38 | Fin del juego

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Isabella Adams

Salgo del cuarto de Alexander luego de dejar un gran beso en su frente, está profundamente dormido y la enfermera nos informo que no despertara en lo que queda de la noche.

Karen camina a mi lado cuando salimos del hospital, yendo hacia el hotel. Cuando pasamos a un lado de Liam este baja la cabeza y siento ganas de disculparme por la forma de hablarle pero se que si no formo mi carácter no me respetarán.

— ¿Sabes que este es el único hotel que Alexander agrego a la cadena desde que tomo el mando? - habla mi suegra cuando el vehículo se estaciona frente a uno de los hoteles Adams, el edificio es inmenso y cuando bajo del auto se aprecia mejor.

Los escalones de mármol nos conducen hacia la entrada, dónde los cristales, que poseen el logo de la cadena hotelera Adams, se abren para nosotras.

— No tenía idea.

Bajo mis pies, en la alfombra del vestíbulo y sobre el logo está el nombre de Sophia.

— Fue en honor a su hermana y es uno de los mejores hoteles que tenemos. - continúa Karen.

Se que no miente, basta mirar a nuestro alrededor y es todo pulcro y enorme, hay adornos que no dudo en que sean de oro puro y el candelabro sobre nosotras brilla al igual que el mármol que pisamos.

Un hombre trajeado, con porte elegante y mirada fría se acerca a nosotras. Sus orbes grises nos detallan con delicadeza antes de hablar.

— Señoras, bienvenidas. - asiente para ambas y nos ofrece la mano, mi suegra la acepta y luego lo hago yo.

— Isabella Adams. - me presento.

— Es un placer señora, espero le guste el hotel, su suite ya se encuentra lista.

— Me gustaría quedarme en la misma habitación que mi esposo ocupa cada que se encuentra aquí.

El hombre alza sus cejas pero asiente y guarda nuevamente la tarjeta que estaba tendiendome.

— Por supuesto, sígame.

Karen bosteza pero rodea mi mano con la suya.

— Iré al bar unos minutos antes de subir a mi habitación cariño. - besa mi cien y se va por otra puerta diferente.

En el elevador Paul se posiciona a mi lado y no aleja la vista del hombre frente a nosotros, quien solo eleva una ceja en su dirección al notar la mirada en él.

— El señor se queda aquí. - aviso cuando llegamos a la habitación en dónde dormiré.

— Señora Adams, tenemos seguridad en este piso, no hace falta que...

— He dicho que se queda aquí. - abro la puerta y antes de cerrar le dirijo una mirada a Paul.

No es que no confíe en la seguridad del hotel de mi esposo, pero no puedo arriesgarme en estás circunstancias.

Enciendo la luz y suspiro cuando me despojo de las zapatillas, a mi alrededor todo es tan Alexander que me hace sonreír melancolicamente, su aroma aún permanece en el lugar y mis ojos se encuentran con una botella de ron a la mitad, frunzo el ceño porque Alex no bebe ron pero se de alguien que si.

Estrategia Millonaria © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora