -Así que...-
-¿Entonces?-.
-Cuando la gente vuelva-.
-Oh-.
Harry observó a Draco con curiosidad. El chico rubio miraba la veta de la madera con gran concentración, como si se tratara de una bola de cristal y no fuera más proclive a revelar el futuro que las bolas de cristal que Harry había utilizado. Apoyado en los tapices de Gryffindor, parecía menos pálido que de costumbre, con el pelo más dorado que blanco.
-Creo que es mejor que nos comportemos entre nosotros como siempre-, dijo Draco pensativo. -No será lo mismo, por supuesto -más bien un juego-, pero eso no deben saberlo-.
-¿De verdad se meterían en problemas por ser amigos míos?-.
-Por supuesto- Draco levantó la vista. -Y, sinceramente, Harry, ¿qué te harían? ¿Granger? Quiero decir, la única persona con la que he sido peor es la Comadreja, o quizás tú-.
-¿Podrías no ser tan horrible con ellos?- preguntó Harry en voz baja. -Quiero decir, nada notable como ser amable, sólo no llegar a tales extremos para llegar a Ron...-
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SNAKES AND LIONS
FanfictionCuando Ron y Hermione se juntan, solo se notan el uno al otro. Una pesadilla hace que Harry regrese solo a la Cámara de los Secretos vacía y lo lleva a una nueva mirada a un viejo enemigo. Harry disfruta de la compañía, pero con Bellatrix Lestrange...