Ya era de noche para cuando llegaron a casa de los Marcovaldo. Al bajar del vehículo, pronto los gritos de emoción de la familia Paguro se hicieron presentes.
— ¡Luca! —Le llamaron al unísono.
— ¡Mamá, papá, abuela! —Exclamó, corriendo a su alcance.
La familia se había reunido. Ahora todos abrazados, reían y se abrazaban con fuerza. Daniela Paguro lloró de emoción al ver a su hijo después de tanto tiempo. En cambio, Lorenzo Paguro solo sonreía y le recordaba lo mucho que lo amaba. Su abuela, le besó los cachetes a más no poder y le revolvió el cabello.
—No vuelvas a irte por tanto tiempo, te extrañamos mucho. —Le dijo su madre, ahora también besándole la frente y abrazándolo también.
—No volverá a suceder, mamá.
—¿Por qué le dices eso, Daniela? ¡Ya es todo un hombre! Míralo, ha crecido mucho. —Notó la abuela.
—Es cierto, estás tan cambiado... Hasta tu voz es diferente.—La madre reconoció, viendo de pies a cabeza a su hijo, que ya no era un pequeñín de trece años. —Pero aún así sigues siendo mi pequeño alevín.
—Ma... —Dijo, rodando los ojos algo avergonzado para luego volver a abrazarla. Ahora él era más alto que ella y su padre, por lo que la impresión fue mayor. —También los extrañé mucho.
—Te amamos, hijo. —Volvió a decir el padre, para unirse al abrazo.
—Bueno. ¿Massimo y la lagsana? ¡Tengo hambre! —Reclamó la abuela, sacando varias risas entre el grupo.
— ¡Finalmente, alguien que me entiende! ¿Podemos comer, papà? —Le preguntó Giulietta, claramente impaciente.
—Bene, vamos al patio. Encenderé el horno.
—Ayudaré a Giulia con su equipaje. —Mencionó Alberto, adelantándose con la menor.
—No puedo creer que finalmente veo la habitación ordenada desde que duermes aquí. —Dijo la pelirroja, mientras desempacaba sus cosas.
—O tal vez te acostumbraste a mi desorden. —Mencionó Alberto, mirando alrededor y dándose cuenta de que en verdad, todo seguía igual que siempre.
—Puede ser. ¡Ay hermano, en serio te eché de menos! —Dijo, abrazándolo.
—Yo no. —Mencionó, molestándola. Cuando Giulia lo miró de reojo, él se rió. — ¡Por supuesto que lo hice, stupida! Pero no demasiado.
—Arruinaste el momento.
—Lo sé. No voy a disculparme.
Los dos se rieron. Era cierto que no pasaban tanto tiempo juntos puesto que solo se veían en el verano, pero aún así, su relación de hermanos era como si se hubiesen visto ayer.
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¡Ciao, Ciao! /Luberto Fanfic
Fanfiction"¡Ciao, Ciao!" narra la historia de Luca y Alberto reencontrándose una primavera de 1972, a casi cuatro años desde la última vez que se vieron. Cuando Luca no cumple su promesa de regresar a Portorosso cada verano, Alberto decide superar su antiguo...