Una flor azul y dos palabras.

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—Me encanta el color de tus ojos. ¿Que color son, verdes? ¿Me dejas tomarte una foto?Apuesto a que tu madre es tan bonita como tú.

—Por favor.., déjeme pasar. —Que mala suerte tuvo Bibi al encontrarse con ese tipo que le hace doler el estómago cada que lo ve o tiene que llevarle papeleo a su oficina. Los elevadores del edificio no están funcionando desde ayer y todas aquí han tenido que hacer ejercicio forzoso subiendo y bajando las escaleras.

El tipo le encontró a mitad de la escalera del tercer piso, tenía que llevar los documentos para la junta de la firma del contrato para el nuevo comercial pero apenas le vio. Se paro frente a ella obstruyendole el paso colocando ambos brazos a cada lado.

—¿Hoy si me aceptarás la salida a comer? —El le agarró la mano y la jalo con fuerza hacia si. Bibi comenzó a temblar y a sentir pequeñas punzadas de sudor en todo su cuerpo. Las carpetas se le calleron al suelo y con las pocas fuerzas que sus brazos delgaduchos le proporcionaban comenzó a alejarlo en medio de pequeños chillidos de miedo, nervios y angustia.

—¡Suelteme! —El tipo le abrazo por la cintura y la apretó con más fuerza hacia el. Bibi sintió que sus piernas temblaban y se soltó a llorar cuando sintió la mano del tipo sujetarle de la nuca, alzo sus ojos oliváceos a el y con temor los cerro Ese tipo iba a besarla y claramente ya no podría hacer nada.

Pero el tipo no se saldría con la suya.

—¡¿A eso vines al trabajo basura?!

Yoongi se canso de esperar a su asistente sentado en su oficina, en menos de 10 minutos empezaría la junta y ella no se apuraba. Por su mente paso que se habria detenido a platicar con alguna secretaria de sus colegas, pero de verdad que no se espero ver a Bibi retenida a la fuerza en las escaleras siendo abusada por Hank, un hombre de más de 40 años un simple y mediocre contador de la empresa que lo único que hace es estar perdiendo el tiempo haciendo más grande su trasero sentado en esa silla que bien puede ocupar otro.

—¡Señor Min! —El tipo palideció, soltó a Bibi y con un ademán de nervios se pasó las manos sudorosas por su camisa amarillenta. Trago nervioso y miro a la chica llorosa y temerosa a su lado. No podría decirle a su superior y futuro Director general de la empresa que solo intentaba ayudarle.

Yoongi bajo en tres pasos totalmente furioso. Le agarro de la camisa y tratando de contenerse apretó los dientes y le dijo.

—¡Malita mierda ya me cansaste! —El pelinegro le tiró un golpe logrando hincar al tipo. Miro por un momento a su asistente llorar temerosa y con sus brazos en su pecho repegada a la pared mientras veía la escena y eso le hizo enfurecer aún más. Le dió otro golpe y al tírarlo al suelo le dió una patada.

Pronto se oyeron pasos y en unos instantes ya estaba algunos colegas del pelinegro y dos tipos de seguridad.

—¡Yoongi! —uno de sus compañeros le hizo a un lado para detener el escándalo y otros más ayudaron al tipo en el suelo—. ¿Que paso?...

—¡Quiero tu maldita renuncia en mi escritorio, mierda! —Yoongi se soltó de sus compañeros y volvió su mirada a Bibi, ya solo tenía los ojos llorosos pero se seguía viendo miedosa. Después se dirigió a los guardias y les indico que no le dejarán salir hasta que el pudiera desocuparse.

—¿Está todo bien? —El sr Yu, compañero y ahora amigo del pelinegro le pregunto con suavidad sin tocarla. Yoongi no tenía que explicar nada, era entendible lo que había pasado. Bibi asíntio sin poder decir palabra alguna y apenada levantó de nuevo sus carpetas.

—La junta Yoongi. —Le dijo su compañero. El pelinegro gruño molesto y exhaló profundo para tratar de controlarse—. Tranquilo ya le diste su merecido.

SMERALDO (sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora