Verdades

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Las maletas ya estaban echas esperando en la entrada de la puerta y Alain se paseaba con el cepillo de dientes por la sala y el teléfono en la oreja, hiso señas a su hermana de que estaban cortos de tiempo, Aixa asintió llevando consigo a ambos niños.

Sonrió a Gian al verlo jugar y reír con Shun, su hermanito mayor. Las carcajadas estruendosas del bebe hicieron ir a Alain a la habitación de su hermana observando como los hermanos jugaban mientras Aixa buscaba en los armarios ropa para usar después de la ducha.

—Bien— regreso a la cama dejando los cambios en esta —es hora del baño, pequeños.

Gian pataleo y agito sus manos balbuceando contento.

No dejaba de ver a Shun y sus gestos graciosos. Alain rio al igual que Aixa.

—Pareciera que Gian sabe que eres su hermano mayor— Shun levanto la vista hacia Alain y asintió con una amplia sonrisa.

—¡Aixa!— levanto la vista viendo a Shun con sus mejillas rojas, avergonzado —pu-puedo bañarme con... mi, hermanito.

—¡Oh cariño! Claro que puedes.

Lo jalo a sus brazos y le beso la cabeza. Alain termino de desvestir a Gian y lo llevo a la tina que esperaba llena y tibia en el otro cuarto.

Los niños jugaron y chapotearon en el agua mientras Alain los inspeccionaba y cuidaba de que no se golpearan o tomaran agua enjabonada. Aunque eso era imposible con un Gian que chapoteaba el agua gracioso lanzándola a su rostro, asiendo muecas asustado pero una vez pasaba el susto regresaba a su labor.

"Tirar agua fuera de la tina". Shun lo seguía haciendo ondas en el agua y riendo.

Aixa salió del baño del cuarto de Alain ya vestida con unos pantalones blancos y una blusa negra corrugada, su pelo suelto y seco, había pasado varios minutos en el tocador con la secadora para obtener aquel resultado. Regreso a su cuarto pero se quedó en el umbral de la puerta recargada en el marco observando como su hermano ponía un nuevo pañal a un inquieto Gian recién bañado; por otro lado Shun ya se colocaba la camisa de manga larga nueva que Aixa le había comprado antes de ir a la tienda de regalos donde se decidieron por un oso de felpa café con nariz rosada y una caja de golosinas de chocolate.

—¿Están listos?— pregunto Aixa entrando a su habitación.

Los tres caballeros la miraron pero fue Gian quien se desbarataba —con fuertes balbuceos y movimientos de brazos— por la atención de su madre.

—Creo alguien se puso más inquieto— rio Alain. Viendo a un Gian transformarse en lombriz bajo sus manos.

—Y tú pequeño travieso— Aixa posos sus manos en la barriga desnuda de su bebé haciéndolo reír por las cosquillas que depositaba la joven madre —extrañaste a mamá en la ducha, ¿verdad?— le beso las mejillas, la frente y por ultimo le apretó la trompita parada. —Ahora hay que terminar de alistarte—.

Aixa tomo el pañalero de manga larga similar a la que llevaba Shun y se la puso a su bebe abrochándola de la parte de abajo, seguido de la chamarra negra con peluche en el gorro. —Y, el toque final— coloco un gorro gris en la cabecita de su bebe al igual que los tenis blancos. Gianni era todo un galán en miniatura. Tan parecido a su padre. Aixa aseguraba que cuando fuera grande sería muy guapo como su padre.

—Tenemos que darnos prisa si queremos llegar a tiempo— dijo Alain mirando su reloj de mano. Tomo a Gian en brazos y salió con él a la sala dejando a Shun y su hermana terminar de ponerse los zapatos. Cuando Shun termino salió de la habitación.

Aixa tomo su chamarra verde, se colocó un gorro gris con un redondo pompom en la punta, coloco algo de pintura en sus labios y perfume en la ropa.

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