Alexander Adams
Horas antes.
Seattle, Estados Unidos.
Acepto la copa de vino que me ofrece la secretaria de uno de mis socios mientras continuamos con la charla.
— Como te decía, lo que le proveeremos de nuevo a la hotelería Adams es una perfecta variedad cultural de comida, sería algo fascinante de que los turistas lleguen y al ver el menú encuentren que pueden comer algo clásico de España o de otros países, así no estén allí.
Asiento lentamente, sopesando su propuesta. Daniel Davis, posee una cadena de restaurantes y mi padre ha hecho negocios con el suyo cuando ambos estaban con vida, Daniel ha sabido sobrellevar el negocio familiar y de paso innovar con él.
Todos sus platillos son servidos en mis hoteles, en cada uno hay chefs de sus restaurantes y las personas quedan fascinadas cada que prueban algo de lo que preparan. Se expande su negocio y de paso nuestros bolsillos.
Cómo ya es tarde cerramos el trato, está bueno el hecho de que tenga ganas de implementar variedad de recetas, me gusta la cultura de muchos de los países que me mencionó y se que él no va a defraudarme.
— Ya me voy. - aviso al ver la hora.
18:00 PM.
Bella no me ha mandado ni un mensaje aún pero Paul me avisó que estaban en el supermercado.
Otra excelente chef es mi mujer, pero cuando está feliz es cuando más cocina y se que lo está debido a que anoche hablamos y desbordaba alegría. Mañana regreso a casa y lo primero que haré será hacerme esos exámenes, estoy tan impaciente como ella de que seamos padres. Solo basta ver la mirada bobalicona de Andrew cada que le ponen a Alice cerca o la sonrisa enorme de Thomas cuando acaricia el vientre de Melissa.
Yo quiero vivir eso con Bella.
— ¿Ya? Podríamos ir a comer algo, hace mucho no nos vemos.
— Tengo un vuelo en la madrugada, quiero dormir. - aviso pero Daniel no da el brazo a torcer.
— Solo una comida amigo, luego vas a tu hotel a descansar.
Bufo pero termino aceptando, cuando sale de su papel de negocio se parece tanto a Thomas y a él no se le puede negar nada porque se pone denso y es imposible sacartelo de encima.
(...)
— ¿Cómo va la vida de casado? Lamento no haber ido a la boda, pero espero haya estado todo más que perfecto. - deja el tenedor a un lado y agarra la copa de vino que tiene en frente.
— Va bien, y no pasa nada, tu comida sirvió para distraerlos de tu ausencia.
Se ríe y comienza a contarme acerca de que está conociendo a una chica y ve en ella un buen futuro.
Me salió vidente.
La charla amistosa dura poco porque luego nos entablamos en lo de siempre, negocios, uno de mis temas favoritos.
Daniel no es tan cercano como lo son Thomas o Andrew pero con el tiempo es imposible no encariñarse con él. En unas vacaciones que tuvimos fue cuando me enseñó a cocinar y ahora mi mujer no se intoxica con mi comida gracias a su enseñanza.
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Estrategia Millonaria © ✓
RomanceAveces, cuando menos lo esperas te podés cruzar cara a cara con el hombre que te va a salvar, o quizá lo encontrás tirado en una plaza, ebrio como la mierda. Las circunstancias no ayudan a mis temores pero estoy dispuesta a aferrarme a lo que sea co...