Luca miró de izquierda a derecha, intentando encontrar al moreno y a su silueta, pero no viendo más que niños comiendo gelato y volando cometas, árboles meciéndose por el viento y gente en los comercios. ''Podría estar en cualquier lado'', era lo que pensaba Luca, hasta que vio su peinado rizado con aquel característico copete, y lo siguió.
El moreno iba bajando lento por las calles en dirección a la lejana costa, con las manos en los bolsillos de sus jeans y la mirada baja.
— ¡Alberto! Alberto, espera. —Le llamó Luca, corriendo tras él y alcanzando su brazo, deteniéndolo de inmediato.
— ¿Qué? —El chico se volteó, dejando que la mano del menor siguiera reposando en su antebrazo.
— ¿Era yo el problema, verdad? Alberto, dime algo. ¿Estás molesto?
—Sí y sí, estoy molesto porque decidiste que no contármelo era lo mejor. ¿Somos mejores amigos, verdad? Se supone que confiamos el uno en el otro, pero en su lugar quedé como un tonto que tuvo que fingir que ya sabía, porque parece ser que todo Portorosso estaba al tanto y yo no.
—Eso no es así, iba a decírtelo. Pero no sabía como...
— ¿Por qué?
—Porque ni siquiera es algo seguro, no me decido aún por lo que quiero hacer con mi vida, todavía falta un año... ¡No lo sé! No quería que te molestaras, y tampoco que lo supieras de esta forma...
—Pues estoy molesto, porque siento que... —(no confías en mi y me abandonarás). Pensó, pero no podía hacer eso, no podía manipularlo para hacer que decidiera quedarse.
— ¿Qué? Dímelo...
— No importa eso. — Murmuró, bajando la cabeza y esta vez zafando el agarre de las manos pálidas de Luca. —Pero lo habría entendido, es tu decisión.
— ¿En serio?
— ¡Sí, Luca! ¿Cómo no? Quiero decir, creo que es asombroso que te vayas a estudiar lejos porque... ¡Porque eres brillante, eres tan inteligente y tan curioso! Lo habría entendido porque es tu sueño, porque mereces hacer grandes cosas y no podría estar más orgulloso.
¿Alberto realmente pensaba que era todas esas cosas y estaba orgulloso?
—Beto...
—Pero no fuiste nada transparente conmigo.
—Bueno, tú tampoco fuiste precisamente lo más transparente conmigo, Beto. Supongo que ibas a decirme quién es la persona que se encarga de mi colegiatura, ¿no?
En esa colina empinada, el silencio hizo presencia y ambos podrían haber jurado que sintieron el mismo escalofrío recorrerles la espalda, aunque quizá se debía solo a la brisa primaveral, y porque ya anochecería.
— ¿Cómo sabes eso? —El moreno se atrevió a preguntar.
—Sí, así es. Yo también sé cosas, Alberto. Y no, no estoy molesto por eso, porque asumo que ibas a contármelo en algún momento. No estoy aquí para reprochártelo.
El moreno enmudeció y miró al cielo esta vez, buscando las palabras porque en realidad, no iba a decírselo nunca. —Lu... No quiero que te sientas mal por esto, pero asumes mal; yo no tenía intenciones de decírtelo. Nunca iba a hacerlo.
— ¿Por qué no?
—Porque si te lo decía, no lo aceptarías, incluso pensé que podrías sentirte en deuda conmigo o algo. Creí que te sentirías responsable o quizás culpable...
—Nada de eso, al contrario. He estado buscando las palabras suficientes para agradecértelo, pero ninguna era suficiente. Es que... ¡No se me ocurre quién diablos podría hacer eso por mi en el mundo! Y sin embargo, tú lo hiciste... Y no tenías que hacerlo. —Dijo, agradeciendo con la sonrisa más sincera que le había regalado en todos estos años. —Gracias, Beto...
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¡Ciao, Ciao! /Luberto Fanfic
Fanfiction"¡Ciao, Ciao!" narra la historia de Luca y Alberto reencontrándose una primavera de 1972, a casi cuatro años desde la última vez que se vieron. Cuando Luca no cumple su promesa de regresar a Portorosso cada verano, Alberto decide superar su antiguo...