Un nuevo día

1.6K 177 35
                                    

Después de recoger mis pertenencias Shinichiro y uno de los guardias me acompañan hasta la salida. Al llegar allí, me encuentro con una grata sorpresa. Toda mi adorada banda de La toman estaba allí, incluidas Hina y Emma. No faltaba nadie allí y por un momento me sentí como la persona más querida en el mundo. Pero esa sensación no duró mucho. ¿Sabéis esos momentos de ansiedad en los que tú misma te recuerdas tus malos ratos y que te hacen sentir peor? Pues eso sentía yo a cada rato.
"Asesina, asesina, asesina, asesina, asesina"
Me decía mi cabeza una y otra vez. Shinichiro comienza a hablarme y hace que pueda desconectar de esa voz por un momento. El me da una tarjeta con un número de teléfono.
-Es el número de una psicóloga, por si lo necesitas claro. Estoy seguro que ahora mismo puede serte difícil volver a la normalidad pero sé que lo harás. Es una buena amiga mía y muy profesional. Te ayudará a sentirte mejor y poder llevar todo esto- yo lo miro y le dedico una sonrisa un poco forzada.

-Muchas gracias-añado. Saludo a toda la banda contenta por verles, aunque me apena no poder mostrar más. Estoy tan feliz de que estén todos aquí, pero no puedo sonreírles con sinceridad o de la misma manera que ellos están haciendo conmigo.
Cuando volvemos a casa en coche con Takemichi y Hina ella me toma de la mano.
-T/N me he tomado la libertad de coger algunas cosas de tu casa y llevarlas a la mía. Me gustaría que te quedaras conmigo un tiempo. Quiero ayudarte a superar esto y que sepas que no estás sola- dice ella. Yo asiento un poco con la cabeza.

Esa misma noche, ya tumbada en la cama la escena se repite. Esa arma, ese disparo, toda esa sangre sobre mis manos.
Grito aterrada al despertarme de aquella pesadilla que se repite cada noche. Hina en seguida entra en la habitación acercándose a mí y abrazándome con fuerza.

- Shh, tranquila T/N estás en casa, estás a salvo. Ha sido un pesadilla- no puedo evitar echarme a llorar al notar sus brazos rodeándome con fuerza.

- Hinata no puedo más con todo esto, me está superando demasiado. No creo que pueda volver a estar como antes. Soy una asesina...he matado a una persona...-

Hina me agarra con fuerza de los hombros por lo que me veo obligada a mirarla.

-Basta! Basta! Por favor deja de pensar eso. Tú actuaste en defensa propia, para protegerte. Como habría hecho cualquier ser humano. Basta ya de martirizarte. Tú eres T/N, la persona más dulce y maravillosa que haya podido conocer. Eres mi mejor amiga desde que éramos casi unos bebés. Sé que no eres una mala persona. Por favor T/N...no pienses así.-
Los brazos de Hina vuelven a rodearme y ahora más fuerte que la vez anterior.
Ella se tumba a mi lado sin dejar de abrazarme hasta que ambas nos quedamos dormidas.

-T/N. T/N- dice una voz mientras me agita un poco del brazo. Abro los ojos y veo a Hina mirándome.

-Perdona que te despierte pero Shinichiro está abajo y quiere hablar contigo- añade ella. En seguida me levanto de la cama.

-Si...bajo en seguida- digo.
Voy rápidamente al baño para lavarme un poco la cara, los dientes y arreglarme el desastroso pelo. A los pocos minutos bajo al salón.
Shinichiro está sentado en la mesa del comedor ojeando unos papeles y bebiendo un café. En cuanto me ve se pone en pie y me sonríe.

-Me alegra mucho verte T/N. Siento mucho haberte despertado. ¿Has podido dormir?- pregunta el mientras me ofrece asiento a su lado. Hina en seguida me trae también una taza de café y se va al jardín para dejarnos solos.

-Me costó bastante. Estuve teniendo de nuevo las pesadillas pero gracias a Hinata pude descansar un poco- el sigue sonriendo.

-Bueno pues eso me alegra bastante. Verás he venido porque me han mandado unos papeles de tu tía. Ella puso en él que la enterraran con todo su dinero. Bastante egoísta la verdad...pero por ley ese dinero debe pasar a algún familiar. Tú tía no tenía marido, ni hijos ni ningún pariente más cercano a parte de ti y tus padres. Lamentablemente ellos ya no están aquí por lo que tú T/N pasas a ser la heredera de todas sus pertenencias- yo me encuentro bastante confusa.

-¿Cómo que yo soy la heredera? ¿Estás hablando en serio?- Shinichiro da un pequeño sorbo a su café y de nuevo me vuelve la mirada.

- Totalmente en serio. La ley funciona así. Por lo que en estos instantes la casa de tú tía en Sapporo es tuya al igual que todo lo que tenía en su cuenta bancaria. Que estamos hablando de una suma de casi ciento cincuenta mil dólares- yo lo miro muy sorprendida ante sus palabras.

Esa bruja a pesar de tener dinero siempre quiso más y más. Siempre fue de lo peor. Cada vez me voy siento menos culpable por lo que pasó al recordar cada momento que viví con ella.

Los siguientes días se me hacen bastante raros. Todos los chicos se han volcado en pasar tiempo conmigo y distraerme. No podría pedir más.

Me encuentro un poco aburrida ya que Hina ha salido a tomar algo con Takemichi por lo que decido ir a dar un paseo.
Mientras camino metida en mis pensamientos me doy cuenta de que me he alejado mucho de casa pero el sitio me resulta muy familiar.
Es un pequeño parque donde Hina y yo jugábamos cuando éramos pequeñas.
Papá siempre nos tenía que reñir mucho porque nunca queríamos volver a casa. Si nos hubiesen dejado podríamos haber estado jugando hasta la madrugada todos los días.

Mis pensamientos me llevan a estar tanto rato allí que a penas me he dado cuenta de las enormes nubes negras que hay sobre mi cabeza. Miro al cielo y unas gotas me comienzan a caer en la cara.
Aunque corriese ahora mismo hasta casa no llegaría antes de que cayese fuerte la lluvia y me acabaría empapando.

La única opción que tengo es meterme en la cúpula del parque hasta que pase la lluvia. Nada más entrar en cuestión de segundos comienza a llover fuertemente. Parece que estuviese esperando a que me refugiase. Que considerada.

Me quedo sentada mientras apoyo la espalda en la pared hasta que escucho unas pisadas que se acercan igualmente a la cúpula. Al principio me costó distinguir la silueta pero una vez que el chico se refugia también en la cúpula lo puedo distinguir. El me mira algo extrañado y luego me sonríe mientras las gotas le caen por toda la cara.

- Perdona haber entrado sin llamar - dice Draken entre risas. Yo al verlo no puedo evitar sonreír también.

- Creo que no era el mejor día para dar un paseo, ¿verdad?- añado.

El asiente con una sonrisa mientras se intenta escurrir un poco el agua de la ropa.

- ¿Cómo te encuentras? - pregunta el de golpe mientras se acerca un poco más a mí.
Ahora nos encontramos uno al lado del otro con nuestros cuerpos pegados. El parece temblar un poco. La verdad es que está haciendo algo de fresco y el que va empapado debe morirse de frío.
En ese momento recuerdo que antes de salir cogí una chaqueta por si me daba frío. La saco de mi bolsa y se la echo por encima.

El me sonríe ampliamente y apoya su cabeza en mi hombro.
- Gracias por cuidarme -dice el mientras me mira.
El no quita la vista de mí y me hace sentir bastante nerviosa.

-¿No te encuentras bien?- pregunta el mientras su rostro va cambiando. Ahora su expresión es triste y me hace sentir mal.

- Simplemente no quiero hablar nada de ese tema ,me gustaría poder borrar cada momento de mi cabeza como si nada de eso hubiese pasado. Debo estar estos días con todo tipo de distracciones para no pensar en eso- yo lo miro igualmente.
Nuestros ojos se juntan y nos quedamos en silencio.
Ninguno habla. Lo único que se escucha es la lluvia mientras choca sobre la cúpula.
Nuestros rostros se van acercando cada vez más. Nuestros labios están apunto de juntarse pero yo me detengo. Me acuerdo de Emma y de que ellos se van a casar. Estoy dispuesta a separarme aún más cuando el coloca su mano tras mi cabeza y me empuja hacia el haciendo que nuestros labios se choquen.

Nuestros labios, como por inercia se tratara comienzan a moverse entre ellos. Nuestras lenguas juguetean entre sí y mi cuerpo se comienza a estremecer.
No sé cuanto tiempo dura el beso pero me encanta. Quiero más. Necesito más.
Lo quiero a él. Lo necesito a él. Pero no puedo.

Después de un rato nuestros labios se separan y vuelven a encontrarse nuestras miradas.

-¿Por qué has hecho eso?- pregunto con nerviosismo mientras mi vista va de sus labios a sus ojos. De sus ojos a sus labios.
El esboza una amplia sonrisa.

-Por que quiero ser tu distracción-

Lo que pasó entre La toman y yo •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora