02. No vuelvas a tomar de mi café

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Cinco

Después del entrenamiento el cual claramente iba ganando, fuí a la cocina a prepararme un café. 

Papá nos prohíbe tomar café ¿Por qué? No lo sé, pero debía ser cuidadoso para que no me descubriera o me castigaría, saque el bote de café que tenía escondido al fondo de la alacena y me prepare el mejor café del mundo, no es por presumir pero me quedan sabrosos.

Escuché que alguien se acercaba a la cocina y rápidamente escondí la taza entre varios botes de galletas que había en la encimera.

—Amo Cinco, su padre quiere hablar con usted antes de irse— me informó Pogo desde la entrada de la cocina.

Maldita sea— Claro, vamos— mi pobre café, se va a enfriar.

Durante el camino hacia la oficina de mi padre, no podía dejar de pensar en mi café ¿Y si Reginald me descubrió? nunca me dejaría tomar café de nuevo, tal vez me vio por las cámaras de seguridad, no lo creo, hace mucho que no ve esas cámaras. Tal vez descubrió que agarro dinero de su caja fuerte cuando no está o se enteró que me escapó en las noches, imposible, soy muy cuidadoso en eso.

Al llegar Pogo abre la puerta de la oficina de papá para dejarme entrar.

—Buenos días padre ¿me necesitabas?

—Toma asiento Número Cinco.

—Claro— No puede ser, creo que si es por lo de la caja fuerte.

—Número Cinco, necesito hablar contigo sobre algo muy importante pero debes ser sumamente discreto, no puedes contárselo a nadie, ni siquiera a tus hermanos.

—Por supuesto padre, puedes contar con mi discreción.

—Hace mucho tiempo tuve un compañero de trabajo, Crowe, era muy inteligente, astuto, tenía un gran futuro por delante, pero desgraciadamente nuestras ideas no coincidían, fuimos por caminos separados y ya no supe nada de él.

¿A dónde quiere llegar?

—Por lo menos no hasta hace 6 días, algunos contactos me han dicho que está en asuntos inadecuados y para ser honesto no tengo ni idea en que está trabajando— suspiró profundamente y continuó— Necesito de tu ayuda para descubrirlo.

Por fin se dio cuenta de lo grandioso que soy.

—Eres el que mejor controla sus poderes— continuó— así que te pondré a prueba para saber si realmente puedes cargar con esta responsabilidad.

—Haré lo que me pidas padre— sigue con los halagos anciano, me agradan.

—Bien, saldré de viaje por unos días así que tú, junto con número Uno, se encargaran de entrenar a sus hermanos en mi ausencia.

¿QUÉÉÉÉ?

¡Esos inútiles no saben hacer nada!, yo no voy a estar detrás de ellos como su niñera. Sabe que Don, mejor no, estoy bien así, pídale favores a alguien más y vayase mucho a la...

—¡Número Cinco!— gritó Reginald para llamar mi atención.

—Sí padre, está bien.

—Cuando vuelva del viaje hablaremos de si estás a la altura de la misión.

Asentí no muy convencido.

¿Cómo el imponente Cinco va a entrenar a una bola de animales? No tengo tiempo para eso, podría dedicar mi tiempo a cosas más importantes. Pero si quiero demostrar que soy mejor que todos en esta casa debo cumplir con lo que me pida el viejo.

Lo único que me consuela ahora es mi café.

.....

Ocho

Los Macaron ya estaban listos, Allison y Diego se habían unido a nosotros en el comedor de la cocina para probar el postre que Ben había cocinado, él era muy bueno para la repostería.

Y yo simepre amaba que cocinara para nosotros, además de que también me había hecho un café (o eso creo ya que estaba en la encimera), no sé cómo logró comprar café sin que papá se enterara, pero aún así se lo agradezco.

Cinco entró con su cara de pocos amigos e ignorandonos a todos, fue directamente a la encimera, aparentemente buscaba algo.

—Buenos días Cinco— saludo Allison de manera socarrona para llamar su atención.

Cinco la ignoró por completo y seguio buscando cada vez más desesperado.

—¿Quién carajos tomo mi café?

¡Oh shit!

Como si pudiera leerme la mente volteo a verme y rápidamente se transporto frente a mí.

—En mi defensa lo dejaste ahí solito— me avento hacia atrás provocando que callera sentada me en una silla que estaba detrás de mi, que para ser honesta fue solo suerte que estuviera ahí.

De un momento a otro puso sus manos en los reposabrazos, acorralandome.

Todos se levantaron y se dirigían a nosotros dispuestos a tranquilizar a Cinco, pero yo levanté mi mano para indicarles que esperaran, se que está mal provocarlo, sin embargo quería ver lo que haría.

—Nunca en tu miserable vida vuelvas a tomar de mi café— dijo amenazante.

—O si no ¿que?— vi como mis hermanos me hacían señas para que no siguiera con esto.

Cinco relamio sus labios, acción que hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo— ¿Realmente quieres descubrir qué sucedería pequeña rata?

Intenté empujarlo con una mano pero este la agarró de inmediato y la estrujo hasta que salió un gemido de mi boca.

—Si te sirve de consuelo, el café estaba delicioso— dije antes de patearlo en su entrepierna y salir corriendo de la cocina, sé que es muy cobarde de mi parte pero era eso o que me arrojara del tercer piso.

Escuché como se quejaba y gritaba que venía por mí.

Corre perra, corre o estarás muerta

Por suerte en el pasillo del segundo piso encontré a Luther.

—Querido hermano que bueno que te veo— dije jadeante mientras me detenía a su lado.

—¿Ahora que hiciste t/n?

—Nada tan grave, pero ya sabes como es tu hermano de exagerado.

Cinco apareció detrás de mí provocando que soltara un pequeño grito y corriera para ponerme detrás de Luther usándolo como escudo.

—Basta Cinco, papá aún no se va, comportate si no quieres que nos cancele la misión— Luther puso una mano en su pecho para detenerlo.

—Ella hizo algo imperdonable— replico señalándome con su dedo índice.

Luther me miró de reojo a lo que yo alcé los hombros— No importa lo que hizo ahora. Papá nos puso a prueba, recuerda.

Cinco me lanzo una mirada amenzante con ojos entornados— Me las pagaras T/n— y desapareció.

-Farsa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora