Alexander Adams
Se entusiasma con cada preparación de la fiesta de compromiso, entra a la habitación con una sonrisa y una idea nueva desde hace cinco noches. Ve a mi madre todos los días para encargarse juntas de la celebración.
— Y pensé en poner muchas luces por todo el salón, se que es una fiesta de compromiso y no está invitados muchos pero quiero que sea algo bonito. - se sienta en la cama y me hace ojitos.
Mientras ella se encarga de la fiesta y se entretiene con ello yo estoy enfocándome en el trabajo y en el apartamento que voy a comprar. No podemos vivir toda nuestra vida en esta habitación de hotel, por muy espaciosa que sea.
— Puedes hacer lo que tú quieras, es tu fiesta.
Me pone feliz ver todo lo que está progresando, el terapeuta me llamo ayer para avisarme que la nota diferente desde que empezó a ocupar su mente en otras cosas y es algo que me recomienda que siga pasando.
— Es nuestra fiesta, deberías ayudarme un poco más con ella. - deja los papeles a un lado y me mira de brazos cruzados, me da ternura verla de esa forma y accedo, tomando los papeles que acababa de hacer a un lado.
— Me gustan estás luces.
— ¡A mí también!
Sonrío y vuelvo la vista a la laptop que tengo en mis piernas, continuo revisando los gráficos hasta que siento un beso en mi mejilla que me distrae.
— Gracias.
(...)
— Marque a tus amigos, los que me dejaste en la libreta y Thomas Drew no ha respondido. - frunce los labios y yo me llevo la taza de café a los míos, encogiéndome de hombros.
— La secretaria de Thomas es una incompetente y él últimamente está en una nube, desde que se enteró que va a ser padre.
— ¿Ah sí? Que bonito. - su tono de voz se apaga mientras mira el desayuno que tenemos en frente. - Entonces no vendrá a nuestra fiesta de compromiso si no podemos contactarlo.
— No pasa nada Bella, a la boda vendrá así lo tenga que traer de los pelos rubios que tiene. - intento bromear torpemente y ella se sonroja cuando me sonríe.
— Bien, a diferencia de él, Andrew Kouzouni si confirmó su asistencia, fue tu madre la que se encargó de las llamadas, según me dijo Karen él se escuchaba feliz al acceder.
Por supuesto que está feliz el bastardo, si me manda mensajes todas las mañanas preguntándome cómo va mi compromiso. Hasta ignora hablarme acerca de la nueva niñera de su hija, cuando se que le gusta mucho, no es algo que me haya dicho pero es notorio cuando me lo dice.
Me preguntó si algún día yo sentiré lo mismo por alguien, si seré tan obvio con respecto a mis sentimientos.
— No me sorprende que se encuentre feliz.
— Nunca me hablaste de tus amigos, yo te he contado de toda mi vida prácticamente. - se acomoda en el lugar y sus ojos azules me hipnotizan por un instante.
— Son solo ellos dos, estudiamos juntos, prácticamente hicimos todo juntos. - asiente lentamente pero se que algo más ronda por su cabeza.
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Estrategia Millonaria © ✓
RomanceAveces, cuando menos lo esperas te podés cruzar cara a cara con el hombre que te va a salvar, o quizá lo encontrás tirado en una plaza, ebrio como la mierda. Las circunstancias no ayudan a mis temores pero estoy dispuesta a aferrarme a lo que sea co...