El pasillo que salía a un lado de las escaleras estaba lleno de personal que hacia limpieza profunda en toda la casa, esa noche muchos de los invitados partirían de vuelta a la ciudad, sus pequeñas vacaciones habían terminado antes de empezar.
Y uno de ellos era Blake, a quien sus patrones solo le permitieron tres días de descanso, y ya tenía que volver al trabajo.
—Quieres dar un paseo conmigo.
—Me encantaría, hermosa— Blake rodeo por la cintura a su hermosa novia, le beso los labios levantándola un poco del suelo. Su celular sonó en ese instante dentro de su bolsa del pantalón, bajo a la chica al piso separándose un poco de ella. Metió su mano grande en el bolsillo sacando el viejo celular, antes de que contestara Aixa se excusó diciendo que subiría a su cuarto a darse una ducha y bajaría para que dieran su paseo.
Blake poso el teléfono en la oreja, mirando cómo se perdía en el último escalón el menudo cuerpo de su chica.
—Diga— respondió Blake, el típico sonidito de música señal de que te dejaban en espera era lo único que Blake escuchaba. Suspiró cansado, se daba una idea de quienes eran, llevo la diestra a su cabello peinándolo hacia atrás con cansancio.
Atravesó la sala a grandes zancadas, su madre lo miro saliendo de la cocina mientras secaba sus manos en la morada blusa que vestía. Meneo la cabeza en negación cuando su madre a señas pregunto quién era "el" o "la" que llamaba.
La señora Molly no necesito ser adivina para darse una idea de lo que se trataba aquella llamada que angustiaba a su hijo y aún más a ella.
¿Por qué tiene que pasarle esto a él, que siempre se ha esforzado por lo poco que tiene? Siempre se lo cuestionaba la señora Molly cuando no dejaban de llegar noticias malas a su hijo.
Levanto la vista viendo como su hijo salía de la casa, exasperado, impotente, y dolida por no poder hacer más por su hijo, subió las escaleras hacia su habitación asignada, tenía una plática pendiente que dar con su esposo.
Blake sonrió al ver a sus hijos jugando con los primos menores de Aixa, corrían de un lado a otro lanzándose bolas de nieve, incapaces de parar.
Jamás vio a sus hijos tan felices. El golpe de tristeza le golpeo con fuerza haciéndolo trastabillar literalmente al pensar que él nunca podría darles una vida como esta, con lujos y viajes tal como ellos la merecían.
Estar ahí parecía un cuento de hadas, con las copas de los arboles pintados de blanco por la nieve que llevaba cayendo desde la madrugada, los animales trotaban por el bosque perdiéndose entre los troncos de los altos pinos.
Era tan hermoso que tenía miedo que se esfumara como la bruma de los bosques de las novelas de terror.
Suspiro, cuestionándose si había hecho lo correcto al preguntarle a Aixa si quería ser su novia, el jamás podría darle nada a lo que ella estaba acostumbrada, y que aria cuando le pidiera algo que él no pudiera costear, aun tenia miles de pagos atrasados por dar, y la hipoteca de la casa... por dios si perdía su casa, ¿adónde irían él y sus hijos?
—Con el señor Blake Rosete— dijo una voz femenina después de diez minutos escuchando aquella boba canción.
—Sí, diga.
—Muy buenas tardes señor Rosete, se comunica Monica Agilera del Bancit de hipotecas y cargos.
Blake se golpeó la frente, lo había olvidado por completo, tenía una cita esa mañana para hacer un convenio con el banco, y poder pagarles en pagos más justos.
—Le informo que ha perdido su cita con el abogado del caso de la hipoteca de la casa situada en calle candal rom #891 entre avenida king y salamanca...
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進む SUSUMU © ✔️
RomanceSUSUMU del japonés (ir hacia adelante... en español Seguir adelante) Blake jamas imagino que sufriría el dolor de la perdida de un ser amado tan rápido, siendo ahora un viudo con dos hijos que tendrá que salir adelante a pesar de todas las circuns...