Cuando Harry pasó por la mesa de Slytherin, en el desayuno, Draco siguió acompañándolo. Por un momento de confusión, Harry se preguntó si Draco iba a ir a la mesa de Gryffindor. No creía que eso estuviera permitido. Sin embargo, a mitad de camino, Draco se giró, recorrió una corta distancia hasta la mesa de Hufflepuff y se detuvo.
-Johnson-.
Darren Johnson levantó la vista. La gente a su alrededor dejó de hablar. En el silencio, Harry pudo oír las palabras de Draco, aunque estaba a seis metros de distancia.
-Mis condolencias por la pérdida de su familia-.
Muchos de los alumnos de Hufflepuff se movieron de un lado a otro, con inquietud, o miraron fijamente. Sin embargo, ninguno habló.
-Pensé que les gustaría saber que he renunciado a los míos-.
Draco giró con precisión y se alejó ante un aumento tardío de murmullos y exclamaciones. Se sentó en un lugar vacío al final de la mesa de Slytherin.
Harry pasó la mayor parte del desayuno observando a Draco y a los demás Slytherin. Se preguntó cuánto sabían los demás de lo que había ocurrido. Goyle no estaba presente, y Harry estaba seguro de que la Casa Slytherin debía, al menos, saber de la muerte de su padre. Crabbe estaba sentado solo, con la mirada perdida. En el transcurso de la comida, Blaise, Pansy y un chico de quinto año cuyo nombre Harry desconocía se sentaron brevemente cerca de Draco e intercambiaron algunas frases con él. Blaise se marchó con cara de malestar, Pansy furiosa y el de quinto año despectivamente divertido.
Harry había decidido que había terminado de desayunar y que debía ir a hablar con Draco en persona cuando un cuarto Slytherin se le adelantó. El profesor Snape bajó de la mesa del profesorado, su habitual deslizamiento suave y depredador lo llevó directamente al lugar donde estaba Draco.
Harry se puso de pie. No había podido hablarle a Draco de las lealtades de Snape antes de la noche pasada, y no se le había pasado por la cabeza en el poco tiempo que pudo hacerlo. Ahora podía ver a Draco al borde del pánico.
Draco y su jefe de casa intercambiaron unas palabras. Snape hizo un gesto hacia la puerta, y Draco se puso lentamente en pie y dio un paso atrás sobre el banco. Entonces, de repente, Draco salió corriendo hacia la puerta. Snape maldijo, y lo siguió, caminando tan rápido como su dignidad se lo permitía.
-Draco lo matará-, murmuró Harry. -O lo intentará, al menos-. Cuando Snape estaba a medio camino de la puerta, Harry se decidió. No era digno. Saltó la mesa, derribando algo que se estrelló estrepitosamente e hizo gritar a varias personas, y corrió hacia la puerta. Pasó por delante de Snape justo cuando ganaban el pasillo. Las pesadas puertas del Gran Comedor se cerraron tras ellos.
Supongo que Dumbledore cree que Snape y yo podemos manejar a Draco, pensó Harry, o tal vez que yo puedo manejar a Snape y a Draco, o que Snape puede manejar a Draco y a mí. Buscó su varita. Llegó a la ineludible conclusión de que añadir más gente no ayudaría a la situación.
En el instante que le llevó decidir esto, divisó a Draco. El Slytherin, en el extremo del pasillo, se giró y sacó su varita. Harry vio su boca abierta.
-¡Expelliramus!- gritó Harry, y la varita de Draco salió disparada de su mano.
-¡Harry!- Gritó Draco, con una traición furiosa clara en su voz.
Harry acortó la distancia entre ellos. Draco le dio un puñetazo en la tripa y se giró para seguir corriendo. Harry trató de enderezarse contra el dolor, de seguirlo, pero para cuando logró dar un paso, Draco ya estaba en el suelo, inmovilizado por las cuerdas que habían salido disparadas de la varita de Snape.
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SNAKES AND LIONS
FanfictionCuando Ron y Hermione se juntan, solo se notan el uno al otro. Una pesadilla hace que Harry regrese solo a la Cámara de los Secretos vacía y lo lleva a una nueva mirada a un viejo enemigo. Harry disfruta de la compañía, pero con Bellatrix Lestrange...