Había pasado una semana y media desde que Gian había sido dado de alta, una semana desde que Aixa y Blake parecían conejos follando donde les daba placer, siempre cuidando de no ser descubiertos como aquella vez que Alain los había cachado en la cocina.
Era el peor chantaje que había recibido Aixa por parte de su hermano para no ir corriendo a contárselo a sus padres, aunque Aixa creía que estos se las olían recientemente pues cuando estaban al comedor Joseph solía darles esa mirada de «sé lo que hicieron esta mañana» tal como lo estaba haciendo en ese momento mientras desayunaban antes de partir a la clínica para tener el resultado final después de quitarle los tapones a Gian.
Abei tuvo una recuperación exitosa y el medico ya les había entregado su alta junto con una serie de cuidados y dieta para la niña, la cual seguía al pie de la letra, pues su cumpleaños se acercaba y quería que le festejaran.
Aixa se movió incomoda en la silla. Su zona intima jamás se había sentido tan sensible, ni las incontables veces que lo había echo con Chae sin descanso, no era que comparara tamaño y grosor con las únicas dos parejas sexuales que había tenido en sus dos casi tres años de actividad sexual, pero Blake la llenaba tan bien y se movía... se mordió el labio bajando la mirada al plato, sus mejillas habían adquirido tres tonos más de rojo del habitual.
Su bebé soltó un gritito sobre los muslos de su abuela Molly quien había insistido en alimentarlo —el avioncito, el avioncito— murmuraba con voz infantil la abuela, moviendo la cuchara en direcciones opuestas. Gian no le perdió de vista hasta que la cuchara estuvo dentro de su boca. Cerró sus ojitos y suspiro deliciosamente.
—¿Estamos listos?— entro en la cocina Tara con su abrigo en la mano. Beng venia justo detrás de ella, recién llegaban de su viaje por Europa, donde tuvieron una pasarela para Gucci, y después de esto tomaría un largo y merecido descanso pues también su boda ya estaba próxima, y aun había mucho que terminar de organizar. —Mamá está espetando en la van con los niños— informo. Aixa y los demás se pusieron de pie para saludar a los recién llegados.
—¿Así que tú eres Blake?— pregunto Tara estrechando la mano del hombre.
—no eres un poco mayor para mi cuñada— pregunto Beng por otro lado. Estrecharon manos.
—Un gusto a ambos, y probablemente si sea un poco...
—Blake cariño— Aixa poso sus manos en el hombro de Blake le beso la mejilla. Se giró mirando a su hermana y cuñado —solo quieren incomodarte, no les hagas caso.
Se aproximó a los recién llegados abrazando a su hermana seguido a su cuñado quien no la soltó en un buen rato.
—Seguro mi primo no está muy contento verdad— sonrió con burla mirando la reacción de Blake.
—¿Quién es su primo? Alguien de quien tenga que preocuparme— pregunto Blake una vez estuvieron en camino hacia la clínica. Gian estaba en los brazos de Aixa acurrucado jugando con la bufanda que la chica llevaba alrededor de su cuello. Cuando se cansó de jugar se puso de pie estirando los brazos a su padre quien lo tomo recargándolo contra su pecho, él bebé acostó su cabeza en el hombro de su padre viendo a sus hermanos jugar y hacerle caras. Soltó una risa alta causando a los demás reír por igual.
—Descuida es solo Chae.
—Entonces tengo mucho de qué preocuparme— Aixa le sonrió, le beso los labios y recargo la cabeza justo al lado de donde Gian estaba.
El camino fue en silencio a excepción de los ruiditos del bebe y las risas de los más pequeños, Joseph rompía el silencio de vez en cuando para entablar conversación con los hombres ajenos a su familia, a Blake y su padre les había echo una gran propuesta, que les fue imposible de rechazar a pesar de que tenían que viajar a un país distinto y no volver más a su casa en Australia.
ESTÁS LEYENDO
進む SUSUMU © ✔️
RomanceSUSUMU del japonés (ir hacia adelante... en español Seguir adelante) Blake jamas imagino que sufriría el dolor de la perdida de un ser amado tan rápido, siendo ahora un viudo con dos hijos que tendrá que salir adelante a pesar de todas las circuns...