Isabella Campbell
Las personas vivimos constantemente solucionando errores propios o, inclusive, de personas ajenas a nosotros. Yo estoy tratando de reparar un daño que me ocasionó una persona en la que confíe y me falló.
Estoy confiando en una persona nueva y esa persona también se está encargando de ayudarme a solucionar mis errores, así no le corresponda a él hacerlo, y eso lo hace una persona grandiosa.
Abrazo a mi padre mientras los escucho hablar de todo lo que hicieron para intentar encontrarme.
— Como siempre, la justicia no sirve si no tienes dinero.
— Ni si lo tienes puede llegar a servir. - Alexander se lleva a la boca un trozo de carne.
— ¿Que cosas te hicieron hija?
— Prefiero no hablar de eso ya que no me hicieron cosas buenas, lo estoy tratando con mi terapeuta, aún sufro eso no les voy a negar, me duelen los recuerdos y las consecuencias pero voy a poder salir adelante gracias a los cuidados de Alex.
No me resulta bueno que se sientan mal gracias a todo lo que pase, porque los conozco, son mi familia, ellos sufren con creces todo lo que yo. Cuando niña me caí del columpio y la herida parecía mi madre ya que se veía tan mal que la que la consolaba era yo.
Pero eso solo me reitera el amor que me tienen.
(...)
Miro asombrada la oficina de Alexander, vine para que comencemos con las compras para la casa y lo encuentro enfocado en la pantalla frente a él, su ceño está fruncido y tiene el gesto de concentración que me hace sonreír y acercarme a él.
El color blanco predomina en el lugar y me sorprende ya que es del tipo que sería fan de colores oscuros.
— Blanco... Que bonito.
Levanta la vista y parece sorprendido de verme allí pero rápidamente se levanta y rodea el escritorio para envolverme en sus brazos y besar castamente mis labios.
— Era el color favorito de Sophia.
Asiento y paseo la vista por el despacho, me emociona que con eso se sienta cercano a su hermana y me reitero las ganas de haberla podido conocer. La vida no es justa.
— Tenía un buen gusto.
— Lo tenía.
Me dirige hacia la silla en la que se encontraba hace unos minutos y me sienta sobre sus piernas antes de volver a enfocar su completa atención en la MacBook.
— Justo acababa de llamar a Andrew y Thomas para la despedida de soltero. - Abro los labios al percatarme de ese pequeño detalle. - ¿Que sucede? Tus hermanos no quisieron venir ya que tenían cosas para hacer que no te puedo decir.
Me río ante lo muy obvio que es y le depositó un beso en su mejilla.
— Yo no tengo amigas ni nadie para tener una despedida de soltera.
— Bueno... Andrew dejara a Chloe sola en la casa con la familia Kouzouni, quizá quieras ir, Amelie estará feliz de conocerte, es la mamá de Andrew. - Asiento lentamente, sopesando la propuesta. - Es eso o que mi madre te haga una despedida parecida a una fiesta de té.
Me río abiertamente porque se que Karen sería capaz, no se ve como una persona muy extrovertida por lo que acepto en tener una noche de chicas con Chloe, después de todo me callo muy bien cuando la conocí y aún mantenemos contacto.
— ¿Te das cuenta que nos casamos este fin de semana?
Sonrío feliz, habían sido semanas y días largos para mí pero me había sentido mejor, mi propio terapeuta lo dijo, tener la cabeza enfocada en las preparaciones me ayudaron de sobre manera.
— Pronto serás la señora Adams y viviremos en esa casa, ¿Comenzamos con las compras?
Pone la página de muebles y me entusiasmo ante la idea de ahora decorar mi hogar.
(...)
Bajo del auto de Alexander y me dirijo hacia Chloe, quien tiene en sus brazos a la pequeña Alice, la tomo en mis brazos luego de saludar a su niñera.
— ¿Cómo has estado?
— Bastante bien por suerte.
Habíamos comenzado a hablar desde que nos conocimos en mi fiesta de compromiso, me abrí con ella y ella lo hizo conmigo, estoy feliz de poder decir que quizá pueda tener una amiga.
Andrew se despide de nosotras antes de seguir el auto de mi futuro marido, nos adentramos a la casa y se que me encuentro allí debido a que Alexander tiene miedo de que me pase algo. La casa de su amigo está llena de seguridad, imposible que entre, si quiera, una mosca.
— ¡Así que tú eres la famosa Isabella! Eres hermosa. - sin poder procesarlo ya tengo unos brazos envolviéndome.
Gracias a la descripción de la efusividad que tendría se que ella es Amelie Kouzouni, feliz me guía hacia la sala donde hay seis hombres más.
A la mierda, son como una copia todos.
— Chicos, ella es Isabella, la futura esposa de Alex, Isa, ellos son mi marido Anthony - me señala al hombre mayor, quien rápidamente me sonríe cálidamente. - Y ellos mis hijos, Alejandro, Alan, Adrien, Alec y Aleksi.
— Es un placer. - me hablan al unisono y les respondo de la misma manera.
Chloe se sienta junto a ellos y yo sigo meciendo a Alice, quien abrió sus hermosos ojos azules y me mira con expectación.
— Antes de que lo digas hija, no había televisión, por eso tengo tantos hijos. En esa época si que disfrute el sexo.
Sin poder evitarlo me río y su marido se disculpa.
— Ella es así, no te asustes. Amelie, no queremos que deje plantado a Alexander en el altar al ver con qué clase de personas se junta.
— Yo casi creía que era vírgen. - habla el que creo se llamaba Adrien.
Joder son muchos nombres para aprender.
— ¿No es virgen no es así? - el tal Aleksi sube las cejas en mi dirección y el color sube a mis mejillas.
— No la incomoden, joder, me la llevaré a la cocina, son unas bestias. - Chloe se levanta y me agarra de la cintura para dirigirme por la casa.
— Lo sentimos Isa. - gritan tras de mi.
— No se preocupen, tengo hermanos. - les respondo.
Una vez estamos solas se me hace imposible no soltar una carcajada. No crei que los Kouzouni serían de esa manera.
— Está se supone que es una despedida de solteras. - Chloe saca de la nevera una botella con líquido rojo. - Aunque lo siento porque no puedo beber alcohol mientras cuido de esa preciosura.
Me señala a Alice y cuando bajo la vista hacia ella tiene en sus manos un puñado de mi cabello, me saca una sonrisa su aroma a bebé y beso su cabecita.
— Yo tampoco quiero beber alcohol de igual manera, ¿Que podemos hacer?
— Tengo una idea perfecta. - Amelie entra a la cocina con una sonrisa de oreja a oreja y me pide que le dé a Amelie. - La cuidaran sus tíos y nosotras nos iremos a un buen lugar.
Se marcha riendose como villana y con Chloe compartimos la misma mirada temerosa. Sin duda esa noche sería extraña.
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Estrategia Millonaria © ✓
Storie d'amoreAveces, cuando menos lo esperas te podés cruzar cara a cara con el hombre que te va a salvar, o quizá lo encontrás tirado en una plaza, ebrio como la mierda. Las circunstancias no ayudan a mis temores pero estoy dispuesta a aferrarme a lo que sea co...