Capítulo 15

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Maratón 2/2

Capítulo con música, dejé la canción arriba. Cuando llegue el momento, le das a reproducir. 🤍✨

***

Del otro lado del pueblo, en aquella colina lejana a la costa, el ojiverde entró al hogar y saludó a Alfonsina, la dueña de casa que ya era como una tía para Luca. Después de todo, era la mejor amiga de su mamá, le ofreció trabajar juntas y bueno, ahora eran como hermanas.

Después de eso, tomó asiento en la sala junto a Daniela, donde había una mesa de madera y unas cuantas sillas. La mujer llevó un par de hilos con agujas y un vestido que estuvo bordando previamente, por lo que comenzó a retomar su trabajo.

— ¿Cómo va lo de la casa nueva? —Preguntó Alberto, recibiendo un vaso de jugo de frutas que le habían ofrecido previamente.

—Este mes conseguiremos el pie para comprarla. Probablemente nos estemos mudando al frente en uno o dos meses. —Dijo la madre, feliz. —Aunque eso no quiere decir que dejaremos nuestra casa en el mar, esto es solo para que Luca tenga donde quedarse, para nosotros tener donde poder recibir visitas y además contar otro lugar donde confeccionar vestidos.

— ¡Eso es genial! Felicidades por eso, me alegro de que ustedes y el señor Paguro finalmente puedan mudarse y tener una casa nueva. Han trabajado mucho para eso.

—Gracias Beto, pero no podríamos haberlo hecho sin ti. —Dijo ella, enfocada en su bordado.

— ¿Sin mí?

—Nos ayudaste con la colegiatura de nuestro pequeño alevín. No sabes cuánto fue eso de ayuda para nosotros. Trabajaste duro también, te lo debemos.

—Oh, eso. No se preocupe por eso, de verdad. Lo hice porque en primer lugar, quería que él fuera a estudiar porque era lo que él deseaba hacer. Y resultó bien, está feliz.

—Me alegra que seas tan bueno con todos nosotros, Alberto. Mereces lo mejor del mundo, en serio. No todos harían lo que tú hiciste.

—No fue nada. —Mencionó el adolescente, bajando su mano como restándole importancia, aunque en realidad, recibir cumplidos de Daniela lo hacían feliz. Era como su segunda familia. —Ustedes significan mucho para mí.

Ella sonrió. —Pero no estás aquí para preguntarme sobre la nueva casa o para charlar de la escuela. Estás aquí por otra cosa.

Alberto se tensó ante esas palabras y bebió de su jugo. —Sí, bueno... Es un poco complicado de explicar.

—Sin presiones, sabes que puedes decirnos lo que quieras, o no decirnos nada si así lo prefieres.

—De hecho, señora Paguro... Quería... Hablarle sobre algo antes de marcharme.

— ¿Qué pasa?

—Usted sabe que para mí, ustedes son como... Mi segunda familia. Y yo jamás querría faltarle el respeto a ninguno. Es por eso que quiero pedirle permiso.

— ¿Permiso? —La madre arqueó una ceja, extrañada. — ¿Para qué sería?

—Sí, lo que pasa es que, bueno... — Tomó aire, sus mejillas enrojecieron y decidió que lo mejor era ir directo al grano. —Me gusta mucho Luca.

— ¡Oh! —La mujer parpadeó varias veces, pero no se inmutó.

—Y... Es gracioso porque... —El chico comenzó a rascarse la nuca de los nervios. —Porque nos conocemos desde hace tiempo y verá... Yo siempre he tenido estos sentimientos por él. —Mencionó con una sonrisa nerviosa mientras miraba al techo.

¡Ciao, Ciao! /Luberto FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora