19. Es para ti

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Overdose - Natori

Ocho

Caminé a mi habitación con lágrimas en los ojos. Maldita sea tenía tantas ganas de golpearlo, de gritarle y reclamarle, pero no podía hacerlo, no tenía derecho.

―Ese estúpido no tiene la culpa de tus sentimientos― me repetía en voz alta tratando de convencerme a mí misma― La única estúpida aquí soy yo.

Lo mejor será evitarlo si quiero mantenerme en calma, por lo menos por los siguientes días.

Mi plan iba bien, durante el día ponía excusas tontas de que estaba muy ocupada con las tareas para no hablarle y en la noche me hacía la dormida para no estar con él, me dolía verlo irse pero era lo mejor, no quería poner en riesgo nuestra relación y menos ahora que nos hemos vuelto más unidos.

Iba de camino a la oficina de papá, nos había convocado a una junta urgente, llegue junto con Luther y Diego.

En cuanto entramos papá cerró la puerta con llave.

―Bien niños, los llame porque les tengo un anuncio importante― se dirigió a un estante y sacó varios sobres junto con una caja de metal― Mañana tendrán una misión importante.

Oh genial, qué mejor que celebrar tu cumpleaños yendo a una misión.

―Tal vez sea la misión más importante de su vida y no quiero errores― aparentemente Cinco había logrado convencer al viejo de que necesitaba nuestra ayuda.

Papá nos entregó un sobre a cada uno donde venía información sobre el tal Crowe y los frascos radioactivos, nos explicó todo lo que sabía hasta ahora.

―Mañana habrá una gala importante, donde asistiran muchas personas incluido Crowe, no sabemos que planea pero lo mejor será no averiguarlo, lo detendremos antes de eso. Esta tal vez sea la única oportunidad que tengamos de atraparlo, así que confío en que lo lograran.

No mientas viejo, el que realmente confía es Cinco.

Reginald nos explicó el plan, el cual era deshacernos de sus secuaces los cuales estarían fuera y dentro del salón, para después tratar de rodearlo a él, todo de manera discreta y así atraparlo. Sencillo ¿Qué podría salir mal?

Papá nos dijo que cómo sería un evento de gala y teníamos que pasar desapercibidos, debíamos vestir elegantes así que mandó a hacer unos trajes y vestidos para nosotros, bajamos a la sala para recibir al costurero el cual era el mismo que nos arreglaba los uniformes, Alioth, era alto y delgado, de tez negra, con unos hermosos ojos color miel y cabello blanco, siempre vestía con corsets que le sentaban demasiado bien.

―¡Ey Ali!, linda te extrañe― saludo a mi hermana la cual había sido la primera en llegar ya que a ella le encantaban este tipo de cosas.

Nos saludo a todos con una hermosa y radiante sonrisa, nos entregó nuestro vestuario y dijo que subieramos a nuestras habitaciones a probarlo y después él pasaría a hacer los ajustes necesarios.

Alioth me había hecho un hermoso vestido rojo de tirantes, que de adelante era más corto que de atrás, era muy cómodo, podía moverme sin miedo a que se rompiera o algo así, además de que tenía bolsitas.

Mientras me miraba en el espejo pude notar como Cinco se teletransportaba a mi habitación.

― ¿Qué haces aquí?― pregunté un poco alterada. Tenía puesto el traje que Alioth le diseño, era de color azul marino y tenía una camisa blanca que estaba desabrochada de arriba, le daba un toque rebelde además de que su cabello desordenado no ayudaba mucho, se veía tan bien.

Cinco me miraba de pies a cabeza una y otra vez.

―Yo eh... no sé qué...― oh genial ahora tartamudeaba.

Chasquee los dedos frente a su cara― ¡Oye! no puedes transportarte así como así ¿Qué tal que me encuentras desnuda?

―No estaría mal― le di un sape y él solo se rio.

―Estoy jugando, no te enfades― metió sus manos en sus bolsillos buscando algo y sacó su listón.

Tomó mi mano y lo amarró en mi muñeca como si fuera una pulsera.

―No sé porqué últimamente has estado distante, no quiero presionarte― Suspiro antes de continuar― Solo tómate tu tiempo ¿Si? yo estaré aquí. Y este listón es tu regalo de cumpleaños.

Mire el listón y luego a Cinco quien tenía una sonrisa tímida, no sabía qué decir en este momento lo desconocía a él y a mi misma. Mi cerebro no estaba funcionando así que solo me incliné para darle un beso en la mejilla.

―Gracias.

Antes de que pudiera responder escuchamos que alguien se acercaba y él desapareció.

―Nena, te ves espectacular, sabía que te quedaría bien, pero no así de bien― dijo Alioth mientras entraba a mi habitación, tomo mi mano para darme una vuelta y solo pude reírme.

Durante la noche no pude dormir, solo pensaba en Cinco en el regalo que me había dado y en el beso de él y Helena, eso último me seguía atormentando y confundiendo cada vez más.

¿Se gustarán? No había notado ninguna interacción amorosa entre ellos dos, solo coqueteos por parte de Helena, los cuales eran muy molestos.

A la mañana siguiente todos estaban muy apresurados, papá insistió en repetir el plan 15 veces más para que todo saliera bien.

Y para ser honesta yo no me sentía muy bien, mis pensamientos me distraían con facilidad y eso no era bueno.

Me puse el vestido junto con unos zapatos bajos, además de que me rice el cabello para verme aceptable, no iba a hacer algo más por mi aspecto, no tenía ganas.

Antes de bajar me mire en el espejo, note que el listón combinaba bien con el vestido así que decidí dejarlo.

Ya estábamos todos solo faltaban Allison y Klaus.

―Wow, que guapos lucen todos ¿A dónde van?― pregunto Helena apareciendo detrás de nosotros― ¡Uy! yo voy con ustedes.

¡Ay no!

―Lo siento señorita Moore, pero eso no va a ser posible― dijo papá en su tono serio de siempre.

Helena cruzó los brazos e hizo un puchero como una niña pequeña.

Maldita mocosa malcriada.

Antes de salir de la habitación le tiró un beso a Cinco.

Agh que asco.

Ya que número Tres y Cuatro se dignaron a salir de su habitación nos subimos al carro para ir a la misión.

Aquí vamos.

-Farsa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora