Recuerdos de la infancia

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Pasamos el resto de la noche paseando mientras miramos todos los puestecillos que habían en la feria. Lo pasamos tan bien que casi nos estaba amaneciendo. Kazutora decide que vayamos a su casa ya que tiene algo que enseñarme. De camino compramos algo para comer allí.
Kazutora sigue viviendo en el mismo edificio que cuando éramos pequeños. Realmente no ha cambiado mucho, solamente el que ahora está mucho más alto y...atractivo.
Nos quitamos los zapatos en la entrada y vamos hasta el salón. Hace algo de fresco pero el abre las puertas del balcón. Kazutora vive en un sexto piso por lo que las vistas desde allí son hermosas.

-Espera aquí un momento- dice con una sonrisa mientras se vuelve adentro. A los pocos minutos vuelve y me da algo. Yo lo cojo y lo miro.
-Kazutora...es la foto que nos hicimos cuando éramos pequeños. ¿Cómo es que la conservas aún?- digo din dejar de mirar la foto. Cuanta nostalgia y hermosos recuerdos me dan al verla.
- Soy una persona bastante desastre pero lo que realmente me gusta lo conservo muy bien- sonrío de manera tierna al escucharlo.
- Ojalá pudiera decir lo mismo-suspiro- un día mi tía entró a mi habitación y tiró un montón de mis cosas. Entre ellas estaban varias fotos nuestras- kazutora al notar mi voz un poco triste me levanta el rostro desde la barbilla.
-Aquello ya pasó y no tienes que preocuparte, yo te haré copias de todas ellas para que las vuelvas a tener- lo miro durante unos segundos y muchos pensamientos me invaden en estos momentos. ¿Qué  habría pasado entre el y yo si nunca me hubiese ido?
Me acerco a el y lo abrazo con fuerza. El no duda en corresponderme, pero su abrazo es muy fuerte y cálido. Casi puedo sentir como partes de mi cuerpo se vuelven a juntar.
-Gracias por haber vuelto- susurra kazutora en mi oído. Le doy un pequeño beso en la mejilla y el me sonríe.
Después de eso sacamos lo que habíamos comprado para comer y el trae unas cervezas frías de la nevera. Nos quedamos sentados en la terraza mientras comemos y hablamos. Me hace tan feliz recordar tantos momentos que hemos pasado juntos.
-¿Recuerdas aquella vez que te estaban molestando unos chicos mayores y yo me metí? ¿Cuándo les dije "no se metan con mi mujer"?- Añade kazutora. Ambos nos echamos a reír al recordarlo.
-Dios, claro que lo recuerdo. Después esos idiotas querían pegarte y entre los dos les dimos un paliza. Luego dejaron de molestarnos- digo mientras doy un sorbo de mi cerveza.
-Ojalá pudiera volver al pasado- dice kazutora.
-¿Por qué? ¿Quieres volver a repetir todos esos momentos?- sonrío mientras lo miro.
-No, habría tenido el coraje de no haberte dejado ir. Habría buscado alguna manera o te habría secuestrado bajo mi cama hasta que tus padres se hubiesen ido- al principio sus palabras me sonaron con un pequeño toque de broma, pero no. Lo dice realmente en serio. Ahora es el quien tiene la cabeza baja. Me acerco a el y le abrazo de nuevo.
- Como tu has dicho ya pasó todo eso. Estoy aquí de nuevo y no me voy a ir- susurro sin dejar de abrazarle. El me aparta un poco para mirarme a los ojos. Nos quedamos así unos segundos pero llega a aparecer una eternidad. Cuando me doy cuenta sus labios están besando a los míos con suavidad. Sus labios son tan cálidos y suaves. No se debería hacer esto. No tengo claros mis sentimientos por nada en estos momentos pero...quiero hacerlo. ¿Debería parar o seguir?
Kazutora se aparta un poco y me mira.
-Perdona, no quería incomodarte. Me he dejado llevar...- yo lo miro sin decir nada y me acerco a el y lo beso de nuevo. Esta vez puedo notar como sus labios se estiran en una sonrisa mientras me besa. Ahora su mano traza una pequeña línea hacia mi muñeca antes de llegar a mi cintura. Me atrae más a su cuerpo con mucha suavidad. Creo que el ambiente está demasiado cargado para que alguno de los dos podamos decir algo. Ahora puedo notar un poco de nerviosismo en sus labios húmedos mientras me besa. Su presión sobre mi cintura aumenta cuando me atrae todo lo posible hasta el.

Sin dejar de besarnos nos vamos guiando hasta la habitación donde Kazutora se sienta en el borde de la cama. Yo me subo sobre el poniendo mis piernas una a cada lado. Mi corazón palpita cada vez más contra su pecho. De nuevo el domina el beso con suavidad y delicadeza y cuanto más lo hace más excitada me encuentro en estos momentos.
El aparta sus labios mientras se mueve hacia mi cuello y comienza a jugar con el dándole pequeños mordiscos y lamidas. Yo acaricia su cabello con las manos. Las suyas sin embargo recorren toda mi espalda hasta llegar a mis muslos. Todo mi cuerpo se afloja al sentir su tacto sobre mi piel porque ya no sé en que momento nos hemos quitado parte de la ropa y nos encontramos solamente en ropa interior. Me estoy empezando a acostumbrar a lo bien que sientan sus labios sobre los míos.

Noto como un gemido sube por mi garganta y hago lo que puedo por aguantarlo pero es imposible. El sonríe al escucharme.
-No te contengas- añade kazutora

En un momento dado me quedo helada y me entra la preocupación de lo que pensará cuando vea mi cuerpo. Parece leerme la mente cuando entre nuestros labios susurra: "eres hermosa de todas la maneras" no volvemos a hablar más. Ni si quiera cuando rebusca en su mesilla de noche en busca de un preservativo. El me tumba con suavidad sobre su cama y se coloca sobre mi mientras que sus besos bajan desde mi cuello por todo el resto de mi cuerpo. Desde este momento no hay vuelta atrás y tampoco quiero que la haya. Lo único que hacemos es dejarnos llevar. Ya no se puede cambiar la manera en que ambos estamos excitados, en que ambos empezamos a gemir mientras siento su miembro dentro de mi. Mientras que aprieto su espalda con mis dedos con fuerza. Este momento en que nuestras caderas se mueven a la par intensificando la excitación y los gemidos.

Aprieto más mis brazos alrededor de su cuello y acerco sus labios para que me bese aún con más fuerza.
A través de la oscuridad y el silencio de la habitación noto la forma en que mi pulso se agita cada vez más y noto como se me pone la piel de gallina por todo mi cuerpo.

Casi a amanecido, nos encontramos arropados bajo sus sábanas blancas de seda, mientras el sol comienza a entrar por la ventana. Kazutora se encuentra a mi lado mientras acaricia mi mejilla con suavidad .

Despierto bastante tarde en la mañana. Miro a todo alrededor de la habitación. Es curioso pero a veces cuando despiertas en una habitación que no es la tuya te sientes raro, sin embargo yo me siento muy cómoda. Kazutora no está. Me pongo algo de ropa y salgo de la habitación. El se encuentra apoyado sobre la encimera de la cocina mientras toma y café y habla por teléfono.
Eso me hace pensar...¡Mierda! mi teléfono. Creo que anoche se quedó sin batería y posiblemente Hina esté preocupada por la manera en que me fui de la fiesta anoche.
Kazutora me ofrece un vaso de café pero no lo acepto. Realmente me siento un poco desconcertada por lo que pasó y a pesar de que me encuentro maravillosamente bien no sé como reaccionar con el.
-¿Te llevo a casa?- pregunta el mientras se acerca a mi con una sonrisa.
-No seguramente estés ocupado, no es necesario- lo miro a los ojos y me sonrojo un poco. El coge mi barbilla con uno de sus dedos y deposita un jugoso y húmedo beso sobre mis labios.

 ¿Por qué me hace sentir tan bien?

Estamos a punto de despedirnos y salir por la puerta cuando alguien llama al timbre. Kazutora abre la puerta y Baji a parece tras ella. A pesar de estar vestida kazutora se encuentra con unos pantalones nada más. Baji nos mira a ambos muy sorprendido.

-¿Qué coño ha pasado aquí?- pregunta Baji muy molesto.


Lo que pasó entre La toman y yo •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora