Nueva vida

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-Aún no puedo creer que esa desgraciada me haya hecho esto. Después de todo lo que mis padres hicieron por ella así me trata- comienzo a recoger mi cosas y a meterlas en la maleta de muy mala gana.
Esa bruja estaba deseando que cumpliera la mayoría de edad para largarme de la casa. Cuando mis padres murieron hace dos años mi tia se hizo cargo de mi pero todo el tiempo me tenía como una criada. Quería que al cumplir los dieciocho le cediera la casa que mis padres me dejaron en Tokyo pero obviamente me negué. Ahora me dispongo a largarme de este lugar y a irme a vivir sola. No pienso darle ni una triste moneda de lo que me dejaron mis padres. No me importa dejar las clases y terminarlas allí. Total, por su culpa me hicieron repetir curso. Hace una semana firme un papel a escondidas de mi tía donde decía que ya no estaba obligada a vivir con ella.

Son las tres de la mañana y ella está dormida en su cuarto. Con mucho cuidado y sin hacer ruido bajo la maleta por las escaleras. Salgo por fin a hurtadillas de la casa y en mitad de la noche me dirijo caminando hasta la estación de tren a comprar por fin el siguiente que sale hasta Tokyo. Llevo mucho tiempo esperando este momento y hoy por fin se hará realidad.
Una nueva vida me espera.

Actualmente vivo en Sapporo por lo que me espera por delante un trayecto de quince horas hasta Tokyo. Por suerte una vez en la estación y con el billete ya comprado, el tren solo tarda cinco minutos en llegar. Dejo mi maleta en uno de los acomodadores y me siento en una de las butacas junto a la ventana, después de unos minutos el tren se comienza a mover y salimos de la estación.

Estos días la bruja no ha parado de hacerme trabajar más de lo normal y apenas he podido dormir, por lo que coger el sueño en estos momentos es algo bastante fácil.

El sol me comienza a molestar bastante en la cara. Abro los ojos con dificultad y miro la hora. ¿Qué?! Me he pasado casi todo el camino durmiendo. Son las cuatro de la tarde y a penas faltan tres horas para llegar a Tokyo. Eso me hace recordar que en cuanto llegue tendré que comprar un teléfono nuevo ya que el otro lo dejé donde la bruja para que no me pudiera contactar. Otra cosa que pedí fue una orden de alejamiento por lo que si se le ocurre venir a buscarme tendrá graves problemas.

En todo el tiempo que he estado durmiendo de seguro que han pasado varias veces repartiendo comida y ahora mismo mis tripas rugen que dan miedo. De pronto pasa una de las azafatas del tren.
- Disculpe, perdón que le moleste pero no se si les habrá sobrado algo de comida, me quedé dormida y...- antes de poder terminar la chica muy amablemente me sonríe.

-Descuida, en seguida te traigo algo- la chica se da la vuelta y a los pocos minutos vuelve con una bandeja y me la da.
- Que aproveche- dice con una sonrisa mientras se va. Bajo la vista hacia la bandeja y se me hace la boca agua.

Tiene un cuenco bastante grande con arroz y curry rojo. Va acompañado con otro cuenco de caldo y unos mochis de matcha para después. Tengo tanta hambre que en unos minutos me lo termino todo.
Las siguientes horas me las paso leyendo algunos mangas o escuchando música hasta que por fin llegamos.
Nada más bajarme del tren corro hacia la parada de taxis para coger uno. De camino a casa nos encontramos con bastante atasco por lo que el coche se para a cada rato. Hace bastante calor así que bajo la ventanilla para que me dé algo de fresco. Saco un poco la mano por ella y un chico con una moto que se acaba de parar al lado me golpea.
En seguida lo miro avergonzada.

- Perdona, no te había visto- añado.
El chico me echa una mirada rápida y de nuevo mira al frente para irse esquivando los coches.

- chsss, será idiota - susurro mientras el coche por fin se mueve y a los quince minutos llegamos a casa. Una vez he abierto todas las ventanas para que se airee me salgo a tomar un poco el fresco al balcón del segundo piso. El barrio está tal cual lo recuerdo de pequeña, aunque la mitad se han mudado y ahora hay vecinos nuevos. Paro la vista hacia la casa de enfrente y veo en la entrada una moto.

- ¿Esa moto no es...? Si! Es la moto que había antes en el atasco. El del chico maleducado. De pronto me giro al  escuchar ruido de motos y ver como dos de ellas van hasta la casa de enfrente. Genial, buena banda sonora voy a tener.
Se abre la puerta de la casa y sale un chico alto y rubio de ella. Tiene un dragón tatuado en la cabeza y da bastante miedo.

- Bueno Hina, si necesitas algo más para preparar el cumpleaños de Emma avísanos. Esta tarde iremos a comprar lo que me has pedido- dice el chico.
En cuestión de segundos me viene un flashback a la cabeza, por un momento siento como si lo pensara en mi cabeza pero parece que lo digo casi en un grito.

- ¿Hina?! - todos los que están presentes se giran y me miran. La chica se queda unos segudnos pensantiva y de pronto me mira soprendida.

- T/N eres tú?!- grita ella.
No me lo puedo creer, pensaba que Hina se había mudado. Ella y yo éramos amigas desde pequeñas.
Salgo corriendo de mi casa hasta la entrada de la suya y todos se me quedan mirando. Los dos que venían en la moto están apoyados en ella y el chico alto realmente ahora parece más alto e intimidante.
Hina se tira a mis brazos y nos abrazamos con fuerza. Hacia tanto tiempo que no nos veíamos.

- Dios T/N cuanto tiempo. ¿Qué tal todo? ¿Qué tal tus padres?- suelto un pequeño suspiro incómodo y la miro. Igualmente los demás están muy atentos a nuestra conversación.

- Mis padres murieron hace dos años en un accidente de moto, sabes que a mi padre le encantaban. Un coche les chocó y los sacó de la carretera- añado. Hina se lleva las manos a la boca me abraza de nuevo.

- No sabes cuanto lo siento T/N. ¿Vas a vivir tú sola aquí?- pregunta. Asiento con la cabeza y ella me intenta sonreír.

-Bueno ahora viviremos enfrente de nuevo y estaré aquí siempre que lo necesites y por cierto, sé que igual no tienes muchas ganas pero esta noche vamos a celebrar el cumpleaños de una amiga. Deberías venir - me mira con un puchero. Siempre me ha costado negarme a los planes de Hina. Además así pasaré un rato con ella después de tanto tiempo. La miro con una sonrisa y asiento con la cabeza.

-Genial! Bueno pues antes que nada déjame presentarte a unos de mis amigos. Al resto los conocerás esta noche. Ellos son Mikey, Chifuyu y el es Draken- miro a todos y sonrío.
- Encantada de conoceros- Draken se acerca a mi y me mira seriamente.

-¿Tú no eres la chica del atasco de antes?- trago saliva nerviosa mientras intento mantenerle la mirada.
- eh? Yo? Creo que te habrás confundido jejeje- miro de nuevo a Hina e intento cambiar de tema rápidamente.

- Dime a que hora vengo y te ayudo a decorar- digo.
- Si no estás ocupada vente ya, así comemos algo y nos ponemos al día. Ellos irán mientras a comprar unas cosas- la mirada de Draken sigue clavada en mí y hace que me recorra un escalofrío por todo el cuerpo.

- No vemos luego chicos- les dice Hina con una sonrisa.
Draken contesta con su voz grave pero sin apartar la vista. Una pequeña sonrisa se dibuja en su cara.

-Si, nos vemos luego...-

Lo que pasó entre La toman y yo •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora