35. Gracias

48 7 0
                                    

Where are they now? - Emily Jeffri

Ocho

Mi cuerpo me arde de una forma inimaginable. Quiero darme una ducha con agua helada.

Al llegar a aquella casita diminuta y abandonada, me quedo parada para apreciarla un poco. Tiene enredaderas que cubren por completo sus paredes de madera blanca, a excepción de las ventanas y la puerta desgastada.

En el porche hay un pequeño columpio de tela en el cuál me gusta estar. Desde ahí puedo apreciar el atardecer.

Las tablas crujen en cuanto pongo un pie en ellas, me introduzco en la casa.

La sala principal está completamente vacía, al igual que sus únicos dos cuartos, la cocina y el baño.

Camino hasta uno de los cuartos donde hay un cuadro de una mujer del siglo XVII, la cual tiene sangre escurriéndole en la cara por una herida de bala en la frente. Acomodo mi mano para que el cuadro pueda escanearla. Cuando la línea azul termina de pasar por mi palma, una plataforma en el piso me abre paso al sótano donde hay un viejo elevador.

Indicó al sotano 3 y este comienza a descender.

Todo está tranquilo, al llegar al piso divisó a un par de trabajadores moviendo cajas de un andén a otro.

Me encamino a mi habitación y dejo mis cosas, los cuchillos y la mascarilla las dejo en mi tocador y me quitó las botas para dejar descansar mis pies. Incluso me atrevo a quitarme el localizador de mi tobillo

Estoy muy cansada y de igual forma hambrienta. El hambre es más fuerte que mi cansancio, así que salgo a la cocina, pero desgraciadamente solo tenemos una manzana y un par de latas de atún, tomó la manzana.

Le diré a Crowe que me compre Sushi, me lo merezco.

De vuelta, paso por la habitación de Helena, ella está en medio del cuarto con las piernas cruzadas, está levitando. Decido no molestarla e ir a ayudar con el inventario.

Le doy la última mordida a mi manzana antes de lanzarla al bote de basura que está en la esquina.

Tomó la lista de cosas y abro las cajas para anotar lo que tenemos y lo que no.

Al terminar vuelvo a poner las cajas en el almacén y regreso a mi habitación.

Antes de entrar oigo ruidos dentro, decido acercarme lentamente. Me asomo por la rendija que hay entre la puerta y el marco de esta, hay una persona acostada en mi cama, no alcanzo a ver su cara, pero si puedo ver que está jugando con mi listón, eso enciende el enojo en mi sistema.

Pateo la puerta con fuerza y esta se azota, el reclamo se me atora en la garganta cuando veo quien es la persona recostada.

―A mi también me alegra verte― dice Mara con una sonrisa burlona, mientras se incorpora para sentarse.

Doy dos zancadas para llegar a ella y rodear su cintura con mis brazos.

―Crowe dijo que no vendrías por un largo tiempo.

Ella me rodea los hombros.

―¡Agh! Ese hombre siempre exagera demasiado.

Una risilla sale de mi sin que pueda detenerla.

―Mira― se despega del abrazo y se gira hacia la cama― Te traje algo.

Agita una caja de donas frente a mi, junto con un frappe. Yo grito como loca en cuanto veo lo que me ha traido.

―¡Gracias! De verdad― le agradezco mientras nos acomodamos en la cama.

Miro la caja con detenimiento y veo el logo de Griddy 's doughnuts.

―¿Fuiste hasta Griddy 's por donas y café?― pregunto con recelo.

―Si, tuve una misión por allá y aproveché para comprártelas― responde casi sin darle importancia.

Trato de preguntarle más sobre su misión, pero ella evade el tema. Solamente me cuenta sobre un nuevo chico que acababa de conocer.

El brillo que aparece en sus ojos cuando habla de él es suficiente para entender lo que siente.

―No sabes desde hace cuánto quería contártelo.

―Pues me alegra que ya lo hayas hecho― respondo antes de echarme lo que queda de mi dona.

Nos recostamos en la cama mirando al techo, una a lado de la otra.

―¿Por qué sigues aquí Mara?―pregunto después de un rato. Me acomodo de lado para contemplarla.

―¿Por qué sigues aquí?― pregunta titubeante, aún con la mirada en el techo― Puedes irte si tú quieres, no creo que papá sea tan cruel como para mantenerte a su lado todo el tiempo.

―Yo sí lo creo― respondo en un tono apagado― Además no es tan fácil, no tengo a donde ir.

Ella hace lo mismo que yo y quedamos frente a frente.

―Tal vez algún día podamos salir de aquí las dos juntas― me dice mientras peina mis cejas.

Su propuesta hace que sienta mariposas en el estómago.

―Compraremos un departamento en la ciudad, junto con un perro― me propone y mientras lo hace su cara se ilumina con una sonrisa.

Hago una mueca con lo último que dijo― Yo quiero un gato.

Ella se ríe― Entonces será un gato.

Mara toma mi mano y comienza a amarrarme en la muñeca el listón rojo que Cinco me dio, el único recuerdo que tengo de él.

Ella me abraza y yo correspondo su abrazo, nos quedamos dormidas por un par de horas hasta que decide que ya debe irse.

―¿Puedo... preguntarte algo?― mi voz suena somnolienta.

―Sabes que si― responde, batallando un poco al ponerse sus botas.

―¿Ellos siguen con vida?

Se detiene en seco y eso me da algo de esperanza.

―¿Quienes?― pregunta de vuelta mientras trata de disimular la reacción que tuvo anteriormente.

―Mi familia― me incorporo sobre mis codos― ¿Siguen con vida?

Mara recarga su frente en la palma de su mano con pesadez y se queda así por unos segundos, la miro impaciente.

Se voltea hacia mí y nuestras miradas se encuentran, aquellos iris color miel me paralizan al instante.

Se acerca a mí y planta un suave beso en mi mejilla, para después dirigirse a la puerta.

Me quedo perpleja, quiero detenerla e insistirle para que me responda.

Por suerte, antes de salir lo hace.

―Si, ellos siguen con vida― puedo ver la tristeza en su mirada y en aquella sonrisa que solo logra verse como una mueca forzada.

Sale por fin de la habitación y yo me quedo ahí, hecha un remolino de emociones.



.........................

Buenaaaas gente!!! He vuelto jeje

Ya por fin estoy de vacaciones ¡¡Hurra!!, así que les prometo estaré actualizando más seguido.

Realmente les agradezco mucho su paciencia.

Ya casi llegamos al final de la historia, espero disfruten estos 3 capítulos :)

-Farsa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora