Volver al pasado es desastroso.

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Estuvo toda la noche contemplando aquel ramo de smeraldos. Dándose cuenta de que la belleza de esas flores de su color, su aroma, los pétalos, los detalles. Todo en ellas le dejaba un enorme vacío.

Ya no sentía ese gusto en él. El hechizo de encanto se terminó, se acabó cuando supo que fue Yoongi quien se las había mandado. Intentó encontrarle una pequeña razón a su acto de enviarle flores, él nunca fue un hombre de detalles y el que lo haya hecho justo cuando su matrimonio se empezaba a desmoronar lo confundía.

¿Por qué? ¿Por qué hasta este momento?

Lo que se habían hecho mutuamente, la distancia y todo el tiempo que dejaron pasar sin hablar para solucionar las cosas entre ambos, no se arreglaba con solo la intención hermosa de esas flores.

Sin embargo había un débil eco en su cabeza, como un susurró de su interior que le cuestionaba. ¿En realidad, para que estaba haciendo todo eso? ¿Valía la pena todo ese sufrimiento? ¿Qué sucedería después? ¿Qué haría él de su vida? ¿Sería así de triste y duro siempre? Porque por desgracia lo seguía pensando, le preocupaba que estuviera mal pero tampoco deseaba verlo.

Hubiera querido que todo eso fuera un mal sueño. Volvió a leer la nota sintiendo un hueco en su estómago y de nuevo su interior le cuestionó temeroso. ¿Sería tan fuerte para verlo? ¿Y si él quiere regresar?.

No, definitivamente no iba a cambiar su decisión. Por más que le esté costando lágrimas y sangre, no le dará otra oportunidad a Yoongi.

Él amanecer le sorprendió viéndole todavía ese ramo. Estaba sentado en el sofá con las piernas abrazadas a su pecho y las flores aventadas en la mesa. Le preocupaba y le angustiaba que Yoongi fuera buscarlo otra vez, no quería verlo. No ahora que le está costando tanto, no después de lo que hizo. No cuando todavía se siente débil ante su presencia.

Estaba pensando en que debía hacer con las flores ahora, no las quería aunque fueran hermosas. ¿Debía tirarlas a la basura o debía ponerlas en un jarrón con los demás?

No tuvo tiempo para decidirse porque su corazón sucumbió al pánico cuando llamaron a la puerta. Se levantó con un respingo de susto del sofá ¿Y si era Yoongi? Jin se congelo de miedo pensando que era él, dijo que lo haría y la ansiedad le hizo ahogar su corazón. Con la respiración agitada camino de puntitas hasta las escaleras para no hacer ruido, no quiera verlo.

Pero antes, volvieron a llamar a la puerta.

—¡Jin! —era la voz del médico rubio— ¡Abre la puerta por favor! ¿Estas ahí?

Él castaño se detuvo en seco al darse cuenta y sin pensarlo dos veces corrió a la puerta. La abrió y se echó a los brazos del rubio quien al llevar unas bolsas de comida en las manos, las soltó enseguida para abrazar al castaño.

—¡Jin! ¿Que pasó? ¿Estas bien? —se preocupó al sentir que temblaba, lo alejo un poco para verlo a la cara pero él castaño se volvió a aferrar a su cuerpo—. Está bien, tranquilo —le susurró cálidamente mientras le acariciaba la coronilla—. No pasa nada Jin, respira profundo.

A Jin le tomo un tiempo para calmarse y respirar profundo. Hoseok lo llevo hasta el sofá y se puso a examinarlo en cuanto esté dejo de ocultar su rostro con sus manos.

—¿Estas mejor? —le pregunto viéndole a los ojos pero luego empezó a revisarle la herida de su muñeca—. ¿Jin? —le llamo de nuevo al verlo ido— ¿Que sucede?

Pero Jin solo parpadeo perplejo y Hoseok soltó un suspiro de alivio luego de corroborar que él castaño no se había lastimado. Al menos estaba tratando de intentarlo. Se puso en cuclillas frente a él y le acomodo los cabellos de su frente que le cubrían un poco los ojos.
Se podía decir que todo estaba en orden, nada estaba bien en Jin pero al menos seguía en orden.
Él castaño se quedó ensimismado en sus pensamientos sintiendo sofocante aquel terrible presentimiento que le decía que Yoongi lo buscaría y no quería que sucediera, no por ahora.

SMERALDO (sujin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora