4 | Justicia

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Isabella Campbell


Peino mi cabello con suavidad, se encuentra más brillante de lo que es normalmente. Resulta extraño y reconfortante saber que una vez que abrí los ojos me sentí una mujer nueva.

No quiero ser más el corderito que espera a que la salven, las palabras de Alexander acerca de mi familia todavía hacen eco en mi cabeza.

Soy una cobarde por no querer enfrentarme a ellos y admitir que tuvieron razón pero voy a empezar a trabajar en ello, no puedo pasar el resto de mi vida escondida. Quizá deba utilizar lo que me sucedió como una experiencia en mi vida y algo de lo que tengo que aprender para un futuro.

Pero... ¿Que aprendí exactamente? ¿A desnudarme para decenas de hombres babosos por miedo a enojar a mi novio?

No.

Aprendí a no confiar en la gente, a qué tengo que luchar para sobrevivir, le di una probada a la vida real y me dió una bofetada de su realidad. No puedo pretender quedarme encerrada en este hotel como si fuese Rapunzel.

Cuando terminó de cepillar mi cabello me paseo en bata de baño por la habitación, buscando la ropa que Alexander trajo para mí pero antes de llegar a ella golpean la puerta, sabiendo de quién se trata voy a abrirle, una sonrisa enorme decora mi cara al ver al hombre al otro lado, con un traje a la medida y los pelos desordenados.

Mi salvador.

- Hola.

- Hola. - me da un intento de sonrisa y se adentra a la habitación, está visiblemente tenso.

- ¿Sucede algo? - frunzo el ceño.

- Si, estuve toda la noche dándole vueltas a esto y llegué a la misma conclusión. Debes de denunciar a tu ex novio Isabella.

Sus labios forman una línea recta y mi corazón se paraliza por unos segundos, se que debo hacerlo, lo que él hizo fue manipulación, está hasta la mierda con el tráfico de mujeres y su abuso, junto con el de sus "amigos"

El recuerdo de eso hace que la valentía de hace un momento salga de mi cuerpo y ahora siento ganas de acurrucarme en una esquina y llorar.

Me lastimaron, física y mentalmente, no puedo estar estable mucho tiempo, el solo pensar en la mano de esos hombres y de él tocandome sin mi consentimiento me duele.

No me di cuenta del momento en el que Alexander me envolvió en sus brazos pero apoyo la cabeza en su pecho y los sollozos me sacuden el cuerpo.

Mi cabeza y mis recuerdos son mi peor enemigo, no puedo olvidar aquello, había tratado de esquivarlo pero ahora él lo ha traído nuevamente a mi mente. Denunciarlo significaría volver a estar frente a frente a él, me lastimaría, terminaría llevándome nuevamente.

Y si vuelvo está vez no tendré tanta suerte, no volveré a ver la luz del día como la que se cuela en la habitación en estos momentos.

- Se que tenés miedo y que los recuerdos te lastiman pero es algo que hay que hacer, puedo mover todas mis influencias para que vos nunca des la cara hacia él, tu vida sería mejor si él está tras las rejas, no tendrías que mirar sobre tus hombros a cada paso que des. Te doy la oportunidad de ser libre Isabella, yo quiero que lo seas.

Estrategia Millonaria © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora