Lo que pasó entre La toman y yo •Terminada•

Entre rejas

Nunca pensé que llegaría a vivir una experiencia así. Estoy encerrada en un cuchitril de celda. Al parecer es aquí donde se quedan los presos hasta que se haga el juicio. Todavía no me han comunicado nada. Llevo dos días aquí y solo quiero morirme. No puedo dormir. No puedo comer. La escena con mi tía se repite una y otra y otra vez en mi cabeza. Me estoy volviendo loca.
Ayer me dejaron hacer una llamada, pero no llamé a nadie. No se a quien hacerlo ni tampoco que contarle. Al final del pasillo donde se encuentra mi celda hay un reloj. Eso es bastante horrible para los que lo tienen justo enfrente. Ver pasar todas las horas del reloj y aún sabiendo que para nada porque te quedan varios años de estar aquí. Es una crueldad.

Son las cuatro y media de la tarde. Alguien a pedido verme. Los guardias me llevan esposada hasta una habitación que parece ser de interrogatorio. Una vez dentro me sientan en una silla frente a un hombre trajeado.
- Es un placer conocerte T/N. He estudiado tu caso y estoy aquí para ayudarte. Si me ayudas podremos sacarte de aquí en apenas unos días. He conseguido que avancen el juicio y será en dos días. Lamento que tengas que quedarte aquí ese tiempo pero haré lo posible porque sea solamente eso. En unos días volverás a estar en casa- el hombre me mira y me sonríe de una manera tierna para luego volver la vista a unas carpetas que tenía frente a el.

-Perdone la pregunta, nunca he tenido un abogado entonces no sé si normalmente son así, ¿o es que realmente se está involucrando demasiado?- pregunto. El vuelve la vista a mi y de nuevo con una sonrisa me contesta.
- Esto me lo han pedido como un favor personal, yo realmente debería estar arreglando algunas motos pero también me dedico a esto- suelta una pequeña risa. El al ver mi cara de seriedad y de no entender absolutamente nada borra la sonrisa al momento.
- Bueno me voy a presentar primero, mi nombre es Shinichiro Sano y soy el hermano mayor de Mikey- responde el.
¿De Mikey? ¿Se refiere al Mikey que yo conozco? ¿Mi Mikey? Bueno T/N cálmate porque solo conoces a un Mikey.
Mikey ha mandado a su hermano a ayudarme.
- El me ha contado lo que pasó. También las cámaras de la puerta de Hinata Tachibana nos han proporcionado un vídeo donde se ve como tú tía entra de manera violenta en tu casa golpeándote. Mikey me llamó nada más sucedió y en seguida me puse manos a la obra. T/N viaje a Sapporo donde vivías con tu tía, visité algunos hospitales en busca de tus expedientes médicos - el hace una breve pausa acompañada de un suspiro y coloca su mano sobre la mía.
-No sabes cuanto siento por lo que tuviste que pasar, la situación que tuviste que vivir y lo que hiciste fue en defensa propia y no tienes porque martirizarte con eso. En cuanto te saque de aquí y todo esto acabe tienes que sonreír de nuevo y disfrutar una nueva vida. Nadie más podrá volver a hacerte daño de esa manera- aprieto su mano con fuerza mientras intento contener mi llanto. No puedo evitar recordar de nuevo todos los momentos que me hizo pasar y la manera en que me ha hecho odiar mi cuerpo hasta el punto de querer matarme, por haber deformado mi cuerpo con sus golpes, sus quemadas...

Después de charlar durante un rato más con Shinichiro se marcha.

Dos días después el viene a recogerme a temprano. El juicio tendrá lugar a las diez. Shinichiro me trajo algo de ropa que Hina me había preparado. Unos vaqueros y una blusa blanca.
Una vez en el juzgado unos guardias me llevan dentro. Cuando abren la puerta veo a los lados sentados en los bancos a muchos rostros conocidos.
Hina, Takemichi, Draken, Mikey y Baji. Están muy emocionados de verme al igual que yo a ellos pero no nos dejan acercarnos. Me llevan más adelante y me siento junto a Shinichiro.

El juicio lleva más de dos horas. Shinichiro se esfuerza por convencer más y más al juez que a cada rato desborda su argumento.
- Señoría esta señorita fue maltratada durante muchos años. Lo que le acabo de dejar delante son los informes médicos. Puede contarlos. Hay exactamente cuarenta y dos expedientes. Si los mira bien casi todos son de diferentes hospitales. Esa mujer cada equis tiempo llevaba a la acusada a diferentes lugares para que no sospecharan de lo que le hacía. Golpes, fracturas, quemados, brazos rotos...incluso se encuentra uno donde con tan solo siete años la joven estuvo a punto de sufrí un derrame cerebral. Su tía la cuidaba de vez en cuando aún cuando sus difundes padres vivían y los hechos ocurren siempre en esos tiempos. Señoría la acusada actuó en defensa propia contra su tía por salvar su vida. Mi cliente no es una asesina, ella ni siquiera buscó justicia por lo que le hizo sino que huyó de allí, ¿de verdad no tiene pruebas suficientes para ver la inocencia de la señorita T/apellido?- Shinichiro vuelve a su asiento. El juez se queda en silencio unos segundos para luego salir junto al letrado. Shinichiro me informa de que ahora les toca deliberar y decidir sobre lo que harán.

Giro la vista hacia mis amigos y puedo ver sus rostros llenos de tristeza y pena al verme. Hina esta casi llorando mientras me susurra "lo siento tanto". Takemichi la consuela rodeándola con el brazo.
A los minutos el juez entra de nuevo a la sala. Todos están demasiados serios. Puedo escuchar el suspiro de nerviosismo de Shinichiro que hace que me ponga nerviosa yo también.
En estos momentos se va a decidir mi futuro. Aquí y ahora. Puedo volver a casa y seguir con mi vida rehaciéndola por fin, o puedo quedarme encerrada en esa habitación con barrotes oxidados durante años. Viendo las horas pasar a cada momento...no creo que pueda soporta eso.
El juez se pone en pie y todos los de la sala hacemos lo mismo.
Shinichiro al notar mis manos temblar toma una de ellas y la aprieta con fuerza. Su gesto me ayuda bastante pero ahora todo ya está decidido.
-Por las pruebas admitidas en este juzgado, por un amplio estudio de los informes y por una unanimidad yo declaro a la acusada...- esos segundos se me hacen eternos, como cuando en las películas siempre te hacen esperar hasta que llega el momento del golpe final. El golpe que te jode la vida.

-Inocente- *golpe de martillo*