51 Separación

682 36 9
                                    

Edward fruncio los cejas pero se negó a leer la mente de su esposo que miraba las llamas

- Una vez... Bella me contó... cuando volvieron — susurró, eso no era una mentira, o quizá sólo lo era si tenían en cuenta el contexto —, de Italia... Alice le mintió a Jasper de modo que no los siguiera. Sabía que si él se enfrentaba a los Vulturis, moriría. Y Alice prefería morir antes que ponerle a él en peligro. Y que muriera Bella. O tú — Edward no contestó — Ella tiene sus prioridades... supongo — le dijo, y su corazón le dolió cuando se dio cuenta de que su explicación no parecía una mentira en absoluto.

- No lo creo — replicó Edward, y no lo hizo como si estuviera discutiendo él, sino como si fuera con él mismo con quien argumentara —. Quizá sólo era Jasper el que estaba en peligro. Su plan podría funcionar con el resto de nosotros, pero él estaría perdido en el caso de quedarse. Quizás...

- Pero nos habría dicho eso y le habría enviado lejos.

- ¿Y Jasper se hubiera ido? Quizá le está mintiendo de nuevo.

- Quizá — Jacob simuló que estaba de acuerdo con él —. Vayamos a casa. No tenemos tiempo — le tomo de la mano e iba echar a correr pero Edward lo detuvo — ¿Qué pasa?

- Jacke... ¿Van a estar bien, cierto? — y la voz de Edward se quebró

- Te lo dije hace rato y te lo repito — dijo el licántropo con voz firme mientras lo abrazaba y Edward apoyaba su cabeza en su pecho — no permitiré que les pase nada a ninguno de los tres. Te lo prometo

- Pero si no es así — dijo Edward con la voz quebrada — necesito que me jures algo... por nuestro amor. Si ellos no se detienen... tomaras a los gemelos y te iras

- Edward... — susurró Jacob temblando

- Júralo — exigió el vampiro

- Te lo juro

Jacob cerró los ojos. Sabía que Edward no había leído su mente, pero lo presentía. La nota de Alice no le había dado esperanzas. Alice se habría quedado si hubiera habido alguna manera de evitar la matanza que se avecinaba. No debía haber visto otra posibilidad. Así que lo que le estaba dando era alguna otra cosa, no una vía de escape. Pero ¿qué otra cosa habría pensado ella que podía desear Jacob? ¿Quizá una forma de salvar algo? ¿Es que había algo que él quisiera salvar?

Carlisle y los otros no habían estado inactivos en la ausencia de la pareja. Habían estado separados no más de cinco minutos, y ya estaban preparados para marcharse. En la esquina, Seth había adquirido de nuevo su forma humana, y tenía a Renesmee y a Elijah en su regazo, los tres mirando a los demás con ojos redondos como platos.

Rosalie se había cambiado su traje cruzado de seda por unos vaqueros de aspecto resistente, zapatos de correr, y una camisa abotonada de la tela gruesa que los mochileros usan para las excursiones largas. Esme estaba vestida de manera similar. Había un globo terráqueo en la mesa de café, pero ya lo habían estado mirando, y sólo esperaban a la pareja.

La atmósfera ahora era más positiva que antes, ya que les había sentado bien ponerse en marcha. Sus esperanzas se habían aferrado a las instrucciones de Alice.

Jacob se quedó mirando al globo y se preguntó a donde los enviarían primero.

- ¿Nosotros vamos a quedarnos aquí? — preguntó Edward, mirando a Carlisle. No sonaba nada feliz.

- Alice dijo que debíamos mostrarle a los niños a todo el mundo, pero debemos de tener cuidado con ello — contestó Carlisle —. Nosotros enviaremos aquí a quien sea que logremos encontrar. Edward, tú eres el que mejor sabrá sortear este particular campo de minas. — Edward le respondió con un seco asentimiento, aunque sin mostrar ninguna felicidad.

JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora