Terminemos con esto.

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Yoongi iba conduciendo su auto lo más rápido posible que el tráfico de la tarde, noche (el más pesado durante el día) se lo permitía. Iba tamborileando los dedos en el volante, gruñendo y maldiciendo con impaciencia pues estaba a menos de diez minutos de llegar tarde a la reunión en su empresa.

Tras ver cómo él castaño se desvaneció en sus brazos, Yoongi se llevó el susto de su vida pues su esposo tardo en reaccionar, entonces no espero ni un segundo más y lo llevo al hospital.

De inmediato lo internaron a urgencias. Quiso dar los datos del castaño y mencionar también lo que le había pasado sin embargo él médico que los recibió le cortó secamente diciéndole que no hacía falta que diera los datos pues Jin ya estaba registrado antes y cuando quiso pasar como su acompañante, esté mismo no se lo permitió.

Eso le dejó extrañado al pelinegro pero estando la salud de Jin de por medio, no le quedó de otra más que aceptar y se pasó toda la mañana en la sala de espera del hospital preocupado por él.
Cuando él mismo médico salió a darle informes después de dos horas, supo que Jin había sufrido un ataque de ansiedad que le disminuyó drásticamente su presión arterial y por ende, se desmayo.

“Algo debió de provocarle mucho estrés”

Esas fueron las palabras del médico que atendió al castaño pero Yoongi sintió como si él supiera exactamente lo que había sucedido y que lo estaba acusando por eso. Obviamente Yoongi no supo responder a eso pues él mismo se sentía culpable y responsable de lo que Jin había sufrido.

Cuando paso a verlo, se quedó sosteniendo su mano inconsciente todo el rato que se lo permitieron. Extrañamente se sentía como vigilado todo el tiempo por ese médico he incluso por algunas enfermeras. Cómo le dieron un calmante, Jin no despertó. Así que le dijo a su bello rostro dormido que regresaría por la noche para cuidarlo y le dió un beso en los labios.

Finalmente llegó a su reunión con quince minutos de retraso. Su colega él sr Yu ya estaba empezando con algunos temas que cedió en cuanto él entro a la sala.

Al finalizar la junta exitosamente cuarenta minutos después. Todavía se tuvo que quedar a terminar unos papeles que necesitaban urgentemente ser revisados y firmados solo por él, director de la empresa.
Fue dentro de su oficina donde perdió el lapso del tiempo. De un momento a otro se quedó más que metido en su trabajo y cuando recordó, dejo un último proyecto a medias y salió de su oficina con su gabardina colgando de un brazo y el portafolio en la otra mano.

Bibi se levantó de inmediato de su asiento al verlo acercarse a su cubículo a paso apresurado.

—Sr Yoongi —le saludo con una sonrisa alegre, en toda la mañana no lo había visto y desconocía a qué hora habría llegado—. Me alegro de verlo.

—Quiero que lo termines de revisar —pidio Yoongi dejándole el portafolio en su mesa— mañana pasaré a recogerte y espero que ya lo tengas listo —termino de ponerse la gabardina y avanzo a los elevadores.

—¡Pero...!

La chica de ojos olivas se miro el portafolios sin comprender del todo y al verlo apunto de irse nuevamente, movió su silla bruscamente para salir de su cubículo y corrió detrás de él.

—¡Sr Yoongi! —exclamo— ¡Esperé!

Él pelinegro no se detuvo pero si la miro de reojo por encima de su hombro.

–Tengo prisa Bibi.

—Si ya veo pero, ¿no íbamos hacer esto juntos? —le espetó luciendo un poco confundida. Así ha sido los últimos meses que ha trabajado con él pelinegro, ambos se han acoplado a la forma de trabajar del otro y se entienden. Ella se siente cómoda así—. Sr Yoongi yo no...

SMERALDO (sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora