20. La orilla del acantilado

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Dark Red - Steve Lacy

Cinco

El sonido de las olas llamaron mi atención, aunque ya no nos encontrabamos en la playa, se escuchaban demasiado cerca.

Estaba rodeado por pinos gigantes, eran realmente hermosos y de igual forma aterradores. Empiezo a caminar en dirección al sonido de las olas, poco a poco y mientras más avanzo los pinos comienzan a desaparecer.

Llego hasta un acantilado, imponente a simple vista, da un panorama impresionante al mar o por lo menos a la orilla de este. Está completamente nublado y hay niebla que me impide ver más allá de 1 kilómetro.

Todo parece increíble y demasiado real, pero lo que más me impresiona es el arbol que se encuentra muy a la orilla del acantilado y que tiene meciendo a Ocho en un columpio.

Me acerco lentamente con el miedo de que todo se desvanezca y se convierta en sombras que intentan llevarse a T/n.

Ocho gira su cabeza mansamente hacia mi cuando llego a su lado—¿Por qué no me salvaste?— se oía cansada.

Negue con la cabeza—No entiendo a que te refieres, claro que te salve.

Ella sonrió abiertamente y comenzó a mecerse, aumentando cada vez más su velocidad, lo cual no voy a negar causó ansiedad en mí por el miedo de que cayera al acantilado.

—Tal vez solo quieres creer que me salvaste porque eres un cobarde de mierda.

Mi ceño se frunció con confusión y enfado— ¿De que hablas? claro que te salve, te saque del lugar donde Crowe te tenía.

—No fue suficiente Cinco.

—Entonces, ¿Qué más puedo hacer? Por favor dime— me miro con lastima, como si viera a un pobre cachorro que le pide comida.

—¿No lo entiendes? Ya no hay nada que puedas hacer— sus ojos se cristalizaron, pero las lágrimas no salieron— ya no hay nada que alguien pueda hacer.

Tome su mano, pero me la arrebató enseguida— ¡No me toques!— me miraba con asco y desprecio, se levantó del columpio y comenzó a acercarse a mí.

—Te juro que no entiendo una mierda de lo que esta sucediendo, no entiendo de que hablas, de por qué me dices todas esas cosas. No te entiendo— ella seguía caminando hacia mí y comencé retroceder— Pero quiero hacerlo T/n.

Paro en seco y las lagrimas comenzaron a salir desenfrenadamente, sus ojos resplandecieron con ese brillo rojo de sus poderes y lograban una combinación aterradora junto con las lágrimas.

—No pudiste salvarme, mucho menos entenderme. ¿Sabes por qué?— sus lagrimas se volvieron de color negro, como si fuera brea—Porque ya es demasiado tarde. Y no solo para mí, también para ti.

Volví a negar con la cabeza, pero ahora con más desesperación intentando que sus palabras se borraran de mi mente— Nunca es demasiado tarde.

—¡Todo gracias a tu estupidez, a tu ceguera, porque eso hace el amor, te ciega hasta que llegas a la orilla del acantilado!

—Estas loca— me estremecí por la forma en la que me hablaba y me miraba. Se formó una enorme sonrisa en su cara, como si por fin dijera algo cierto.

Tal vez no había sombras que nos atormentaran, pero esto era mucho peor.

—Adios, amor—susurro con duplicidad antes de arrojarme al vacio del acantilado.

Me levante agitado y lleno de sudor, cubrí mi cara con ambas manos tratando de calmarme. La pesadilla pasaba por mi mente una y otra vez.

"Porque ya es demasiado tarde"

"...te ciega hasta que llegas a la orilla del acantilado."

"Adios, amor"

Comencé a jugar con mi cabello sintiendo como mi corazón latía más lento, me volví a comodar en la cama ya más relajado, pero cuando voltee para abrazar a T/n no estaba.

Fuí a su baño a buscarla, pero tampoco estaba, así que baje a la cocina recordando que luego le daba hambre en la madrugada, de igual forma no la encontré.

Empece a buscar por toda la mansión hasta que la hallé en la habitación de Klaus. Estaba parada frente a su cama, mi hermano seguía dormido y T/n solo lo observaba.

Camine sigilosamente hasta ella tratando de no asustarla.

—¿Qué haces aquí?— se sobresaltó con mi pregunta, pero no volteo a verme.

—Yo...no podía dormir y quería platicar con Klaus, ya sabes, para pasar el rato—Note que traía algo alargado en la mano—Pero no pude despertarlo y me quede aquí, observandolo un rato— se digno a mirarme e inclinó la cabeza a un costado para sonreirme. Se veía algo inquieta.

—Sera mejor que volvamos, antes de que despierte.

—S-si, debemos volver— se giró para salir de la habitación.

Le dí un último vistazo a Klaus antes de tomar la muñeca de T/n deteniéndola.

—¿Qué haces con esto?— pregunte levantando su muñeca frente a su cara, ella seguía sosteniendo el cuchillo.

Sus ojos oscilaban entre mirar el cuchillo y mirarme a mí, su boca se abrió vacilante tratando de hablar— Diego me lo dio.

—¿Para qué?

—Todo ha estado muy tenso y como trataron de atacarme, él supuso que sería buena idea que tenga un arma para defenderme.

La mire con ojos entornados, pero no pude negar que tal vez tuviera razón— Creo que puedes defenderte muy bien con tus poderes.

—¿Tú crees? Ni siquiera pude defenderme cuando Crowe me secuestro.

La mire estremecido por lo que había dicho, ella solo bajo la mirada—Bien, pero ten cuidado.

Regresamos a su habitación luego de ir por un vaso con agua para mí.

T/n se acostó primero y no pude evitar acomodarme sobre su pecho abrazando su cintura, ella comenzó a jugar con mi cabello.

—¿Por qué tu cabello está humedo?

Alce los hombros en respuesta y ella se inclinó para besar mi cabeza.

—Lamento mucho que no pueda ayudarte con tus pesadillas.

Levante mi mirada para apreciarla—No es tu culpa, con que estes a mi lado basta.

Me recoste sobre mi codo a un lado de T/n, mi mano comenzó a acariciar su mejilla y ella me jalo para quedar a escasos centímetros de mi cara, el roce de nuestros labios fue suficiente para encenderlo todo.

Juntamos nuestros labios en un beso profundo y lleno de necesidad, nuestros movimientos eran rápidos y algo bruscos, sin embargo esto era todo lo necesitabamos, todo lo que queríamos. A partir de aquí ya no pudimos parar.

-Farsa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora