Capítulo 27

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Maratón 1/2

El tiempo pasó para los jóvenes en aquel risco. Fue relajante.

Damiano se quedó dormido en el césped, Rossana pensaba que podría hacer lo mismo porque seguía recostada en el regazo de Giulia, y ella le acariciaba el cabello de una forma tan suave, que sintió que era muy parecido a que le cantaran una canción de cuna. Ambas conversaban aún sobre el futuro y de los planes que harían para poder verse aun cuando los gemelos se fueran a estudiar lejos.

Luca y Alberto se alejaron un par de metros para sentarse en el borde del risco a charlar, dejando que sus pies se quedaran colgando mientras observaban unas nubes negras acercarse al lugar donde todos estaban.

El menor tenía su cabeza apoyada en el hombro del mayor, mirando el mar bajo suyo sin poder dejar de pensar en lo mismo que pensaba Alberto: Queda poco tiempo juntos.

—Lloverá. —Luca murmuró.

—Eso parece... ¿Deberíamos irnos?

—No, déjalo así... Solo es un poco de lluvia. No quiero que acabe el día tan pronto.

—Sobre eso... ¿Ya empacaste para-

—No.

— ¿No?

—No lo menciones, no quiero hablar de eso, Alberto. Ni siquiera he hecho la maleta para empezar... Simplemente no...

—Pero es algo de lo que tenemos que hablar, no me gustaría que olvidaras nada aquí. Aunque sí, entiendo si no quieres sacar el tema, yo tampoco quiero que se acabe el día. No me siento listo para que te vayas...

—Solo... —Luca se levantó un poco para mirar al mayor a sus ojos y sostener su mano. —Quiero disfrutar de esto. Nada del futuro, nada de pensar más allá, solo quiero vivir esto, contigo.

Alberto sonrió y se dejó acariciar el cabello por Luca, quien ofreció su pálida mano para que el moreno reposara su mejilla. —Aún queda tiempo, burbujita. —Murmuró, besando la palma de aquella mano.

—Te quiero. —Dijo, mostrando una sonrisa nostálgica.

—Yo también, muchísimo y lo sabes.

—No veamos el reloj cuando volvamos a casa.

—De acuerdo, no veamos el reloj. —Murmuró, a la vez que se sorprendía porque una gota del cielo cayó en su nariz, dejando una manchita violeta en ella, una escama visible.

Luca vio al cielo y de igual manera, fue mojado por unas cuantas gotas, revelando escamas también. — ¿Sabes qué es lo único que no hemos hecho aún, Beto?

—¿Qué? —Preguntó, viendo como el menor se levantaba y le ofrecía su mano.

— ¿Me concederías un baile bajo la lluvia?

El mayor sonrió ante la idea y tomó la mano de Luca, no sin antes mencionar: —Pero no tenemos música.

—No hace falta, haremos la nuestra. Solo tarareemos esa canción del otro día. ¿Te acuerdas de ''Something stupid''?

La lluvia comenzó a hacer más presencia, y ahora ambos estaban en sus formas marinas, discutiendo como empezar. Se tomaron de las manos y Alberto habló. — ¿Pues cómo no? —Declaró y luego sonrió un poco avergonzado de lo que iba a decir, bajando sus orejitas de lautés y enterneciendo al chico de escamas verdecitas. — ¿Cómo empezaba?

De la mano, Luca comenzó a tararear el inicio de la canción, es decir, la primera estrofa, y Alberto le siguió.

—Ya lo tienes, solcito.

¡Ciao, Ciao! /Luberto FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora