Alrededor de las dos de la mañana la gente que se rezagaba todavía en la fiesta, alegres cantando y bebiendo, eran los que se hospedarían en la casa del lago o en las pequeñas cabañas que se encontraban alrededor de esta.
Aixa sonreía viendo las brillantes luciérnagas pasearse por la orilla del lago formando figuras bizarras irreales tales como las que alguna vez picazo plasmo en lienzo y pintura, el lago hacia movimientos ondulatorios cada vez que la chica lanzaba una diminuta piedra encontrada entre el césped húmedo por la brisa nocturna.
Una cobija se mantenía debajo de sus posaderas cubriéndola de la humedad del suelo, y una más mantenía caliente sus piernas del exterior, inspiró el aroma de la chaqueta de Blake y sonrió al recordar lo que su amigo le había dicho —es un arrebato de celos, pero se ve que te ama— cuando Blake se marchó sin decir nada. Aixa quería y a la vez no, creer que Blake pudiera sentir algo por ella, pero eso simplemente era imposible... Aixa estaba segura que Blake solo la miraba como la mejor amiga de su hermanita menor. Su corazón estaba dolorosamente confundido y apachurrado por lo de Tom de quien estuvo literalmente enamorada desde que lo conoció.
Los bajos murmullos de las personas que se paseaban de un lado a otro la arrullaban, cerró los ojos suspirando, su nariz seguro estaba tan roja que si hacían una competencia contra Rodolfo el reno por ultimátum ganaba ella.
Estaba tan ensimismada pensando en todo lo que le había pasado en menos de una semana, primero Tom, después Blake y ahora Mark, pero Mark estaba descartado y Tom... Tom le rompió el corazón sin siquiera ser algo más que amigos con derechos... y luego estaba Blake, el hermano mayor de su mejor amiga, Aixa estaba segura que le gustaba Blake pero estaba tan confundida que no podría o no sabría cómo corresponder si es que Blake sintiera algo por ella en ese instante, ¿pero le quería? Estaba segura de ello, al igual que quería a los hijos de este.
—Hola princesa Aixa— escucho que alguien la saludaba con voz trémula y agotada, sonrió abriendo sus brazo para que la pequeña Abei se acurrucara dentro del cálido nicho que había creado para sí misma.
—¿Qué haces despierta, pequeña?
—Papa me ha despertado, me quede dormida en una silla— sonrió la pequeña tallándose los ojitos, Aixa acaricio los rubios cabellos de la niña.
—Ahora veo— a lo lejos miro a Blake con Shun en brazos, estaba dormido con una mano laxa al costado de su cuerpo. Aixa se puso de pie cargando a la pequeña en brazos quien no lo dudo y se acurruco para continuar durmiendo. Aquel fuerte y encantador hombre le dedico una dulce mirada acompañada de una cálida sonrisa que paralizó a la castaña.
—Lo siento— Aixa miro confundida al hombre que caminaba a su lado, sin saber porque se disculpaba. —por todo, siento el haberme ido así, y...
—Ya no importa Blake— Aixa le dedico una sonrisa pasando una de sus manos por su antebrazo sobándolo —ahora, estamos bien, ¿cierto?
—Por supuesto hermosa— fue imposible para Aixa no sonrojarse, y oculto el rostro entre la mata de pelo de la pequeña en sus brazos.
Caminaron justos mientras platicaban de todo, Blake sutilmente había soltado detalles de lo que el sentía por Aixa y a la chica no le era para nada indiferente, se sonrieron mientras subían las escaleras a la planta alta de la casa, acostaron a los niños en sus respectivas camas.
—Me acompañas a la cocina.
Blake asintió siendo imposible para el negarse ante cualquier petición de la castaña, una puerta se abrió lentamente pero causando un chirrido que alerto al hombre, este se giró y sonrió a su hermana quien se asomaba con sus pulgares arriba, aprobando lo que fuera que su hermano estuviera haciendo con su amiga.
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進む SUSUMU © ✔️
RomanceSUSUMU del japonés (ir hacia adelante... en español Seguir adelante) Blake jamas imagino que sufriría el dolor de la perdida de un ser amado tan rápido, siendo ahora un viudo con dos hijos que tendrá que salir adelante a pesar de todas las circuns...