capitulo 4

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El traqueteo del aparato metálico le ponía nerviosa. Dio un vistazo a la chica a su lado quien apretaba con fuerza los papeles en su pecho, por lo menos esta vez no estaría sola si el elevador decidía quedar parado. Como aquella vez que se quedó atrapada sola y entro en pánico, el médico le recomendó usar mejor las escaleras, pero ella era demasiado floja y no tardaría tres horas para llegar hasta la última planta solo por su fobia.

Aixa bajo la vista observando los impecables zapatos de marca que la chica llevaba, eran rosas con tiras en la parte alta del tobillo, se miraban muy cómodos para estar mucho tiempo parada.

—Me gustan tus zapatillas— dijo Aixa después de furtivas inhalaciones y exhalaciones, cuando el pie de la chica no dejaba de rebotar nervioso en el suelo de metal. Y eso le estaba poniendo más aun los pelos de punta.

—Uh... oh... mm— miro sus pies. —si son bellas. Costaron más de lo que podría pagar, pero quería estar presentable en mi primer día de trabajo— cruzo los pies.

—Estás nerviosa.

—¿Se me nota mucho?— pregunto alarmada. Aixa estiro su mano tocándole el hombro. Le sonrió.

—Lo aras bien, todas nos ponemos nerviosas en nuestro primer día.

—También eres nueva...

—No, ya tengo mucho tiempo trabajando para la empresa— le dedico una sonrisa amigable a la chica quien parecía estar más relajada —Entonces, ¿Cuál puesto ocuparas?

—Asistente de la secretaria ejecutiva.

—Oh, ya veo. Sandi es una buena persona, aprenderás mucho de ella. Y papá es un buen jefe no... ¡oh al fin!— exclamo cuando las puertas se abrieron.

Sonrió a la chica quien lucía confundida, pero antes de que dijera nada salió del ascensor.

Se sentía mareada y casi cae al suelo de no ser por unos fuertes y fornidos brazos que la sostuvieron. Un fuerte suspiro escapo de los labios de la chica quien salía del ascensor también.

Respiro profundamente llenando sus pulmones de aquella conocida colonia. Sonrió como boba aferrándose a los brazos que aun la sostenían, amaba a ese hombre que la cuidaba y celaba como un novio o un padre lo hacía si trataban de robar su atención.

—Debes tener más cuidado, hermanita— Aixa miro a la chica que aún estaba a su lado —estoy bien— musito para ella, volviendo su atención a su hermano.

—Lo siento. Sabes cuánto odio estas cosas. Y papá que aún se empeña en seguir en el último piso.

—Te entiendo. ¿Vienes a dejar el coche?

—Mjm... Espero y papá no se moleste, aguarda— se detuvo a pasos de la puerta de la oficina de su padre, se volteo viendo a la chica parada en el gran escritorio de la recepcionista de esa área.

—Buen día, Kari.

—Oh, buen día señorita Lawhorn.

—¿Cuál es tu nombre?— pregunto a la nueva chica.

—Oh, emm, soy Olivia— estiro su mano, apretando la carpeta con la mano izquierda.

—Un gusto Olivia, yo soy Aixa y el— señalo con el dedo al chico sumergido en el celular —bueno él es mi hermano. Cruzo un par de palabras con ambas chicas antes de regresar donde su hermano le sonreía a su celular.

—Aixa es un amor al igual que Alain, su hermano además que esta guapísimo. Pero de quien tienes que cuidarte es Tara, ella es muy especial y perfeccionista, es difícil tenerla contenta.

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