(Maratón: 1/3)
Isabella Campbell
La cara me duele debido a la bofetada que me dió Lionel pero no es tanto como el dolor de sentir sus manos sobre mi cuerpo aún.
Me abrazo con las fuerza al torso desnudo de Alexander, sus brazos me rodean y me siento protegida en ellos. Se que si fuera por él borraría cada dolor y cada momento triste.
La lluvia golpea la ventana y yo no puedo volver a dormir, si cierro los ojos el recuerdo me golpea.
Sus respiraciones son tranquilas mientras yo paseo la vista por la oscuridad de la habitación, paso mis dedos inconscientemente por su torso y mi mente divaga.
No soy débil.
No lo soy.
Debo de repetírmelo hasta que ya no lo sea, necesito ser capaz de defenderme por mi misma. Si vivo con miedo, ¿Cómo voy a vivir exactamente? No escape de ese lugar para estar viendo sobre mi hombro siempre.
(...)
Los dedos de Alexander acarician mis brazos con delicadeza, ambos estamos viendo el techo, yo recostada sobre su torso aún, sin ser capaz de alejarme de la protección que me ofrece.
— ¿Estás bien? Pareciera que no dormiste.
— No lo hice.
Hace un ruido con la garganta a la vez que se incorpora en la cama y me obliga a hacerlo.
— ¿Que puedo hacer para que estés bien?
— No alejarte de mi, por favor.
Asiente lentamente a la vez que vuelve a envolverme en sus brazos, su aroma se cuela en mis fosas nasales y me relajo.
— Quizá no nos conocemos de hace mucho tiempo pero confías en mí con la misma magnitud con la que yo confío en ti. - suspira. - Es el suficiente tiempo que necesito para saber lo fuerte que eres, esto es solo un bache en tu camino, no eres débil Bella, aguantaste más en ese lugar de lo que cualquier otra persona podría aguantar. Pero, ¿Sabes que es lo que más admiro de ti?
Sus caricias me adormecen a medida que prestó atención a sus palabras, el peso de no haber dormido me llega y es inevitable que mantenga los ojos abiertos.
— ¿Que?
— Que a pesar de todo seguís sonriendo y confiando en la vida.
Su voz se oye melancólica y quiero preguntar porque razón siento que me compara con alguien pero no lo hago puesto que mis ojos ya se cerraron y el sueño me venció.
(...)
Cuando era niña quería tres cosas principalmente: ser una princesa de Disney, tener una familia y conocer el verdadero amor.
Actualmente veo esos sueños cómo algo absurdo, no puedo ser una princesa, tener una familia se volvió imposible gracias a la noticia de mi imposibilidad de quedar embarazada.
Y conocer el verdadero amor suena tan cliché pero es el único sueño al que me aferro, por un tiempo creí que ese amor era Lionel pero me equivoqué. Un amor no te hace débil ni intenta que siempre seas menos a él, haciéndote infeliz alejandote de los que quieres.
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Estrategia Millonaria © ✓
RomanceAveces, cuando menos lo esperas te podés cruzar cara a cara con el hombre que te va a salvar, o quizá lo encontrás tirado en una plaza, ebrio como la mierda. Las circunstancias no ayudan a mis temores pero estoy dispuesta a aferrarme a lo que sea co...