56 Huésped

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La niña llegó hasta donde Bella estaba y esta le abrió los brazos de modo automático. Ella se acurrucó contra su cuerpo, presionando su cabeza en el hueco que había justo debajo de su cuello.

- Pero Bella, yo quiero ayudar — ofreció la niña con voz voluntariosa. Su mano descansó contra su cuello reforzando su deseo con imágenes de ellas dos juntas, como un equipo.

- No — replico esta, retrocediendo con rapidez. Kate había dado un paso deliberado en su dirección, con su mano extendida delante de ella —. Apártate de nosotras, Kate — le advirtió.

- No — ella comenzó a perseguirlas, como si fuera una cazadora arrinconando a su presa.

Bella cambió de posición a Renesmee de modo que quedó colgada de su espalda, mientras seguía caminando hacia atrás a un ritmo que se acompasaba al de Kate. Ahora tenía las manos libres, y si la vampira quería seguir conservando sus manos pegadas a sus muñecas, haría mejor manteniendo la distancia.

Kate no lo entendió, ya que no había conocido por sí misma la pasión de la imprimación. Era probable que no se diera cuenta de cuán lejos había ido esta vez. Bella se sentía tan furiosa que su visión adquirió un extraño color rojizo y la lengua le supo a metal quemado.

La ira había hecho que cada aspecto del ser de Bella se intensificara. Ahora, incluso podía sentir la elasticidad de su escudo con mayor exactitud, y se dio cuenta de que más que una banda era una capa fina, una película delgada que la cubría de los pies a la cabeza. Con la ira rugiendo a través de su ser, tuvo una mejor percepción de él, un control más estrecho de su presencia. Lo estiró a su alrededor hasta sacarlo al exterior de mi cuerpo, y envolvió a Renesmee con él, por si acaso Kate conseguía traspasar su guardia.

Kate dio un paso calculado hacia delante,

- Aléjate — grito Bella desesperada

- Ten cuidado, Kate — le advirtió Edward.

La vampira dio otro paso más y entonces cometió un error que incluso alguien un inexperto podía reconocer. A sólo un pequeño salto de distancia de Bella, apartó la vista y trasladó su atención a Edward.

Renesmee estaba segura en la espalda de Bella que se agachó para saltar.

- ¿Puedes escuchar algo de Nessie? — le preguntó Kate, con la voz calmada y serena.

Edward se precipitó en el espacio que había entre las dos, bloqueando la línea de actuación de Bella hacia Kate.

- No, nada en absoluto — contestó él —. Y ahora dale a Bella un poco de espacio para que se calme, Kate. No deberías aguijonearla de ese modo.

- No contamos con tiempo para hacer esto con amabilidad, Edward. Hemos de empujarla un poco. Únicamente disponemos de unas cuantas semanas y ella tiene el potencial de...

- Apártate durante un minuto, Kate.

Kate puso mala cara pero aceptó la advertencia de Edward.

La mano de Renesmee estaba sobre el cuello de Bella. Le recordaba el ataque de Kate, le mostraba que no pretendían hacerle daño, que su papá ya estaba en ello...

Esto no pacificó a la chica. El espectro de luz se hallaba teñido de escarlata. Pero Bella estaba más controlada y pudo ver la sabiduría de las palabras de Kate. La ira la ayudó, porque podía aprender más rápido bajo presión.

Sin embargo, eso no quería decir que le gustara.

- Kate — gruño, descansando la mano en la parte más estrecha de la espalda de Edward. Todavía podía sentir el escudo como una lámina fuerte y flexible alrededor de ella y de Renesmee. Lo empujó algo más lejos, forzándolo alrededor de Edward. No había signo de imperfección en la tela elástica, ni amenaza de un desgarrón. Ella jadeaba por el esfuerzo, y sus palabras salieron casi sin aliento, más que furiosas —. Otra vez — le dijo a Kate —, pero a Edward sólo.

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