SMERALDO (sujin)

Secretos

Jin se despertó en medio de la oscuridad de la habitación, sentía unas manos sobre su pecho frotarse hasta su vientre. Volteo su mirada adormilada hacia su reloj, eran justo las 12:40 de la madrugada el tenía mucho sueño y habría jurado que no despertaría hasta pasadas las 9 de la mañana.

Un beso en su hombro desnudo, le hizo dar un pequeño sobresalto. Se frotó los ojos rápidamente y alzo la cabeza de la almohada para darse cuenta de que Yoongi ya le había desabrochado su camiseta del pijama y sus manos se deslizaban por todo su pecho y abdomen desnudos.

—Yoongi... —susurro— estoy cansado.

Pero Yoongi si estaba de ánimo para eso y más. Anoche que llegó del trabajo imagino que al abrir la puerta su esposo lo recibirá con una sonrisa ensoñada y se le echaría a los brazos y le dejaría besos por toda la cara. Sin embargo cuando entro no hubo nada de lo que había imaginado.

Jin estaba esperándolo con su cena como siempre y aunque sabe que a Yoongi no le gusta comer a solas. Lo dejo para ir a su habitación, cuando el pelinegro subió creyendo que no habría recibido el ramo o que Jin lo habría tirado. Encontrar el ramo de flores azules en un pequeño florero encima de su buró, eso lo hizo sonreír y emocionarse como un tonto adolescente. Por eso estuvo paciente a esperar la alarma del castaño para felicitarlo y amarlo pero a media noche ya no resistió más y comenzó a besarlo y a desnudarlo.

—Feliz cumpleaños. —Yoongi lamió el lóbulo de su oreja pensado poder provocarle a su esposo sus deseos. Pero Jin solo quería seguir durmiendo, hacia mucho frío afuera y las caricias del pelinegro le estaban sofocando— Ya es 4 de diciembre. —Le recordó pues parecía que Jin seguía dormido—. ¿Te gustó? —Le pregunto Yoongi por su ramo.

Jin con los ojos cerrados y el ceño fruncido asintió recibiendo los besos de Yoongi en su boca y cuello.

—Si.., si me gusto pero... son las doce Yoongi tengo sueño. —Claro que a Jin le gustaban las felicitaciones, a quien no le gustaría. Pero no a esa hora de la madrugada—. Está noche no Yoongi...

Yoongi no le escucho y le atrapó la boca en un beso apasionado. Con un gemido ronco y un movimiento brusco, le bajó el pantalón del pijama mordiendo su labio inferior.

Se enderezó para quitarse la camiseta blanca y con la poca luz de luna que se colaba por las ventanas de la habitación, Jin noto la expresión exitada de su esposo así como su piel pálida. Después siguió las manos de Yoongi que se deslizaban por debajo de su pantalón, jugo un poco con el elástico y de un momento a otro se lo bajo hasta los muslos dejando su miembro duro a la vista del castaño.

Jin no pudo evitar bajar su vista a el, trago nervioso y cuando le volvió a mirar. Está ves Yoongi le miraba con ternura apesar de lo ansioso y exitado que se encontraba. Se coloco encima de el y Jin se estremeció al sentir su piel desnuda con la de su esposo.

—Yoongi... —Volvio a pronunciar su nombre como una suplica con los ojos cerrados. Pero sentía el miembro del pelinegro frotarse en su entrada sensible provocandole un escalofrío que le recorrió todo su cuerpo desnudo y maldijo que estuviera reaccionando a las caricias de Yoongi si ya el se había castigado así mismo.

Jadeo involuntariamente sintiendo su cuerpo arder e ir envolviéndose en la excitación, pero su corazón seguía frío y Jin sabía muy bien. Que cuando todo eso pasara, volvería a sentirse tan culpable y miserable como antes.

—Jin... —Yoongi sintió arder sus mejillas y agradeció que estuvieran rodeados por la oscuridad de la noche. Este era un momento especial para el porque sentía que de nuevo podría tener una nueva oportunidad este, su matrimonio—. Eres mi vida entera y te...