Capítulo 33: Brewing and Dancing

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El sábado, Hermione, Harry y Draco prepararon el caldero de Hermione en su armario vacío, y luego pasaron varias horas en la Cámara de los Secretos, intentando abrir la caja de plumas de Diricawl. Fue Harry quien finalmente apuntó con su varita a la caja y dijo -dodo-. Se sorprendió tanto como los demás cuando esto hizo que la caja se abriera.

Draco, aunque afirmaba que en realidad era bastante inusual que los Diricawl se fijaran en las plumas que les faltaban, rápidamente las atrapó en una red mágica propia.

-Eso las atará y las oscurecerá-. Recogió la caja. -Y dejaré esto en algún lugar donde Snape lo encuentre. ¿Empezamos después de la cena?-.

Hermione negó con la cabeza. -La poción Ancla tarda veintiocho horas en elaborarse, y luego puede trasladarse a la posición Ancla. Hay que moverla a la posición de Ancla antes de que transcurran treinta y cinco horas, desde el inicio de la elaboración. No puedo mover la poción mañana por la tarde, porque tengo una reunión de prefectos, al igual que tú, Malfoy. Deberíamos empezarla mañana, como muy tarde a las dos, así que la trasladaremos al día siguiente, después de las clases-.

Harry trató de recordar las instrucciones de elaboración de pociones. Draco se le adelantó.

-Tenemos que atenderlo activamente durante siete horas, ¿verdad?-.

-Sí. Tenemos que añadir los ingredientes en conjunto, y luego hay que removerlo exactamente tres veces, una por cada uno de nosotros, exactamente una vez por hora, durante siete horas-.

-Luego se pone caliente durante siete horas, luego se congela durante siete horas, y luego se descongela a temperatura ambiente durante siete horas-. Draco completó.

-¡Correcto!- Hermione sonrió felizmente ante el conocimiento de Draco de la lección. Harry trató de no poner los ojos en blanco.

-Así que deberíamos terminarlo no más tarde de las nueve de la noche, y no antes de las dos de la tarde, si queremos trasladarlo a las seis del día siguiente-.

-Sí. ¿Prefieres perderte el almuerzo o la cena?-.

-El almuerzo, definitivamente-.

-Quedemos para preparar los ingredientes a las diez y empecemos a las once-, sugirió Harry. -Terminaremos a las seis, y tendremos cierto margen de maniobra para trasladarlo al lunes-.

En consecuencia, Harry, Hermione y Draco se reunieron en la habitación de Hermione después del desayuno del domingo, y se secuestraron allí, con un encantamiento silenciador en la puerta. Hermione puso el candado con contraseña que solía utilizar para la privacidad, y empezaron a preparar la poción. Añadir los ingredientes sólo les llevó unos minutos, pero decidieron no salir hasta que la parte de remover estuviera completa. Después de todo, como señaló Hermione, "uno puede retrasarse".

Durante las dos primeras horas, se dedicaron principalmente a discutir la poción y a hacer los deberes. A los pocos minutos de la tercera hora, Hermione se levantó, se estiró y bostezó.

-¿Te molesta la música muggle, Malfoy?-, preguntó.

Draco se encogió de hombros. -La verdad es que no sabría decirte, Granger-, dijo. Tras un momento de silencio, levantó la vista y esbozó una rápida sonrisa ante la incertidumbre de ella. -De verdad, no lo sabría. Es tu habitación, ya sabes-.

A Draco no pareció importarle la música. Harry estaba bastante intrigado por el hecho de que Hermione tuviera un reproductor de CD; se preguntó si funcionaría con pilas o si Hermione habría encontrado alguna forma de alimentarlo con un encantamiento. Puso algo que a Harry le resultaba vagamente familiar y que le parecía bastante antiguo. Tras unos minutos de discreto rebote, Hermione miró a Harry.

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