Capítulo 11: Fire and Flight

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A la noche siguiente, Draco salió temprano de la cena y ya estaba en la Cámara cuando llegó Harry.

-Esto-, dijo, dando un puñetazo al sillón hinchable verde neón en el que estaba sentado, -me está volviendo loco. De vuelta a Crabbe y Goyle, todo el maldito día, y cualquier cosa que noten que hago llegará a papá. Pansy quería saber por qué no "dije nada" cuando derribaste los ojos de escarabajo de Hermione-.

-Probablemente deberías haberlo hecho-, avanzó Harry. -Quiero decir, sería incómodo, supongo, pero no tanto como que me ignores-.

-¿Cómo es tu vida?-.

-Más o menos igual que antes de las vacaciones, excepto que Ron se siente ofendido por el libro familiar-.

-¿Hermione no lo está?-.

-No. Neville no lo está, así que ella no. Por supuesto, Ron podría hacerla cambiar de opinión-.

-¿Viste lo que hizo Blaise?-.

-¿Con los ojos de escarabajo?- Harry sonrió. -Sí. Eso fue lo suficientemente creativo como para ser gracioso-. Se sentó en la silla naranja. -Ojalá pudiéramos hablar en clase-.

Draco se quedó pensativo un momento, y luego sacudió la cabeza. -Bueno, ahora podemos hablar, de todos modos-. Frunció el ceño mirando a Harry. -Tienes la caja torácica de algo pegada a la túnica-, observó.

-Genial-. Con cautela, Harry sacó los frágiles huesos viejos del tejido de su dobladillo. -Tenemos que hacer algo con ese túnel-.

-Al principio me gustaba el ambiente-, dijo Draco, -pero se ha vuelto pesado. La otra noche lleve el rastro de un cráneo de ratón hasta Slytherin. ¿Coñac o cerveza de mantequilla?-.

Harry se lo pensó. Era temprano, pero tenía mucho trabajo que hacer. -Cerveza de mantequilla-, decidió. Harry tomó la botella ofrecida. -Cale-, dijo distraídamente, mientras movía su varita por la longitud de la misma.

-He tenido una idea para el túnel-, avanzó Draco.

-¿Mmn?-.

-La maldición de quemar huesos-.

Harry se estremeció. La maldición había sido una de las opciones disponibles para el ensayo de Defensa Contra las Artes Oscuras que evaluaba una maldición Oscura ilegal. -¿Encontraste las instrucciones en la sección restringida?-, preguntó señaladamente.

-Adivina otra vez-. Draco le sonrió con una sonrisa.

Harry se mordió el labio. -Lo has aprendido en casa-.

-Muy bien. Eres un leoncito inteligente, ¿verdad?-. Draco se estiró hacia atrás. -¿Te lo enseño?-.

-No-, dijo Harry rápidamente. -Draco, no voy a hacer magia oscura-.

Draco resopló. -Bueno, yo sí-, dijo. -Y sinceramente, Potter, ¿cuántas veces tiene uno la oportunidad de hacer algo así sin dañar nada?-. Sonrió a Harry con una sonrisa. -Sólo he estado esperando una audiencia. Vamos-.

-¿Crees que funcionará?-.

-Funcionó con el basilisco-.

-Oh-.

Harry tomó un sorbo de su cerveza de mantequilla. Estaba demasiado caliente. Debería prestar más atención a la hora de lanzar encantos. De mala gana, siguió a Draco hasta el túnel.

Draco pasó por encima de los primeros metros de huesos, para situarse al principio de un tramo largo y recto del túnel, donde eran más gruesos. Harry lo observó sacar su varita y respirar profundamente. El rostro de Draco estaba duro por la concentración. Respiró de nuevo, miró a lo largo del suelo sembrado de rocas y huesos, y levantó la varita.

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