Capítulo 30

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La noche comenzó a helarse un poco más, así que Giulia se cubrió los brazos con sus manos, mirando a sus propios pies y sintiéndose un tanto extraña.
No estaba nerviosa, pero el sentimiento se acercaba bastante.

Luca la observaba con atención. Podría contar con los dedos de una sola mano las veces en las que había visto a su intrépida amiga actuar de esa forma, así que era algo muy importante.

—Giulia, sabes que puedes confiar en mí. —Mencionó Luca. —No le diré a nadie, pero en serio ya empiezas a asustarme porque no dices nada. ¿Tan malo es?

—No, no es malo. Es confuso nada más. —Suspiró. —La noche antes de regresar, en la pijamada, Dam se fue a dormir más temprano.

El chico se acomodó mejor en donde estaba sentado y se cruzó de brazos, protegiendo a sus manos del frío.

—Me quedé con Rossi un rato y nos pusimos a hablar del futuro, ya sabes, en ese punto de la noche donde hablas de cosas sentimentales y te vuelven los recuerdos. Como nosotros ahora. —Sonrió. —Así que me contó más sobre Roma y sus planes de ir a la universidad.

— ¿Y bien?

—Me invitó a que cuando supiera que estudiar, fuera a la misma universidad que ella y que compartiéramos un departamento. Le dije que lo pensaría. Dos veces, esa noche y en la estación de trenes.

—Oye, pero eso no es malo.

—Es que eso no es todo. Ella... No paraba de decir cuan agradecida estaba de haberme encontrado, y de que me apreciaba mucho. No voy a mentir, también lo hago pero luego...

— ¿Pero?

—Puede ser que tal vez... Me haya dado mi primer beso. —Dijo, cerrando un ojo y manteniendo el otro abierto, para ver la reacción de su amigo.

Luca alzó las cejas y pronto mostró una sonrisa. — ¿Eso es todo? ¡Eso es genial! ¡Giulia, fue tu primer-

— ¡No! —Exclamó ella, dejando a Luca con una clara confusión encima. —No es genial, es más complicado de lo que parece. Ni siquiera me lo vi venir, fue totalmente inesperado y tampoco preguntó.

—Pero, imagino que debe haber sido lindo, digo, fue un beso, debió significar-

—No significó nada, Luca. No todo en la vida es darse besitos únicamente cuando te gusta alguien, como tú y Alberto. Esto es diferente, a veces puedes... Hacerlo sin que te guste.

— ¿Entones, ella no te gusta?

—No lo sé. —Murmuró.

— ¿Cómo que no lo sabes, Gi? La gente se da cuenta de estas cosas.

—No lo sé, yo no puedo notarlo. Pero tú si. ¿Cómo te diste cuenta de que te gustaba Alberto?

—Pues... La primera vez que nos separamos.

— ¿Sí?

—Cuando me dio el boleto de tren y solté su mano al irme, supe que no quería alejarme de él. Es inexplicable, fue una sensación muy linda en el pecho, pero a la vez triste porque me estaba alejando.

Giulia le miró con atención, con la mirada seria pero aun así preocupada.

—No me di cuenta en el instante, pero cuando llegamos a Génova e hice otros amigos, pude darle un nombre a lo que sentía. Me puse a pensar en que tal vez lo quería más que como un simple amigo. Es que nuestra relación no era igual a las demás, era... Es. —Se corrigió. —Especial.

¡Ciao, Ciao! /Luberto FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora