Amor platónico

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Ya está amaneciendo cuando el sol me comienza a cegar entrando por la ventana. Me he pasado toda la noche leyendo y se me han pasado las horas volando. Hacia mucho tiempo que no dedicaba tiempo a hacer las cosas que me gustan. Hinata se ha ido de viaje con sus padres por lo que ahora mismo no tengo ninguna amiga con la que salir por ahí.

Ya ha pasado un año desde la partida de Mikey y la banda no ha vuelto a ser la misma. Si, nos seguimos juntando, pero ya no es lo mismo. Varios decidieron irse de la banda, pero los que permanecemos hacemos reuniones de vez en cuando. Hasta ahora ninguna banda a vuelto a molestarnos por lo que está todo bastante tranquilo.

No tengo ganas de quedarme en la cama así que decido cambiarme para salir a caminar un rato. Siempre que me miro al espejo me acuerdo del día de la pelea. Fue la última vez que vi aquel brillo en los ojos de Mikey. Mi cuerpo siempre me lo va a recordar debido a sus múltiples cicatrices. Esta vez no me avergüenza que se vean las imperfecciones de mi cuerpo. Estas cicatrices demuestran que pude luchar y proteger a los míos.

Me pongo unos leggins de color negro y un top corto azul marino. Cojo mis zapatillas de correr y me recojo el pelo.

A eso de las siete y media salgo de casa. Esta entrando la primavera por lo que el clima es muy cálido a pesar de ser tan temprano. Doy un largo paseo por el parque hasta llegar a D&D Motors. Una tienda de motocicletas que Draken a montado junto a un amigo. A pesar de seguir formando parte de la banda casi todos hemos asentado un poco la cabeza.

-Hola- saludo a Draken con una sonrisa cuando lo veo. Está en la parte de fuera de la tienda arreglando una motocicleta.

-Te ves muy bien hoy- responde el mientras me sonríe a la vez que se limpia las manos con un trapo. Está bastante manchado de grasa pero eso no impide que nos demos un abrazo.

-Parece que hoy tienes bastante trabajo- digo mientras señalo al grupo de motos que hay en la trastienda. El suspira sin dejar de sonreír.

- La verdad es que si, y es bastante bueno para el poco tiempo que llevamos abiertos. Aunque al decir verdad he hablado con Baji esta mañana y hemos pensado en reunirnos esta noche para cenar algo todos y así vernos. La verdad es que me apetece mucho hacer algo de vida normal, como amigos- añade el entre risas.

- Me apetecería mucho la verdad, luego mándame la dirección y nos vemos allí- sonrío.

- O si quieres puedo pasar a recogerte, me pilla de camino-

-Bueno, me parece bien. Nos vemos luego entonces. No te canses mucho- digo mientras le doy un beso en la mejilla y me despido mientras continuo con mi caminata de nuevo hasta casa.

A eso de las siete y media Draken me escribe para decirme que pasará a por mí en media hora. Yo ya estoy casi lista, solo me falta ponerme la ropa. Opto por un traje de chaqueta y falda color marrón acompañado de una camisa y blanca y unas botas negras hasta las rodillas. Cuando Draken me escribe para decirme que ya está en la puerta solo tengo que coger mi bolso.

- Estás guapísima - dice el nada más verme. Yo me sonrojo un poco. Sigo sin acostumbrarme a los halagos y aún menos al lado romántico de el.

- Muchas gracias- añado.

-¿Vamos andando?- pregunto al ver que no llega la moto con el.

- Si, al final los demás quieren ir a un restaurante que está aquí cerca así que decidí venir a recogerte andando y así damos un paseo. Sino estás muy cansada claro. Puedo llamar un Uber si quieres...- yo lo miro con una sonrisa. Se preocupa demasiado por mi.

- Me parece bien que demos un paseo, no te preocupes- el se rasca la cabeza un poco avergonzado mientras ponemos camino al restaurante.

- ¿De qué tipo es el restaurante?- pregunto.

Lo que pasó entre La toman y yo •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora