-Farsa-

17. El liston rojo

Mother mother - Cry christmas

Ocho

Recuerdo cuando Cinco encontró su listón, era navidad papá nunca celebraba nada pero Pogo y mamá si, Grace nos tejía diferentes suéteres a cada uno y los usábamos con mucha emoción. Pogo nos daba pequeños obsequios a cada uno, todos los abríamos con ansias, ya que siempre acertaba en lo que queríamos.

Ese año Cinco no dejaba de mencionar que quería una Vimal Nautical Brújula militar marítima, color marrón antigua y dorada, y fue justo lo que Pogo le dio.

Cuándo fue el turno de que Cinco recibiera su regalo, Pogo sacó una pequeña caja envuelta en papel y amarrada con un listón rojo, sus ojos se iluminaron por completo y sonrió de una manera inexplicable, nunca lo habíamos visto así, supusimos que el regalo le había encantado pero a la media hora nos percatamos de que ni siquiera lo había abierto solo le había quitado el listón.

Cuando le preguntamos por qué respondió que el color de dicho listón era el más hermoso que haya visto en toda su vida (aunque solo teníamos 5 años), además de que le recordaba a algo en particular que lo había maravillado de la misma forma.

Desde ese día llevaba su listón a todas partes, se lo amarraba en la muñeca o lo guardaba en su bolsillo.

Era muy tierno, pero si le decías eso te soltaba un puñetazo en la nariz.

Cuando entré a la habitación de Cinco para hablar con él, esperaba encontrarme a un Cinco completamente enojado, maldiciendo todo a su alrededor, pero en cambio lo encontré destrozado y cansado.

Cuando hicimos contacto visual por primera vez desde que entré a su habitación pude notar que sus ojos se veían más claros de lo normal, sus pestañas estaban húmedas al igual que sus mejillas, sus ojos estaban hinchados y rojos.

Después de que se desahogara un poco nos quedamos en silencio, podía escuchar su respiración y era extrañamente relajante.

Decidí contarle lo que había hecho hoy por Ben para distraerlo y funcionó,  hasta creo sonrio un poco.

―Hoy...― Se aclaró la garganta un poco, antes de seguir― Hoy fuí a una misión, era muy importante ya que no habíamos tenido información de nada hasta hoy, pero la arruine.

―¿Es con relación a ya sabes, nuestro trato?

Asintió con la cabeza.

―¿Por qué dices que la arruinaste?

Cinco me empezó a contar todo sobre su misión pasada, los frascos esos que habían encontrado, la catedral del horror, la lista con nombres.

Aparentemente esa lista eran de personas que iban a secuestrar, ya habían secuestrado a las primeras 4. No sé como pero papá supo que hoy irían por la quinta persona así que mandó a Luther y a Cinco a evitarlo, y eso hicieron evitaron que se llevarán a la chica pero no evitaron que los captores escaparan.

Por eso el viejo se había enojado tanto.

―Después de lo que me contaste sobre tus dibujos, no pude evitar reflexionar en todo― Cinco se recostó en la cama con sus brazos detras de su cabeza para apoyarla.

―Oh, ¿Hice un milagro, te puso a reflexionar?¿Ahora eres todo un sabio filosofo?― hice lo mismo que él, acostandome de lado para poder mirarlo― Ya te imagino con una enorme barba blanca y trenzada que llegue hasta tus pies, además de que te vestirás con una túnica azul y un gorrito puntiagudo.

Voltea a verme confundido y con una sonrisa que se esforzaba en esconder― Tú te estás imaginando al mago Merlin, ni siquiera es un filosofo.

―Cierto, ahora que lo pienso papá se parece a ese viejo.

―Si, además de que están igual de calvos solo hay que ponerle la túnica.

―Vaya, Cinco Hargreeves tiene humor.

―Callate, el punto es que al saber cómo te sentías empecé a lidiar también con lo que yo siento y...

Hizo una larga pausa

―¿Y qué?― pregunte animandolo a seguir.

―Me voy a arrepentir de esto, pero tienes razón querer ser los mejores para papá nos está separando.

―¿En serio? no me digas― puse mis manos en mi cara para expresar fingida sorpresa.

Cinco me soltó un codazo que hizo que me dieran cosquillas.

Hablamos un poco más sobre cosas triviales e incluso de recuerdos de cuando éramos niños.El pudo distraerse y yo igual, realmente necesitaba esto.

Después de un rato decidí ir a mi habitación a dormir.

Pero antes de hacerlo me arriesgue a darle un abrazo a Cinco.

―Ya no estarás solo― Susurre es su oído antes de soltarlo, él no me correspondió el abrazo pero tampoco se alejó así que creo no fue tan malo.