31 Lo Mal Que Se Ve Todo

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Leah le gruñó. Jacob le dirigió una mirada de aviso a Leah, pero ella no la vio. Seth gimoteó y la rozó con el lomo.

- Perdón, no debería darlo por sentado, pero ustedes dos no tienen atadura alguna con los chupasangres, ¿no se dan cuenta?

Leah miró de forma deliberada primero a su hermano y luego a Jacob.

- De modo que quieres vigilar a tu hermano, vale, eso lo entiendo — repuso Jared, quien miró a Jacob de refilón durante un segundo antes de centrarse en ella, probablemente preguntándose, al igual que el Alfa, el significado de esa segunda mirada —. Ahora bien, Jake no va a dejar que le pase nada y Seth no tiene miedo alguno a quedarse aquí — Jared hizo un mohín —. De todos modos, por favor, Leah, vuelve. Queremos que regreses. Sam desea tu vuelta — el rabo de la loba se tensó en señal de disgusto — Sam me dijo que te lo suplicara de rodillas si era necesario, como suena. Desea que vuelvas adonde perteneces, Lee.

Ella se sobresaltó cuando Jared empleó el viejo apodo con que Sam se dirigía a ella; erizó la pelambrera del cuello cuando el portavoz pronunció las últimas palabras y se puso a pegar aullidos entre dientes. Nadie necesitaba adoptar su forma lobuna para leerle la mente, sabían la sarta de palabrotas que le estaba dedicando a Jared, y éste también. Casi era posible oír los tacos de Leah.

Jacob esperó a que terminara.

- Me arriesgaré a suponer que Leah pertenece adonde elija — dijo Jacob y Leah gruñó mientras fulminaba a Jared con la mirada. El Alfa imagino que eso significaba que estaba de acuerdo — Mira, Jared, seguimos siendo una familia, ¿no? Debemos superar las desavenencias, pero convendría que no abandonaran su territorio hasta que eso suceda. Para evitar malentendidos, ¿vale? Ninguno tenemos ganas de bronca, ¿verdad? No es eso lo que quiere Sam, ¿me equivoco?

- Por supuesto que no — dijo Jared —. Nosotros seguiremos en nuestro territorio, pero ¿cuál es el tuyo? ¿La tierra de los vampiros?

- Si, Jared, en cuanto a mí, mi casa y mi hogar es donde este Edward, pero no te preocupes, esto no va a durar siempre. ¿De acuerdo? — tomó aire —. No queda mucho tiempo, ¿vale? Luego que mi hijo nazca — que bien se sentía eso — supongo que los Cullen se irán y Seth y Leah volverán a casa.

- ¿Y tú? — pregunto el vocero

- Ya te lo dije — respondió Jacob — donde estén Edward y mi hijo es mi casa. Y antes que lo preguntes, mi padre lo sabe y está de acuerdo

Leah y Seth aullaron al unísono, volviendo los hocicos hacía su líder en perfecta sincronía.

- Además dos machos Alfa generarían demasiada tensión — dijo Jacob — yo ya he seguido ese camino antes de que se armara este embrollo.

- ¿Y qué hacemos si necesitamos hablar con ustedes? — inquirió Jared.

- Aúllen, pero desde su lado de la frontera, ¿vale? Ya acudiremos nosotros. Ah, y otra cosa, Sam no necesita enviar una legación tan numerosa. No buscamos pelea alguna.

Jared puso cara de pocos amigos, pero asintió. Le reventaba que le impusieran condiciones a Sam.

- Ya nos veremos por ahí, Jake. Bueno, o no — concluyó mientras se despedía con la mano sin entusiasmo alguno.

- Aguarda, Jared. ¿Se encuentra bien Embry? — pregunto Jacob y la sorpresa cruzó el rostro del emisario.

- ¿Embry...? Claro que sí, está perfectamente. ¿Por qué?

- Me preguntaba por qué Sam envió a Collin en vez de a él, sólo eso.

Jacob estudio su reacción. El chico continuó mostrándose receloso hasta que un brillo fugaz de los ojos le indicó al Alfa que había comprendido por dónde iba, pero no era como el que este esperaba.

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