Capítulo 20

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Porque ya salió el trailer de Ciao Alberto y no me aguanté, hoy les traigo:

Capítulo con música, dejé la canción arriba. Cuando llegue el momento, le das a reproducir. 🤍✨

***

Finalmente, a eso de las siete de la tarde llegaron al lugar prometido.

La nueva pista de patinaje era enorme y al aire libre para cualquiera que deseara ir. No estaba tan lejos del centro de Portorosso, sin embargo, se encontraba en lo alto de una de las colinas pobladas. Ahí, en ese lugar tranquilo junto a algunos comercios, bajo los cerezos y los alcornoques mediterráneos, se veían los coloridos edificios bajando hasta la playa.

El suelo de la pista era una mezcla de madera y resina. No había techo como tal, solo un par de barrotes pintados de blanco que se tapaban por unas cuantas enredaderas y los propios árboles, por lo que el lugar solo se usaría en épocas primaverales y estivales. Siguiendo con la descripción, había unas columnas envueltas por enredaderas de luces y plantas que embellecían el lugar. También, había unas bocinas tocando música, y qué decir del fresco viento que bajaba de las colinas...

Varias personas estaban patinando ahí. Algunos eran grupos de amigos, otros eran padres llevando a sus hijos, había personas que iban en solitario y algunas personas iban en pareja.

Al pedir los conocidos patines''rollers'', el mayor se vio confundido. — ¿Ustedes saben cómo hacer esto? Sono un po' confuso. —Preguntó Alberto, un poco extrañado cuando recibió el par de color blanco en sus manos.

— ¡Por supuesto! De hecho, ni siquiera debo rentar las mías. Es como caminar. —Mencionó su sorella, quitándose su mochila y sacando de ella un par de patines amarillos con ruedas rojas y detalles en diversos colores.

—Con Giulia, a veces solíamos ir a patinar después de las clases. Es divertido, aunque algo difícil al comienzo. —Mencionó Luca, sentado en un banco y terminando de atar los cordones de sus patines blancos. Así se levantó y comenzó a andar lento dentro de su misma posición, probando aquellos zapatos con ruedas.

— ¿Con lo mucho que les costó hacer que me acostumbrara a los zapatos, creen que usaré estos?

—Vamos, no es tan complicado como Luca dice. Póntelos y párate, verás que es fácil. 

— Bien, probemos esto. —Alberto se colocó los patines en los pies, atándolos. Claro, hubo un problema. Cuando intentó levantarse para caminar como siempre, sintió que su cuerpo se deslizaba hacia atrás y gritó, siendo atrapado de inmediato por su hermana.

— ¡Cuidado! ¿Todo bien? —Cuestionó ella, sosteniéndolo de ambos brazos mientras el moreno estaba de espaldas.

— ¡Claro que sí, lo he hecho un millón de veces! Es solo que no estoy acostumbrado.

— ¿Seguro? —Preguntó Giulia, sin creerle. —Porque si no lo sabes... Mejor dime, podrías lastimarte.

— ¡Totalmente! Puedes soltarme.

Como era de esperarse, el ojiverde no había usado patines jamás en la vida. Al ser soltado por Giulia, él seguía resbalándose y balanceándose hacia adelante y atrás, pues sus rodillas no lograban permanecer quietas. Se sostuvo entonces de lo que fuera con tal de no caerse, llegando a permanecer inmóvil y rígido como una estatua.

Luca se rio por lo gracioso que se veía cuando se tropezaba y se asustaba, pero Alberto lo miró con enojo y algo de vergüenza. Entonces supo que debía parar, porque recordó lo extraño que él había estado actuando todo el día, y probablemente burlarse sería peor. — ¿Te ayudo?

¡Ciao, Ciao! /Luberto FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora