30 Vuelve Por Favor

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Un aullido rasgo el velo de la tranquila mañana antes de que Jacob hubiera salido de la casa. El tono perentorio del mismo era inconfundible. Esta vez no cabía duda alguna.

- Maldita sea — bufó...

... cruzo la puerta lo más rápido que pudo y se lanzó todo su cuerpo hacia delante para atravesar el porche de un salto. Se dejó tomar por el fuego del cambio de fase mientras estaba en el aire y los pantalones acabaron hechos jirones. Rayos. No tenía más ropa. Bueno si, pero estaban en la habitación de Edward. En fin, eso no importaba ahora. Cayó sobre las zarpas y marcho hacia el oeste a la carrera.

"¿Qué ocurre?", pregunto en su fuero interno.

"Invitados", contestó Seth. "Un mínimo de tres".

"¿Se han dividido?"

"Voy a correr en línea recta hacia Seth a la velocidad de la luz", prometió Leah, a quien escucho resoplar con furia mientras avanzaba a una celeridad de vértigo que convertía el bosque circundante en un manchurrón. "Hasta ahora, no hay otro punto de intrusión"

"No los desafíes, Seth. Espérame."

"Han aminorado la velocidad. Agh, qué rabia no poder oírlos... Creo..."

"¿Sí...?"

"Me da la impresión de que se han detenido."

"¿A la espera del resto de la manada?"

"Calla. ¿Notas eso?"

Jacob absorbía las impresiones de su compañero. Percibía un ligero y callado estremecimiento en el aire.

"¿Alguno ha cambiado de fase?"

"Da esa impresión" coincidió Seth.

Leah volaba en dirección al espacio abierto donde su hermano permanecía a la espera. Hundía las pezuñas en el suelo y derrapaba como un automóvil de carreras.

"Yo te cubro las espaldas, hermano."

"Se acercan" anunció Seth, hecho un manojo de nervios. "Caminan despacio."

"Ya casi llego" les informo Jacob mientras intentaba correr tan deprisa como Leah.

El líder sentía una sensación horrible al verse separado de sus compañeros con un peligro potencial más cerca de los hermanos que de él. Eso estaba mal. Él debería estar con ellos, o entre ellos y el peligro en ciernes.

"Mira quién se está volviendo paternal" pensó Leah con sarcasmo.

"Céntrate, Leah."

"Son cuatro: tres lobos y un hombre" afirmó Seth. El chico tenía un oído muy agudo.

Jacob llego al claro en ese momento y se dirigió de inmediato al lugar donde se hallaba Seth, que suspiro de alivio y se enderezó, ocupando ya su lugar al flanco derecho del Alfa. Leah se situó en el izquierdo con mucho menos entusiasmo.

"Así que ahora estoy bajo las órdenes de Seth" refunfuñó para sus adentros.

"Funciona por orden de llegada", pensó Seth, jubiloso. "Además, nunca antes habías sido el tercero de un Alfa, por lo que aun así, también asciendes."

"¿Qué ascenso es ése de estar bajo las órdenes de mi hermano pequeño?"

"¡Cállense los dos!", se quejó Jacob. "No me preocupan sus posiciones. Cállense y estén preparados".

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